Las relaciones de pareja son complejas y dinámicas, tiene sentido que, como cualquier estructura bien construida, requieran de atención y mantenimiento constantes para proteger su solidez. La terapia de pareja se ha convertido en un espacio inestimable para reencontrarnos, prevenir o resolver conflictos de la forma más constructiva posible y fomentar vínculos más profundos y saludables.
La Asociación Americana de Terapia Matrimonial y Familiar señala que tres de cada cuatro parejas que acuden a terapia reconocen una mejora significativa en su relación, teniendo en cuenta que la efectividad aumenta cuanto más inicial sea el malestar o incluso en parejas saludables para actuar en prevención. Aún así, no es un paso fácil, adentrarnos en terreno desconocido y poner voz a nuestra vulnerabilidad puede generar muchas dudas. Por tanto, vamos a explorar a continuación algunas de las claves y estrategias terapéuticas que podemos encontrarnos en terapia de pareja:
Uno de los factores más críticos en cualquier relación es la comunicación. Por tanto este tema suele ser prioritario en las sesiones del proceso de la terapia de pareja. Para ello, los terapeutas solemos focalizarnos en la emoción, exploramos los sentimientos de ambos y gestionamos esta comunicación del mundo interior de una forma honesta, respetuosa y resolutiva, abandonando patrones negativos de interacción, sin ataques ni reproches, reavivando la conexión y la validación emocional.
También se fomenta la práctica de la 'escucha activa', se trata de comprender la perspectiva del otro antes de responder, reduciendo la frecuencia y la intensidad de las discusiones.
Además, en este espacio terapéutico se cultiva el tiempo de calidad, dentro y fuera de la sesión, con una guía que facilite los 'momentos compartidos' en pareja de una forma más consciente, tierna y amable entre los dos.
En los casos en los que la confianza se ha visto comprometida, como es común tras episodios de engaño, traición, deslealtad o infidelidad (y sí son dos conceptos diferentes), la terapia de pareja puede ofrecer un camino hacia la reconciliación, proporcionando un entorno de seguridad emocional donde la confianza pueda ser reconstruida gradualmente.
Por último, un propósito interesante es la renovación de los compromisos. Estos sirven como cimientos esenciales en cualquier relación duradera, si bien es cierto que se hace necesario revisar y reajustar estos acuerdos tras los cambios de etapa naturales por los que transita cualquier pareja (al convivir juntos, tener hijos, éxitos o fracasos personales y laborales, duelos, etc). Al adaptarnos saludablemente a estos ciclos, se apoya el crecimiento de la relación y el aprendizaje necesario para enfrentar las adversidades o desafíos de manera conjunta y más eficiente.
Lejos de ser una nueva moda de la familia Pombo (a quienes se agradece visibilizar y normalizar que acudan a terapia de pareja), fortalecer una relación es un proceso continuo que protege la salud mental individual y genera que un hogar siempre sea espacio seguro, el remanso y la quietud que todos necesitamos en la intimidad de las familias que habitamos.