El país de Corea del Sur sigue en estado de shock después de que este domingo se haya producido el que es el peor accidente aéreo de la historia del país y el más grave de todo 2024. Un total de 179 personas han perdido la vida después de que un avión se estrellara contra un muro del aeropuerto de Muan, a las 9.03 hora local (1.03 hora peninsular española) al intentar aterrizar de emergencia en las instalaciones. Solo dos personas han podido ser rescatadas con vida.
A la espera de que se esclarezca lo ocurrido, que todo apunta a una colisión contra una bandada de pájaros que ha impedido que el tren de aterrizaje se acabara desplegando correctamente, los familiares de las víctimas se han acercado a la terminal de llegadas de aeropuerto, donde entre la incredulidad y el dolor, han tenido que hacer frente a la tragedia.
Uno de ellos, Maeng Gi-su, de 78 años, ha relatado a la BBC que su sobrino y los dos hijos de su sobrino han perdido la vida en el vuelo. Los tres habían ido a celebrar que el más joven de los hijos había realizado ya sus exámenes de ingreso a la universidad, por lo que su padre había viajado con ellos hasta Tailandia como un regalo. "No puedo creer que toda la familia haya desaparecido. Me duele mucho el corazón", ha expresado.
De igual forma, también se ha pronunciado otra mujer cuya hermana viajaba en el avión siniestrado, lamentando que esta había realizado el viaje tras un momento en el que había tenido "muchas dificultades". Lo cierto es, así, que la mayoría de los pasajeros habían volado hasta Bangkok, en Tailandia, como parte de un paquete de viaje para pasar allí las navidades y regresaban ahora a sus casas. "Ha tenido muchas dificultades y se ha ido de viaje porque su situación apenas comenzaba a mejorar", ha expresado esta mujer.
Por otro lado, también ha compartido su testimonio la prima de uno de los dos pasajeros tailandeses que volaban en el avión, quien ha asegurado sentirse "triste y conmocionada" tras lo ocurrido. Jongluk Doungmanee, de 49 años, era madre de dos hijos de 7 y 15 años como ha querido recordar su prima. Además, vivía en Corea del Sur desde hace cinco años.
"Ver las imágenes de video me hizo sentir aún más angustiada. Me quedé en shock, se me puso la piel de gallina. No lo podía creer...", ha relatado su prima sobre el incidente, recordando que su allegada había pasado en Tailandia dos semanas para pasar tiempo junto a su familia y que su marido había vuelto a Corea del Sur días antes.