Calma tensa entre los exportadores españoles por la amenaza arancelaria de Trump: "Hemos hecho inversiones enormes"

Donald Trump ha inaugurado su flamante segundo mandato en la presidencia de Estados Unidos amenazando con imponer nuevos aranceles a países de medio mundo. El mandatario ya ha anunciado que México y Canadá serán los primeros afectados, pero también ha apuntado a China y a la Unión Europea. Incluso llegó a advertir a España por su escaso gasto en defensa, incluyendo al país —no quedó claro hasta qué punto por error o ironía— en el grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) a los que amenazó con imponer aranceles del 100%.

Las amenazas de Trump han sacudido el comercio mundial, que se haya sumido en la incertidumbre a la espera de una guerra comercial. La economía española no debería estar, teóricamente, entre las principales afectadas. La exposición al comercio con EEUU es casi la mitad que la media europea y solo supone un 5% de las exportaciones nacionales. Sin embargo, para ciertos sectores como la industria química, la porcelana, el aceite de oliva o el vino, el mercado estadounidense es una parte sustancial de su negocio en el extranjero.

"EE UU es un mercado importantísimo, el mayor importador de aceite de oliva después de la UE. Las marcas de exportadores han hecho inversiones enormes en EE UU para posicionarse", explica Rafael Pico, director de Asoliva, la asociación de empresas españolas exportadoras de aceite. Solo en 2023, el sector olivarero facturó 1.283 millones de euros en ventas en EEUU, un 15% de todas sus exportaciones, según la base de datos de comercio exterior Datacomex. El 80% del comercio lo realizaron empresas andaluzas.

El aceite español ha recibido la llegada de Trump como el resto de sectores expuestos. Con calma, prudencia y a la espera de noticias. "No se sabe nada. No hay nada firme sobre un riesgo de imposición de aranceles", afirma Pico a este periódico. De todos los escenarios posibles, explica el director de Asoliva, el peor sería la imposición a un arancel específico al aceite español.

Una experiencia que el sector, desgraciadamente, ya vivió durante el anterior mandato de Trump cuando se levantó una tarifa del 25% a sus productos en plena guerra comercial entre Boeing y Airbus. "La última vez las exportaciones cayeron un 80%", recuerda Pico. El olivarero español, como otros sectores interesados, está en contacto estrecho con la secretaría de Estado de Comercio para defender sus intereses y apuestan por tender puentes para evitar una guerra comercial a toda costa.

Dentro del agroalimentario, la segunda actividad más potencialmente perjudicada es el vino español. Las bodegas españolas vendieron más de 658 millones de euros en vino con dirección a Estados Unidos en 2023, el 11% de todas sus exportaciones de ese año. "EE UU es el mercado más importante para el vino envasado, tanto por facturación como por el alto precio medio que tiene el litro", explica a 20minutos José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV).

Al igual que el aceite, las bodegas españolas también saben lo que es vivir con aranceles estadounidenses del 25%. La situación se resolvió con un acuerdo que suspendía las tarifas hasta el año 2026, pacto que la administración entrante podría romper si lo desea. "Muchas bodegas tuvieron que quitarse dinero de sus márgenes de beneficio", rememora Benítez. Cuando se levantan aranceles, cargar todo el coste al consumidor no es una opción. "Al mercado cuesta mucho entrar, pero es muy fácil salir", resume el director general de la FEV.

Química y porcelana, también expectantes

Más allá de los alimentos, hay ciertas industrias españolas que también observan con expectación los acontecimientos que se suceden al otro lado del Atlántico. Las principales exportaciones españolas a Estados Unidos son productos industriales como transformadores eléctricos, partes de motores y otros bienes de equipo. Pero en algunas, como la industria química, el mercado estadounidense supone más de la mitad de sus ventas, según un informe publicado recientemente por BBVA Research.

Desde la patronal sectorial Feique, trasladan a este periódico su inquietud. "Evidentemente, es un tema ante el que el sector está muy atento, si tenemos en cuenta que más del 70% de nuestra cifra de negocios proviene de las exportaciones", explica Eugenia Anta, directora de Internacional, Inversión e Innovación de Feique, cuando se le pregunta por las amenazas arancelarias de Trump. La industria química es muy heterogénea, matiza Anta, por lo que es difícil hacer estimaciones de impacto sobre lo que podría suceder si las amenazas de Trump se acaban materializando.

La cerámica también aparece en la lista de los productos que más se exportan desde a España a Estados Unidos. El sector azulejero y cerámico, también muy exportador, facturó 426 millones de euros en ventas al gigante norteamericano entre enero y noviembre de 2024. Estados Unidos es el principal mercado para el azulejo español, que se concentra prácticamente en su totalidad en la provincia de Castellón. Desde Ascer, la asociación empresarial del sector, trasladan a este periódico que siguen de cerca los acontecimientos, pero esperarán a que se oficialicen las medidas para hacer balance.

Una posición similar han adoptado las 200 empresas que conforman Arvet, un grupo de exportadores de ferretería, bricolaje, equipamiento de baño, limpieza e higiene. El director general de la asociación, Manolo Herrero, traslada a 20minutos que esperan con prudencia a que la administración estadounidense adopte una decisión. "Defenderemos los intereses de nuestros sectores para que se tomen en cuenta las necesidades específicas de las empresas exportadoras. La capacidad de adaptación será clave para mitigar el impacto negativo que pueda tener cualquier nueva medida", sostiene.

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