Mientras un convulso 2024 apura sus últimas horas, el 2025 pide paso ya en el calendario. Y lo hace, como todos los años, con subidas de precios, alzas fiscales o revalorizaciones de rentas. El año que a punto está de comenzar estará protagonizado por una factura de la luz más cara; precios de la vivienda (y alquiler) más elevados; subidas en el IVA de los alimentos, una nueva tasa de basuras y una incierta alza fiscal al diésel.
También aumentarán ligeramente las cotizaciones sociales (especialmente a las rentas altas), el IRPF a los grandes capitales, el tabaco, los sellos o los peajes. En cambio, el transporte público mantendrá precios congelados en la mayoría de regiones del país gracias a la prórroga de los descuentos aprobada por el Gobierno. Autonomías como Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana o Andalucía ya han confirmado que extenderán los descuentos al menos hasta mediados del año próximo.
La buena noticia para el bolsillo es que también subirán las pensiones, el salario mínimo y, salvo sorpresa mayúscula, el conjunto de los sueldos. Entre las cosas que bajan, el foco se lo llevan las hipotecas, que seguirán abaratándose a medida que el Banco Central Europeo (BCE) siga bajando los tipos.
Luz, alimentos y vivienda
En el apartado de las subidas, probablemente la más destacada es la de la factura de la luz, que volverá a su fiscalidad anterior a la crisis tras tres años y medio de tipos reducidos. Así, el IVA se situará de nuevo en el 21% y el resto de impuestos retornarán a sus niveles normales. Este factor, junto a otros cambios normativos en la factura eléctrica, provocará un alza de precios que puede rondar el 13%, según estima la OCU. Estamos hablando de más de 100 euros al año de incremento.
Sin salir del hogar, otra partida que notarán las familias cuando acudan a hacer la compra será el encarecimiento de los precios de alimentos como el aceite o la pasta. Esto se debe a que, a partir del 1 de enero, el IVA de estos productos volverá a su nivel normal. Es decir, transitará desde el 2% en los alimentos de primera necesidad (incluido el aceite de oliva) al 4% habitual. En el caso de la pasta y los aceites de semillas, la subida fiscal será del 7,5 al 10%. El efecto sobre el bolsillo no debería ser excesivamente grande. En este sentido, jugará a favor la tendencia a la baja en los precios de la alimentación y en especial del aceite de oliva, donde los precios en origen caen a gran velocidad.
En 2025 la vivienda volverá a ser un quebradero de cabeza para los españoles que buscan piso, ya sea por la vía de la compra o el alquiler. Las expectativas de los analistas pasan porque los precios de compraventa sigan al alza, espoleados por la bajada en los tipos de interés del BCE, que se prevé que continúe en 2025. Y la escasez de oferta, especialmente en las grandes ciudades, seguirá empujando hacia arriba los precios del alquiler. Los grandes beneficiados serán quienes ya tienen una vivienda, pero siguen pagando al banco por ella. El recorte en los tipos seguirá abaratando las hipotecas a tipo variable y, en general, cualquier tipo de deuda con interés cambiante.
Otros bienes de consumo que suben de precio son los paquetes de telefonía. Las tres grandes operadoras en España (Movistar MasOrange y Vodafone) aplicarán subidas a sus paquetes en enero, que se moverán entre los 10 céntimos y los seis euros al mes en función de la compañía y la modalidad contratada. Además, como es habitual, también se encarecerá el precio de los sellos (sube un 8,5% para la carta estándar) o los peajes de las autovías estatales, que lo harán un 2%. De igual modo, conviene recordar que enero es un mes en el que suelen subir también las primas de los seguros privados de salud.
Impuestos y cotizaciones
En el ámbito puramente fiscal 2025 llega con una importante novedad: la entrada en vigor de la nueva tasa municipal de basuras. Los ayuntamientos de más de 5.000 habitantes deberán implantarla este año y esta debe cubrir el coste total del servicio, lo que previsiblemente acarreará subidas fiscales en buena parte de las localidades. Las dudas sobre el diseño de esta tasa hacen difícil anticipar de cuánto estamos hablando, pero el Consejo General de Economistas estima que el pago del tributo puede oscilar entre los 165 y los 200 euros anuales por hogar.
En el terreno tributario, la gran incógnita está en el impuesto especial al diésel, que el Gobierno ha tratado de subir para equipararlo a la gasolina sin éxito. De ver la luz, esta medida pactada con Bruselas y que debe entrar en vigor el año próximo, podría implicar una subida de once céntimos por litro de gasóleo repostado.
En el negociado de la Seguridad Social también hay novedades. Con la llegada de 2025, subirán de nuevo las cotizaciones sociales, aunque lo harán de forma muy leve para la mayoría de los salarios. En concreto, el mecanismo de equidad intergeneracional —una cotización extra introducida en 2023 con la reforma de las pensiones— pasará del 0,7 al 0,8%. Además, entrará en vigor la cuota de solidaridad para los salarios que superen la base máxima de cotización (58.908 euros al año). Para los contribuyentes de altos ingresos también subirá el tipo de IRPF aplicado a las rentas del capital a partir de 300.000 euros, que crece del 28 al 30%.
De igual modo, el próximo mes de abril entrarán en vigor los nuevos impuestos a los vapeadores y el cigarrillo electrónico y la nueva fiscalidad del tabaco en general, que conllevará nuevas alzas de precios. Y, finalmente, bajará la fiscalidad de las pymes, que pasarán de pagar un tipo del 25% a otro del 20% en el impuesto de sociedades.
Pensiones y SMI
En el apartado de las cosas que suben, pero que suman poder adquisitivo a los consumidores destacan las pensiones y el salario mínimo. Las pensiones contributivas subirán un 2,8% a partir del año próximo, con alzas superiores en las mínimas (del 6%) y en el ingreso mínimo vital y las prestaciones no contributivas (del 9% en estos dos casos). El Iprem, el indicador de rentas con el que se calculan varios subsidios, seguirá congelado en 2025.
En lo que respecta a la retribución más baja que permite la ley, el incremento todavía no se ha fijado, pero la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha garantizado que aumentará como mínimo un 3%. También se espera que el conjunto de los salarios sigan creciendo en 2025 y le ganen de nuevo algo de terreno a la inflación