En el fondo, uno termina por acostumbrarse a todo, sea bueno o malo. Y así, no fue sorpresa el esperpento de ayer, con cada partido repartiendo culpas por lo del miércoles, ese decreto Frankenstein llamado ómnibus desparramado por el suelo. Como en aquel estribillo que se cantaba al fondo del autobús durante cada excursión infantil, PSOE, PP y Junts, entonaron el "Yo no fui, fue el otro".
Los socialistas se rasgaron las vestiduras y clamaron contra Feijóo y –con la boca pequeña–, contra el 'otro', el de Waterloo. El líder popular recordó al presidente que él ya le había avisado: «Cuando Puigdemont le falle, no me busque». Y Junts, parecido, que se acabó «el pirateo» y «el trilerismo» de Sánchez. Pues eso, un patio de colegio. Ya nos fastidiamos nosotros, tranquilos.
