Vladímir Putin no cederá. El presidente de Rusia cuenta con una serie de líneas rojas infranqueables que no permitirá que sean cruzadas si Estados Unidos y Ucrania quieren poner fin a la guerra. Sus condiciones, ya históricas, han vuelto a ponerse sobre la mesa este mismo martes, en la primera reunión de alto nivel en años entre los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, y de Rusia, Serguéi Lavrov que se celebraba en Arabia Saudí. En la misma, varios puntos clave: normalizar las relaciones entre ambos países, acabar con sus tensiones e iniciar conversaciones sobre el fin de la guerra en Ucrania.
A punto de que se cumplen tres años de la explosión del conflicto, que dio comienzo el 24 de febrero de 2022, el encuentro ha sido valorado por ambas partes de "positivo" pese a que Lavrov no ha dudado en recordar que el que era hasta ahora el estado de las relaciones entre Moscú y Estados Unidos comenzó a deteriorarse tras la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014 y prácticamente cesaron tras la intensificación de la guerra en Ucrania en 2022.
Pero el fin del conflicto, una de las principales promesas políticas de Donald Trump a su llegada a la Casa Blanca, está lejos y a varias reuniones de hacerse realidad. En el encuentro de este martes ha sido tratado con prudencia, habida cuenta de que Rusia tiene unas condiciones aparentemente inamovibles que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, parece no querer aceptar.
Una de ellas es la entrada en la OTAN de Ucrania. "Una negativa a aceptar a Kiev en la OTAN no es suficiente. La Alianza Atlántica debe desautorizar las promesas de Bucarest", dijo la portavoz rusa de Exteriores, Maria Zakharova, en referencia la cumbre de la OTAN de 2008, en la que se abrió la puerta a Ucrania y Georgia como futuros socios. Y esto se mantiene. Rusia reconoce el derecho de Ucrania a entrar en la Unión Europea, pero no en esta organización.
"Un debilitamiento" de la Alianza Atlántica
En este sentido, la Administración Trump no considera "realistas" algunas de las demandas de Ucrania, entre ellas este ingreso, que ha negado de pleno desde el primer momento en que anunció sus conversaciones con Putin. Zelenski, por su parte, avisaba este domingo en una entrevista en la NBC de que la intención de Rusia es declararle la guerra a la OTAN. Según el ucraniano, Putin estaría esperando "un debilitamiento" de la Alianza Atlántica, que podría darse si "Estados Unidos piensa en retirar su Ejército de Europa", para comenzar a ocupar partes del continente. Antes, el viernes, afirmaba que, tanto para Ucrania como para EEUU y el resto de países miembros, la entrada en la OTAN es beneficiosa.
No es el único punto vital para Rusia a la hora de llegar a un acuerdo de paz. Otra línea roja para Moscú es el envío de tropas de países europeos a Ucrania en una hipotética misión de paz. "La aparición de fuerzas de los mismos países de la OTAN bajo otra bandera, sea nacional o de la Unión Europea, no cambia nada. Eso sigue siendo inaceptable", ha aseverado este martes Lavrov. Es más, según el comunicado de Estambul de 2022, algo que consideraron entonces una base para el diálogo, se especificaba que Ucrania debería reducir su Ejército y capacidades de defensa.
Por su parte, Zelenski se ha negado a este punto y ha insistido en que un acuerdo de paz debería desembocar en el despliegue de tropas extranjeras como medida de garantía, más si se confirma que no puede adherirse a la OTAN, algo que ya puso de manifiesto el pasado viernes en la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde especificó que su país necesitará tras la guerra una fuerza de un millón y medio de soldados para protegerse de posibles nuevas agresiones rusas. "Si este es el caso, un ejército fuerte ucraniano será muy importante. Y tropas de algunos países fuertes, como EEUU, deberían desplegarse en Ucrania", ha reiterado este mismo martes.
"Nunca reconoceremos nuestros territorios"
Finalmente, Rusia quiere seguir siendo propietario de los territorios ocupados durante la guerra, algo para lo que Washington ya ha manifestado su acuerdo. Moscú ha tomado casi 66.000 kilómetros cuadrados de suelo ucraniano desde que comenzara la invasión de Ucrania, a los que hay que sumar los de Crimea, que llevarían a un total de 108.070 kilómetros cuadrados, el 18% del territorio. En concreto, el Ejército de Putin se ha hecho con Lugansk, Zaporiyia, Donetsk, Jersón y Crimea.
Pero Zelenski se niega, tampoco admitirá, como ha dicho por activa por pasiva desde la semana pasada, ningún acuerdo de paz que no cuente con el beneplácito de Ucrania. Para el ucraniano, el territorio ocupado no se cederá a los rusos "bajo ninguna circunstancia". "Nunca reconoceremos nuestros territorios temporalmente ocupados como parte de Rusia. Son parte de Ucrania", ha proclamado durante una visita oficial a Turquía, en la que ha mantenido una reunión con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Zelenski teme que EEUU y Rusia negocien un acuerdo de paz que implique ceder ante estas líneas rojas, pero Rusia parece estar lejos de apearse de sus condiciones.