Ni siquiera Michael Jordan, para muchos el mejor jugador de la historia, pudo conseguir lo que ha logrado Mac McClung en la madrugada de este domingo: conquistar en tres ocasiones consecutivas el concurso de mates del All-Star de la NBA, en una noche en la que Victor Wembanyama y Chris Paul fueron descalificados por hacer 'trampas' en el de certamen de habilidades y se marcharon abucheados por el Chase Center.
Perteneciente a la liga de desarrollo G League con los Osceola Magic (dependientes de los Orlando Magic), McClung volvió a hacer gala de ingenio, creatividad y potencia en una competencia en la que ya son tradición los brutales mates del genio de 1,88 metros.
La notable actuación de Stephon Castle (San Antonio Spurs), que firmó un gran mate con giro de 360 grados que hundió con fuerza (47,2 puntos) para empezar, no fue rival para un McClung que lo primero que hizo fue sacar un coche —descapotable— y colocarlo debajo de la canasta, como hiciese Blake Griffin en 2011, para sellar un fantástico mate de espaldas que le dio un 50 de puntuación.
Respondió el de los Spurs con un mate tras rebotar en el tablero y un giro de 180 grados (47,8 puntos, 95 en total) que certificó su pase a la final, que ya estaba vista para sentencia tras el segundo intento de McClung: otro 50 (100 en total) tras saltar por encima de un compañero, dar la impresión de que iba a machacar de espaldas y girar a última hora para acabar de frente.
El tercer mate confirmó el triplete de McClung
En la final, Castle intentó algo original, recogiendo en el aire una canasta de un compañero debajo del aro, pasándolo por debajo de sus piernas y machacando con rabia. Necesitó varios intentos, pero finalmente lo logró para un fabuloso 49,6. Sin embargo, enfrente estaba McClung, cuyo tercer mate fue tan difícil de hacer como de describir.
Debajo del aro se situó un compañero con un balón y girando sobre sí mismo con un 'hoverboard'. Al lado de la canasta, otro compañero se subió a una escalera con otro balón. Todo tuvo sentido cuando McClung fue de cabeza a la canasta, agarró el balón del 'hoverboard' y el otro con su mano izquierda para meter los dos a la vez. De nuevo, otro 50.
Castle no merecía irse de vacío y alcanzó un 50 en su último reto, con un tremendo mate pasándose el balón por la espalda de mano a mano mientras giraba. Pero McClung certificó su triplete con un último mate, nuevamente espectacular, en el que saltó por encima del ala-pívot Evan Mobley (Cleveland Cavaliers) y tocó el balón con el aro antes de sepultarlo en la red.
Herro domina los triples y Wemby y Paul, abucheados
En cuanto al concurso de triples, Tyler Herro, jugador de los Miami Heat, se proclamó campeón para evitar que Damian Lillard, de los Milwaukee Bucks y vencedor en las dos últimas ediciones, igualase la gesta que solo han conseguido Larry Bird (1986-1988) y Craig Hodges (1990-1992) con tres victorias consecutivas.
Donovan Mitchell y Evan Mobley, de los Cleveland Cavaliers, se llevaron el triunfo en un concurso de habilidades en el que los spurs Victor Wembanyama y Chris Paul trataron de forzar las reglas y acabaron descalificados entre abucheos del público.
En una prueba cronometrada que consiste en un circuito de pases y tiros, en la que el requisito para estar en la final es el tiempo, el francés y el estadounidense ni siquiera intentaron encestar sus lanzamientos y simplemente arrojaron el balón a cualquier lado, sin importar que cayera lejísimos de canasta, para avanzar lo más rápido posible, lo que les costó la descalificación por no haber hecho "intentos de tiros válidos" y los abucheos del público.
En los últimos años, el All-Star de la NBA ha arrastrado problemas de competitividad y de decreciente interés porque, entre otros aspectos, los jugadores no parecen a menudo tomarse en serio el fin de la semana de las estrellas. La NBA ha intentado revitalizar el All-Star de muchas maneras con éxito limitado. Por ejemplo, este año el partido del domingo será un torneo estilo final four.