El año 2025 ha empezado con una nueva situación de incertidumbre con respecto al suministro de gas natural a Europa. Como ya se esperaba, la empresa estatal rusa Gazprom ha comunicado oficialmente este miércoles que interrumpe el flujo a la UE a través de Ucrania, "debido a la negativa reiterad y explícita" por parte de Kiev de prorrogar los acuerdos de tránsito, lo que pone en una situación de alerta a buena parte de la UE, con seis de sus países más al este -llegando incluso hasta Italia- dependen en hasta un 60% del suministro por esta vía. La Comisión Europea ha reaccionado al comunicado de Gazprom lanzando un mensaje de tranquilidad, asegurando que está "preparada" para abastecerles de gas por cuatro vías alternativas.
"Debido a la negativa reiterada y explícita de la parte ucraniana para prorrogar estos acuerdos, Gazprom se vio privado de la oportunidad técnica y jurídica para suministrar gas para el tránsito a través del territorio de Ucrania a partir del 1 de enero de 2025", ha comunicado este miércoles la compañía rusa por medio de un comunicado.
La suspensión definitiva del transporte de gas natural desde Rusia hacia el resto de Europa por Ucrania es el punto de llegada de la escalada de tensión entre estos dos países, que empezaron a recrudecerse cuando en 2019 Rusia invadió la parte más oriental de Ucrania, la provincia del Dombás y llegaron un punto de no retorno en febrero de 2022 cuando un nuevo intento de anexión por parte de Moscú dio comienzo a la guerra de Ucrania que todavía continúa y que también ha provocado graves consecuencias en materia energética para la UE, que ahora intenta capear el corte total del gas ruso que llega a sus países más al este a través del gasoducto ucraniano.
El anuncio, ya "esperado", ha tenido una reacción inmediata por parte de la Comisión Europea. Fuentes del Ejecutivo comunitario han asegurado a la Agencia EFE que la UE está "preparada" para suplir este gas por medio de otras cuatro rutas alternativas en los países que se verán más afectados por el corte y con los que lleva un año trabajando en previsión del anuncio de Gazprom. España no figura entre ellos, a pesar de que en los últimos años se ha situado a la cabeza de los principales países importadores de gas ruso, en contratos que operadores privados cerraron con productores rusos antes de que empezara la guerra, que llegan en barco -en estado licuado- y que la UE intenta atajar con la prohibición de que los puertos europeos sean escala de metaneros que transporten gas ruso a países terceros.
Los países de la UE más afectados por el corte del suministro son Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia, que tienen conexión directa con la red gasista de Ucrania por la que les llegaba el gas de Gazprom. También Italia y Austria tienen una dependencia elevada, de hasta el 60% en el caso de este último país. De momento, el gobierno esloveno se adelantó este martes al corte de suministro confirmado este 1 de enero asegurando que estaba preparado para la interrupción y que no había riesgo de desabastecimiento. Además de con Ucrania, su ministra de Economía, Denisa Sáková, afirmó que "Eslovaquia tiene también construida una conexión de gasoducto con cada uno de los países vecinos". "Por lo tanto, es posible transportar gas natural desde cualquier dirección", tranquilizó.
Precisamente, el flujo de gas por gasoducto desde otros países europeos, abastecidos, a su vez, por otros países productores, incluidos desde donde llega en barco como gas natural licuado (GNL) es la baza de Bruselas para que este nuevo evento relativo al corte de gas ruso no vuelva afectar a la UE, como lo hizo en 2021 y 2022, cuando el uso por parte del presidente de Rusia, Vladimir Putin, del gas como "arma de guerra" provocó una crisis de precios de la energía que hizo escalar la inflación a tasas desconocidas desde hacía mucho tiempo y el temor a que sus Estados miembros pudieran quedar desabastecidos en momentos tan necesarios como los inviernos.
En esta ocasión y en previsión de que, como así ha sido, Gazprom dejará de bombear gas a la UE a través de Ucrania, la Comisión cuenta con cuatro alternativas para abastecer a los países afectados, la primera de ellas, a través de Alemania, conectada con ellos por gasoducto y que recibe gas por barco de otros países.
La segunda ruta es el acceso de gas de Noruega y de GNL procedente de Estados Unidos; la tercera, sería transportar gas desde Italia a Austria y, de allí, a Eslovaquia y Eslovenia, y la cuarta y última, a través de la llamada ruta Trans-Balcánica, desde Grecia, Turquía y Rumania.