2024 fue un 'annus horribilis' para el transporte ferroviario en España y el comienzo de 2025 no invita a pensar que las averías en los trenes, los problemas de saturación de la infraestructura, accidentes e incluso intentos de suicidio hayan quedado del todo atrás, después de que el día de Año Nuevo amaneciera con los trenes Avril con los que Renfe opera algunas rutas de Alta Velocidad paralizados por un fallo informático que se prolongará al menos este jueves, el que tampoco circularán unos trenes en el que el 1 de enero estaba previsto que viajaran más de 14.000 personas. Ese mismo día, también por la mañana, la situación ferroviaria se complicó un poco más en Madrid, donde dos de las líneas de su red de Cercanías tuvieron que suspender su actividad por un arrollamiento en la estación de Sol.
Este jueves tampoco está previsto que puedan circular los trenes Avril, después de que a última hora de la tarde de este miércoles Talgo confirmara que todavía no se había solucionado el fallo informático que a primera hora de la jornada del 1 de enero llevó a Renfe a determinar que los 28 AVE con los trenes Avril que estaba previsto que circularan en el día de Año Nuevo no podían hacerlo. El motivo era una avería en un "fallo de comunicación entre el sistema de control y los cargadores de sus baterías", según informó Talgo, su fabricante, en un comunicado para explicar lo sucedido. Según Renfe, el incidente afectó a 14.100 potenciales viajeros.
Poco después, el operador ferroviario español informaba a través de redes sociales de que ha puesto en marcha un "operativo especial" para reubicar a "todos los pasajeros afectados por la avería", que en el primer día de 2025 incidió en 28 trenes con los que Renfe opera hasta cuatro rutas de Alta Velocidad y en los que estaba previsto que fueran a viajar más de 14.000 viajeros. La operadora ferroviaria, "garantiza" para este jueves el servicio de trenes que conectan Madrid con Barcelona, Galicia, Asturias, Valencia, Alicante y Murcia, que son los que se han visto por la avería en los trenes Avril.
Problemas desde el principio
Debido a que no se ha solventado el fallo informático, este jueves tampoco está previsto que puedan prestar servicio unos trenes que llegaron al parque rodante de Renfe en mayo del año pasado y que desde el principio dieron problemas técnicos, hasta llegar a los de este 1 de enero, día de especial ajetreo, después de Nochevieja.
Los problemas técnicos relacionados con fallos de acoplamiento y de rodaje fueron buena medida causa de los problemas ferroviarios del pasado verano y de una acusada falta de puntualidad. La instalación de un software, además de un refuerzo del mantenimiento, es una de las medidas que a finales de agosto Transportes exigió a Talgo para mejorar el servicio de uno de sus modelos, el S-106.
A pesar de la excelencia tecnológica que Puente suele destacar de Talgo, en plena búsqueda de un inversor alternativo que anulara la OPA lanzada por la compañía húngara Magyar Vagon, el Ministerio de Transportes no ha tenido miramientos en señalar a la empresa vasca como fabricante de los trenes abril, que acumularon retrasos de hasta dos horas el pasado verano. Según afirmó, la mitad de los trenes Avril quedó fuera de servicio en algún momento del verano pasado por problemas de funcionamiento y Transportes llegó a cursar dos reclamaciones a Talgo por "daños y perjuicios", además de la multa de 166 millones que impuso Renfe por el retraso en las entregas.
Alternativas por tren o por carretera
Este miércoles, Renfe consiguió dar alternativas a los pasajeros que tenían que viajar en los trenes paralizados "doblando las capacidades del resto de trenes de Alta Velocidad y Larga Distancia para garantizar la movilidad de los viajeros" y programando puntuales planes alternativos de transporte por carretera cuando la reubicación en otros trenes no es posible, según indicó en un comunicado.
No se pudo evitar, sin embargo, que durante la jornada esta incidencia provocara retrasos de una media de 60 minutos en las líneas de AVE Galicia-Madrid y Asturias-Madrid. En la línea de AVE Madrid-Zaragoza-Barcelona las demoras fueron una media de 20 minutos y la línea Madrid-Valencia-Alicante-Murcia acumuló retrasos de una media de 30 minutos.
Los técnicos de Talgo, Renfe y los de la empresa del cargador de las baterías de los Avril, Ingeteam, siguen trabajando para intentar solucionar el incidente y restaurar el servicio "con la mayor brevedad posible", según deseaba este miércoles el fabricante, en una jornada en la que, en plena pugna comercial con las otras dos operadoras de alta velocidad, Iryo y Ouigo, Renfe se cuidó mucho de dejar claro que los trenes son de Talgo. La compañía vasca, en plena OPA, insistió en subrayar que el problema tampoco exactamente suyo, sino de la empresa que fabrica las baterías.
Para rematar la jornada de incidencias ferroviarias, también en la mañana del 1 de enero, un arrollamiento en la estación de Cercanías de Sol de un hombre que falleció, que obligó a Renfe a suspender durante casi dos horas la circulación de las líneas C-3 y C-4, que no quedó totalmente normalizada hasta casi las cuatro de la tarde, según informó Cercanías en sus canales de información al público.
Retraso en la llegada de los nuevos trenes
En ambos casos, llueve sobre mojado, precisamente al inicio de un año en el que debían empezar a tener recompensa la inversión mucho más cuantiosa que está haciendo el Gobierno en la red ferroviaria con respecto a años anteriores -con una "inversión histórica" de 24.100 millones entre 2022 y 2026-, que, según el Ministerio, está en buena medida en el origen de muchas de las incidencias que se produce en una red ferroviaria sobre la que se están haciendo grandes obras sin cerrarla a la circulación.
Asimismo, los retrasos, averías y otras incidencias que se concentraron especialmente en 2024 por la obsolescencia de los trenes o la falta de capacidad de estaciones que reciben un número imprevisto de pasajeros debían amainar. 2025 es el año en el que deben avanzar o terminar grandes obras en estaciones nodo, como la de Chamartín, escenario de preocupantes aglomeraciones este verano, o en el que se dé un impulso casi final a las obras de la estación de La Sagrera en Barcelona, llamada a incrementar la capacidad de Sants y que está previsto que terminen en 2026.
A finales de septiembre y después de un verano en el que las incidencias en la red, el retraso de los trenes y las aglomeraciones en las estaciones fueron casi el pan de cada día, Puente, pidió "paciencia y comprensión" a los usuarios, sobre todo a los de Cercanías en Madrid y Rodalíes en Barcelona, sufridores de habituales incidencias. Ellos saben desde hace años lo que es transportarse en trenes obsoletos -no ha entrado un tren nuevo desde 2008, insisten desde el Ministerio- que registran averías demasiado frecuentes.
Precisamente por eso, el Ministerio planea renovar "totalmente" estas flotas y destinará a la Comunidad de Madrid y Cataluña buena parte de la "compra de trenes más grande de la historia" que Puente anunció en diciembre de 2023. Consta de 459 convoyes de los que 383 serán de Cercanías y Rodalíes, pero verán retrasada su llegada en relación con los primeros planes del Ministerio. Si en un principio Puente preveía que empezaran a llegar a finales de 2024 y principios de 2025, las previsiones ahora son que en breve habrá una primera entrega, meramente simbólica, de uno de esos trenes para empezar a recibir el grueso del pedido a finales del año que ahora empieza.