"Nunca he sido una persona delgada, siempre he tenido sobrepeso". Así describe Jenny, una administrativa de Lleida de 39 años que prefiere no dar su apellido, cómo ha sido su físico hasta que, hace siete meses, entró en su vida el Ozempic, el medicamento antidiabético que está revolucionando la lucha contra el sobrepeso en todo el planeta. Entonces pesaba 30 kilos más que ahora, a pesar de haber pasado media vida tratando de perder peso mediante dietas y ejercicio físico sin lograr resultados significativos.
El detonante del cambio fue una operación quirúrgica para la que Jenny tenía que adelgazar. "Me hablaron de que había un medicamento que era para diabéticos pero que lo habían reducido y lo habían hecho para obesidad y pensé, bueno, pues ¿por qué no?", explica la catalana, que está realizando todo el proceso, incluida la receta del medicamento, a través de la sanidad pública.
Tras recibir el visto bueno de varios médicos, Jenny pudo administrarse la primera dosis de Ozempic, en su variable con nombre comercial Wegovy. A los pocos días, empezó a perder el apetito, a sentir náuseas, a comer menos y a perder kilos. Pero a medida que su peso se reducía, sentía como aumentaba un juicio social hacia ella. A los pocos meses, su cuerpo había cambiado drásticamente, pero no todo el mundo estaba dispuesto a darle la bienvenida a la delgadez.
"Me dicen que es la opción para vagos o la opción fácil, pero tampoco es cierto porque fácil no es. Es rápida, pero tampoco es algo fácil porque estar con náuseas y que no puedas disfrutar igual de la comida…", declara Jenny. "También me he enfrentado a muchos comentarios del tipo de: 'Es que no te importa la vida de los diabéticos'. Cuando mis padres son diabéticos. Claro que importa, pero la obesidad también es una enfermedad que se debe atajar, no es un capricho, no estamos obesos por capricho".
Un medicamento revolucionario
La farmacéutica danesa Novo Nordisk, especializada en medicamentos contra la diabetes, se convirtió en septiembre de 2023 en la empresa con mayor valor en bolsa de toda Europa, por delante de Luis Vuitton. El impulso definitivo había sido la comercialización de uno de sus productos, Wegovy, en el Reino Unido, pero todo había comenzado pocos años antes con el lanzamiento de Ozempic, un medicamento, también basado en la molécula semaglutida.
La Agencia Europea del Medicamento aprobó el uso de Ozempic en los países de la UE en 2018, indicado para el tratamiento de adultos con diabetes tipo 2, como complemento de la dieta y el ejercicio. Los análisis clínicos demostraron que el Ozempic también ayuda a perder peso, lo cual se considera beneficioso en los pacientes diabéticos, pero no se preveía su uso para este fin en pacientes sin esta afección metabólica.
Wegovy, en esencia el mismo medicamento, fue aprobado en 2024 ya indicado específicamente para personas con obesidad y sin necesidad de tener diabetes. Los resultados de esta molécula han sido tan revolucionarios que los creadores de esta familia de medicamentos fueron galardonados el pasado verano con el Premio Princesa de Asturias de Investigación.
"Nos ayudan a regular el azúcar y, además, nos inducen sensación de saciedad", explica el doctor Antelm Pujol, médico especialista en endocrinología y nutrición y autor de varios artículos sobre estos medicamentos basados en la semaglutida. "Hacen que nos sintamos llenos a nivel intestinal, es decir, nos retrasan un poquito la velocidad de la digestión y, además, mandan la señal de saciedad al cerebro".
La pérdida de peso a partir de este medicamento se obtiene por un método muy tradicional: consumir menos comida. Sus efectos secundarios más frecuentes son náuseas y vómitos, aunque hace apenas unos días se ha publicado un estudio que ha revelado los hasta ahora desconocidos riesgos de desarrollar pancreatitis y afecciones renales.
Pujol, que se muestra favorable al uso de Ozempic para terapias de adelgazamiento, admite que, al igual que las dietas, existe un riesgo de rebote si no se cambian las conductas de los pacientes. "Estos medicamentos son una herramienta efectiva, sin olvidarnos de que los hábitos son lo fundamental, pero tienen efectividad, son seguros y nos pueden ayudar junto con ejercicio físico y nutrición a mejorar la salud de las personas, que al final es lo que queremos".
Jenny recuerda "náuseas, muchas náuseas" durante las primeras semanas y una pérdida de apetito incluso un rechazo por la comida. "Recuerdo un rechazo también por algunas cosas que me gustaban y, de repente, ya no. Por ejemplo las patatas fritas me solían encantar y no pude volver a probarlas o el café, al que me costó volver", describe la ilerdense, que ha reducido drásticamente lo que comía, simplemente, por falta de hambre. Todo el proceso está siendo supervisado por su médico de cabecera, pero el coste del medicamento no está cubierto por la Seguridad Social. El tratamiento de Jenny, que consta de una inyección de Wegovy a la semana, tiene un precio de 292 euros al mes.
"Había días en los que si comía no cenaba y si cenaba no comía, pero me iban supervisando y no salía nada malo en los análisis"
"Había días en los que si comía no cenaba y si cenaba no comía, pero me iban supervisando y no salía nada malo en los análisis", declara Jenny, que ha aprovechado esta reducción de su apetito para modificar sus hábitos. "Aprendí a escuchar al cuerpo. Pues creo que generalmente dejamos de comer cuando estamos llenos, pero no cuando ya no tenemos hambre. Lo que me ha enseñado es a dejar de comer cuando ya no tengo hambre. Digamos que me he reeducado".
El riesgo de un uso no supervisado
La efectividad demostrada del Ozempic ha desatado una demanda masiva que, a pesar de ser un medicamento que requiere prescripción médica, ha llegado a generar desabastecimiento en las farmacias en varias ocasiones. La primera, a finales del año 2023 y comienzos del 2024 y la segunda, en las últimas semanas. No obstante, las farmacias dan prioridad a la venta a los pacientes diabéticos para garantizar que no tengan que interrumpir sus tratamientos.
"El problema de Ozempic no es nuevo, es un tema ya añejo que viene ya de un año y pico de recorrido con problemas y tensión en el suministro y que se estaba resolviendo y ahora, de repente, ha pasado un mes en el que ha habido un incremento", declara Pedro Rísquez, vicepresidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos.
Los farmacéuticos prevén que la situación se subsane gracias a la llegada al mercado de nuevos productos similares a Ozempic como Wegovy o Mounjaro, comercializado por la farmacéutica estadounidense Lilly. "El problema es que cuando empieza a haber tensión en el mercado interno, nos damos cuenta también que aparece gente que está comprando medicamentos a través de Internet, que probablemente se trate de falsificaciones", añade Rísquez.
Este uso del ozempic sin una supervisión médica es el que puede generar los mayores problemas de salud. El doctor Carlos Miranda, máster en diabetes y médico de familia en Toledo, reconoce el gran avance médico que han supuesto estos medicamentos, pero también la dificultad de que todo el consumo esté bajo control dada la alta demanda. "Han supuesto un avance importante en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y, por otra parte, al producir una pérdida notable de peso se ha generado, probablemente, un uso inadecuado y fuera del circuito sanitario", declara Miranda.
"Al producir una pérdida notable de peso se ha generado, probablemente, un uso inadecuado y fuera del circuito sanitario"
La difusión por redes sociales de decenas de vídeos de personas que cuentan su experiencia tomando ozempic y muestran los milagrosos resultados han hecho que su consumo se haya convertido en una fenómenos social en todo el planeta, en muchas ocasiones, sin la requerida supervisión médica. Victoria Nava es una actriz y modelo mexicana de 24 años. Una de sus publicaciones en la red social TikTok contando su experiencia usando Ozempic alcanzó los tres millones de visualizaciones, aunque en su caso, el balance no fue del todo bueno.
@victorianva Parte 1 en mi perfil Dieta ejercio o Ozempic
"En enero, ya ves que venía pues la cuesta de enero, que estaba más gordita y yo me volví loca, no sabía cómo bajar esos kilos, mi madre lo estaba usando así que lo agarré en el refri y me lo puse", explica la mexicana, que perdió 11 kilos en apenas dos meses. "Yo me inyectaba la de 0,25 miligramos, pero me compré la de 0,50 miligramos y eso me mató. Mi cuerpo no lo aguantó. Estaba yo haciendo ejercicio y de repente se me aceleró el corazón. Me sentí mal. Ese día había vomitado todo el día, había estado indispuesta totalmente y estaba sin comer. Me desmayé, y acabé en el hospital".
A los pocos días, ya recuperada físicamente, acudió a una clínica para una operación de cirugía estética, pero en los análisis todos los niveles aparecieron tremendamente descompensados. "La doctora me dijo que yo estaba bien mal, que me podía morir, que qué estaba haciendo, que si ayer me había drogado", relata la actriz, que, ahora, en sus redes recomienda no utilizar Ozempic para adelgazar.
Juicio social y gordofobia
Las redes sociales se han convertido en el principal difusor de la eficacia del Ozempic, pero también de las críticas a las personas que han optado por usarlo y han mostrado sus resultados. La propia Jenny decidió responder a una publicación sobre el antes y el después de la actriz estadounidense Barbie Ferreira a la que se atribuye su adelgazamiento al uso de Ozempic y a la que criticaba haber defendido el "body positive" porque "no quería hacer dieta". Al final del hilo, Jenny afirmaba: "A muchos os molestan los gordos, si estamos gordos malo, si adelgazamos también".
En los últimos meses, también han surgido numerosas voces críticas con el fenómeno Ozempic por ser otra vuelta de tuerca en la presión que se ejerce sobre las personas con cuerpos no normativos y también sobre el juicio social que genera tomarlo. Lara Gil dirige, junto a Cristina de Tena, el podcast Nadie hablará de nosotras en el que se han mostrado muy críticas con el fenómeno Ozempic al que consideran parte de la “cultura de la dieta basada en la restricción con un objetivo estético” y a la que vinculan con la gordofobia -la discriminación por ser gordo-.
"La gordofobia es puro odio porque lo que te están diciendo es que está mal ser gorda pero además que no puedes adelgazar por cualquier medio sino que lo tienes que hacer solo si sufres", declara Gil. "Es como: 'Solo te vamos a dar permiso para existir y te abrimos las puertas al mundo de la delgadez si lo has hecho sufriendo, esforzándote, reventándote en el gimnasio y pasando hambre. Si lo haces de una forma que sea accesible y sencilla, entonces no'"
Johann Hari es un periodista escocés autor de Adelgazar a cualquier precio: Cómo Ozempic y otros fármacos van a revolucionar nuestra alimentación y nuestra salud física y mental entre otros libros en los que relata su propia experiencia tomando el medicamento. En una columna que publicó en el periódico New York Times en mayo pasado, defendió una postura similar a la de Díaz sobre el juicio social que sufren los que toman Ozempic. Hari comparó el hecho de estar obeso en estos tiempos con un pecado por el que la sociedad exige una penitencia a cambio de expiarlo.
"Tienes que tolerar el hambre o practicar formas extremas de ejercicio. Parece una competición en la que cada persona añade una presión adicional a los demás para hacer lo mismo", afirmaba el escocés en la columna.
"A veces nos desinformamos por los prejuicios", se lamenta Jenny, que, con todo y a pesar de los juicios externos y los efectos secundarios, está plenamente satisfecha con los resultados que ha logrado gracias al Ozempic. "Me ha cambiado bastante todo, siento que tengo más energía. Físicamente te empiezas a ver mejor, empiezas a ver que llevas ropa de tallas normativas que, la verdad, siempre alegra".
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