En plena huelga de repartidores de butano, que vivirá su cuarta jornada de paros este jueves, la bombona vuelve a encarecerse un año más con la llegada de los meses de frío. Como si de una fórmula matemática se tratase, cada noviembre -y seguramente hasta marzo- estos envases de gas licuado incrementan su precio cuando aumenta la demanda y todo apunta a que en 2025 podría acercarse a su récord histórico.
Así, el precio actual de la bombona de butano regulada de 12,5 kilogramos es de 16,61 euros, lo que supone un ascenso del 4,27% frente al precio anterior (15,93) y su segundo alza de forma consecutiva tras unos meses a la baja. Si comparamos su precio con el de hace un año (15,14 euros), el incremento es de casi un 10%. En España, las empresas comercializadoras de bombonas de butano (Repsol, Cepsa, Galp y Disa) pueden decidir libremente el precio de ventas de este producto, salvo en el caso de la bombona tradicional, cuyo coste está regulado por ley.
Roberto Gómez – Calvet, experto en energía en la Universidad Europea de Valencia, explica el problema del usuario de la bombona de butano es que se trata de "un consumidor que por necesidad debe recurrir a esta modalidad, pues carece de punto de conexión en la mayor parte de los casos, o no se puede permitir acceder a consumos importantes de gas para calefacción" y recuerda que "el precio fijado para la bombona de butano en el mercado regulado rozó los 20 euros durante el año 2022 tras la invasión rusa en Ucrania y la incertidumbre que se generó".
Fue precisamente ese alza el que puso en alerta al Gobierno, que mediante el Real Decreto-Ley 11/2022, de 25 de junio, limitó el precio de la bombona de butano entre 8 y 20 kilogramos a 19,55 euros, medida que el Real Decreto-ley 8/2023 prorrogó hasta el 30 de junio de 2024.
Hasta ahora, el precio máximo que ha alcanzado la bombona de butano regulada en España se sitúa en los 19,55 euros que tuvieron que abonar los consumidores entre mayo y noviembre de 2022.
Materia prima, fletes y Trump, claves en la subida
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han advertido en este sentido que es muy probable que en la próxima revisión del 21 de enero se produzca una nueva subida que coloque "el precio de la bombona por encima de los 17 euros", una cifra que se rebasó por primera vez a finales de 2021 con el incremento de la tensión en la crisis entre Rusia y Ucrania, debido a alza en el precio de la materia prima y en el coste de los fletes -transporte- y a la depreciación del euro frente al dólar tras la victoria electoral de Donald Trump. La anterior ocasión en que el butano costó más de 17 euros fue en enero de 2023 (17,67).
"Esta subida no es una sorpresa: de hecho, los últimos movimientos indican que se recupera en cierto modo la previsibilidad de las revisiones de precios, lo que llamamos 'ciclo anual de precios del butano', que provocaba incrementos durante el otoño y el invierno y descensos a partir de la primavera hasta el fin del verano", añade esta organización.
Otro factor que puede influir en el precio del butano en enero, apunta la OCU, es la huelga convocada por la Federación Española de Distribuidores de Gases Licuados del Petróleo (FEDGLP) "porque puede provocar problemas en el suministro". Desde noviembre hay paros en los repartidores de bombonas, que exigen que se les pague 4,8 euros por bombona repartida frente a los 25 céntimos que cobran ahora.
A esto hay que sumar además que el Gobierno va a actualizar la fórmula con la que se calculan los costes de comercialización de la bombona de butano. Aplicando la metodología actualizada de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la subida sería de 0,72 céntimos.
Hay que recordar que la revisión del precio de la bombona de butano se realiza de forma bimestral, aunque sus subidas o bajadas están limitadas al 5%. En caso de que su exceso o defecto de precio fuese superior a ese porcentaje establecido, su aplicación se haría efectiva en posteriores revisiones.
"Es imprescindible asegurar el derecho a la energía"
Estas subidas de precio pueden resultar insignificantes para muchos ciudadanos pero es un verdadero quebradero de cabeza para los hogares que lo necesitan para acciones diarias tan cotidianas como cocinar, ducharse o calentar su vivienda.
"La subida del precio de la bombona de butano afecta significativamente a las clases más desfavorecidas, especialmente en invierno cuando el uso de calefacción y agua caliente aumenta. Este incremento puede agravar la situación económica de estos hogares, que ya enfrentan a un incremento de coste que si bien puede parecer de pocos euros mensuales, puede llegar a representar una parte importante de su renta disponible", asegura Gómez – Calvet.
En este sentido, para Ruth Caravantes Vidriales, responsable de Incidencia de EAPN-ES, la Red Europea de lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España, "es imprescindible asegurar el derecho de acceso a la energía, más aún en un contexto de crisis energética e inflación". Esta portavoz afirma que en el último año "la cifra de personas que no podían mantener su casa a una temperatura adecuada en invierno (un 20,7 %,) alcanzó su máximo histórico".
Así es el perfil de los consumidores de butano
Aunque en la actualidad se trata de un combustible en retroceso -entre 2010 y 2021 su consumo ha descendido más de un 25%- aún hay seis millones de hogares que lo consumen habitualmente, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural.
Fuentes de Repsol, compañía líder en España en la comercialización de bombonas de butano y propano, destacan que se trata de "la fuente de energía más barata que existe en este país" y que uno de los atractivos más importante para el consumidor es que "pagas por lo que consumes".
La bombona de butano es la fuente de energía más barata que existe en este país"
Precisan, no obstante, desde la compañía que el perfil de usuarios de estos envases no es tan estándar como se piensa y que existe una gran variedad de usuarios.
"La bombona de butano sigue teniendo un cliente bastante fiel. Es muy usada en verano en las segundas residencias y también es muy importante para el sector HORECA (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías)", afirman desde Repsol, que apunta a un novedoso perfil: "Cada vez hay un mayor consumo en zonas universitarias por parte de los jóvenes porque los propietarios no quieren pagar facturas todos los meses y los universitarios llegan en septiembre y se van en junio".