El cerebro también pide gimnasia. Hay actividades específicas que son tan beneficiosas para nuestra mente como el ejercicio físico moderado lo es para nuestro cuerpo. Un estudio de la Sociedad Radiológica de Norteamérica aconsejaba leer el periódico, escribir, visitar una biblioteca o ir al teatro. La última actividad que proponían era jugar al ajedrez.
Es uno de los juegos más antiguos del mundo y combina elementos del deporte, el razonamiento científico y el arte. En la actualidad más de 600 millones de personas juegan al ajedrez regularmente y se estima que el 70% de la población adulta de muchos países lo ha jugado en algún momento de su vida. Naciones Unidas considera que el ajedrez promueve la justicia, la equidad, la inclusión y el respeto mutuo.
Puede que el el juego de las 32 piezas móviles repartidas entre blancas y negras nos haga mejores personas, pero lo que es seguro es que se trata de una herramienta de entrenamiento cognitivo. Nos ayuda a mantenernos concentrados, a resolver problemas, a planificar y a controlar nuestros impulsos, asegura María Rodrigo Yanguas, psicóloga sanitaria y entrenadora de alto rendimiento de la Federación Española de Ajedrez.
El ajedrez tiene la capacidad de beneficiar a nuestro cerebro como poco de estas seis maneras:
Crea conexiones neuronales
Muchos procesos diarios crean dendritas o conexiones neuronales, pero el ajedrez es una de las actividades intelectuales que más ayuda a que nuestro cerebro se "conecte" mejor.
Hace que usemos ambos hemisferios cerebrales
El ajedrez nos obliga a usar el hemisferio izquierdo para reconocer los objetos (las piezas) y el derecho para reconocer los patrones o jugadas a realizar. Practicarlo nos ayuda a usar de forma más eficaz los dos hemisferios.
Mejora el razonamiento y la resolución de problemas en niños
El milenario juego mejora el pensamiento y la resolución de problemas, la lectura y los resultados matemáticos en los niños.
Previene el alzheimer
Jugar al ajedrez estimula la función cerebral, disminuyendo así el riesgo de padecer demencia y combatiendo los síntomas de esta, de la misma forma que puede evitar la depresión y la ansiedad, explica la web Alzheimer Universal.
Desarrolla el autocontrol
El juego de las 32 piezas trabaja el desarrollo del autocontrol, comenta María Rodrigo Yanguas a Efe Salud. Jugando al ajedrez se aprende a que la impulsividad solo lleva a cometer errores y se fomenta una actitud de calma y reflexión, así como el pensamiento creativo, crítico y la memoria.
Ayuda en terapia y rehabilitación
El ajedrez se puede usar en terapia para individuos con autismo o discapacidades varias. Mover las piezas por el tablero puede ayudar como terapia motora, mientras que contribuye a realizar un esfuerzo mental extra y provoca un aumento de la concentración.
Aplicaciones del ajedrez en salud mental
En las últimas décadas el ajedrez se usa como una herramienta de entrenamiento cognoscitivo en distintas patologías de la salud mental. Es el caso de pacientes con esquizofrenia. Según un estudio del Centro de Neurociencia Cognitiva de Lyon (Francia) , los pacientes esquizofrénicos que jugaban al ajedrez de forma diaria mejoraban, mostrando mejor atención, planificación y razonamiento.
El ajedrez es asequible e inclusivo y trasciende las barreras del idioma, la edad, el género, la capacidad física y el estatus social
También en niños y adolescentes con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Cuenta Rodrigo, autora del libro No te enroques, que se ha demostrado que un entrenamiento regular con ajedrez junto al tratamiento habitual ayuda a los pacientes a mejorar en atención y en la sintomatología propia de esta afección.
Pero también en patologías del espectro autista, donde el ajedrez es un buen aliado debido a que el lenguaje ajedrecístico es no verbal y universal. Así, no se hace necesario entablar una conversación hablada, que es el déficit principal de los pacientes con autismo.
Dicho todo esto no hay que olvidar tal vez lo más importante cuando se empieza a jugar al ajedrez: que es divertido (un reto para nuestra mente). Además, se puede jugar en cualquier lugar y lo puede jugar cualquiera porque es asequible, inclusivo y trasciende las barreras del idioma, la edad, el género, la capacidad física y el estatus social. Por eso la ONU afirma que el ajedrez "contribuye a la paz, la cooperación, la solidaridad y la salud a nivel local, regional e internacional".