Los Pecos vuelven 45 años después "Hemos sido, somos y seremos famosos toda la vida"

A finales de los 70, los hermanos Javier y Pedro Herrero iban aún al instituto, donde se impartía el olvidado COU. El primero contaba 17 primaveras y el segundo, 15. España atravesaba entonces un periodo de transición política y de furor creativo; Miguel Bosé y un grupo peculiar llamado Mecano arrasaban; venía La Movida madrileña con un pujante Pedro Almodóvar; El padrino, El golpe y Alguien volaba sobre el nido del cuco se iban a convertir en clásicos...

En esos días, los Herrero vivían en San Cristóbal, un barrio obrero de Madrid. Javier, rubio de ojos azules, y Pedro, de abundante melena aleonada, no podían imaginar lo que les esperaba cuando el productor Capi (descubridor de grandes talentos) puso sus ojos y sus cuentas en ellos. El dúo, que adoptó el nombre de Pecos, llegó acompañado de melodías pegadizas y de un movimiento social de fans nunca visto. Esto pasaba hace 45 años.

Actualmente, Javier no luce rubio, sino que tiene el pelo cano, y Pedro se cubre con sombrero, posiblemente añorando sus rizos rebeldes. Sus timbres siguen siendo los mismos que les abrieron el santuario del éxito, agudos y delicados.

Para celebrar aquellos maravillosos y rompedores años (también algún sinsabor), los dos hermanos se han embarcado en una gira, Dos voces y una historia, que dará comienzo en Madrid el 23 de marzo, y que ya ha colgado en diversos lugares el cartel de 'todo vendido'. De hecho, la capital albergará otra cita no prevista, el 20 de diciembre de 2025. 14 ciudades más se disputan un cartel que ya suena a Háblame de ti y a Esperanzas, dos de sus temas más coreados en el pop español. 20minutos charla con ellos, impacientes por empezar a dar vueltas e impasibles a las preguntas poco cómodas y al ruido que nos rodea. Hay tanta gente en la habitación que ni Frank Sinatra. Pero no importa, porque ellos, los Pecos, han vuelto con su aureola de mitos juveniles intacta, aunque peinen 64 y 62 años ya.

Esta gira tiene que ver con la nostalgia, el dinero y la petición del público

No somos de rap ni de reguetón, sinceramente, aunque lo respetamos, faltaría más

Mis hijos escuchan todo lo actual; el pequeño es fan de Estopa

Queremos que durante las dos horas que dura el concierto, la gente se olvide de todos sus problemas cotidianos

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