La caída de la ley ómnibus del Gobierno del pasado miércoles —con los votos en contra del PP y Junts— no solo hizo decaer la subida de las pensiones para este año o las bonificaciones del transporte público. Dentro del totum revolutum legislativo de este decreto múltiple se incluía el traspaso al PNV por parte del Estado de un palacete ubicado en París, en la céntrica avenida Marceau, que ha provocado un choque entre los dos grandes partidos del hemiciclo.
El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, aseguró esta semana que el Gobierno quiere "regalar" al nacionalismo vasco un edificio público "sin cumplir con los requisitos" legales y frente al criterio de los tribunales. Tellado acusó al PNV de "chantajear" al Ejecutivo.
De qué edificio se trata
El palacete en cuestión está ubicado en la Avenida Marceau 11 de París. Es un edificio de 1.309 metros cuadrados situado cerca de los Campos Elíseos y hoy es la sede del Instituto Cervantes en la capital francesa. Pero antes, hace casi cien años, fue sede del Gobierno vasco en el exilio.
Si hablamos de este palacete es por la Guerra Civil. El 1 de octubre de 1936, iniciado ya el golpe de Estado de Franco, tuvo lugar la última sesión de Cortes democráticas republicanas. Ese día sus señorías aprobaron el Estatuto de Gernika (hubo varios intentos fallidos de redacción del mismo en 1931, 1932 y 1933).
Por qué un edificio "vasco" en París
El 7 de octubre, José Antonio Aguirre fue elegido primer lehendakari. Formó un gobierno de concertación, con presencia de nacionalistas, socialistas, comunistas y otros sectores republicanos. Pero aquel Ejecutivo sólo llegó a tener poder efectivo en Vizcaya y durante unos meses, hasta la caída de Bilbao.
Ante el avance de los sublevados, el Gobierno vasco se trasladó a Francia. Entre 1937 y 1940, el gabinete de Aguirre tomó asiento en París y lo hizo, efectivamente, en el palacete de la Avenida Marceau. De comprarlo se ocupó el propio PNV, eso aseguran.
A la Guerra Civil española le siguió la Segunda Guerra Mundial. Cuando Francia cayó en manos de los nazis, la Gestapo incautó el palacete del Gobierno vasco en el exilio y se lo cedió a las nuevas autoridades españolas, esto es, a la dictadura de Franco que acababa de tomar el poder. El edificio fue primero sede de Falange y luego, en 1952, se convirtió en la Biblioteca Española.
Quién pagó la compra del palacete
El PNV asegura que el edificio de la Avenida Marceau fue comprado con fondos aportados por militantes suyos; en concreto, aquellos que habían salido al exilio y residían en México y Cuba. Los jeltzales afirman que hay estudios históricos que lo demuestran.
Los documentos mostrarían las transferencias que se hicieron para alquirir el palacete. Esos movimientos tendrían fecha de 12 de septiembre de 1936, es decir, un mes antes de que se aprobara el Estatuto vasco y cuando aún no se había constituido el Gobierno de Aguirre. El edificio, entonces, no lo habría pagado la autoridad autónoma vasca sino el propio PNV. Todo ello estaría recogido en una investigación de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática sobre la titularidad del inmueble parisino.
Sin embargo, los tribunales han venido dando la espalda a la reivindicación del PNV. En 1943, en plena ocupación alemana, un tribunal de París consideró falsa la procedencia de los fondos con los que presuntamente se compró el edificio, asegurando que en realidad procedían de "robos o confiscaciones del tesoro español". Recientemente, en 2003, el Tribunal Supremo español falló que el palacete "nunca fue incautado en aplicación de la ley franquista de responsabilidades políticas y que su integración en el Patrimonio del Estado se efectuó en virtud de sentencia judicial". Se refería así a la del tribunal parisino.
Por qué ahora
El traspaso del palacete de la Avenida Marceau era una reivindicación histórica de los nacionalistas vascos. El pasado 24 de diciembre, el Gobierno publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la cesión del inmueble al PNV. Esa decisión es la que, entre otras, llegó esta semana al Parlamento.
El decreto ómnibus del Ejecutivo contemplaba la "restitución" del palacete al PNV, "en atención a la vinculación histórica del edificio con este Partido" y en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática y de "restitución de bienes incautados a Partidos Políticos".
El real decreto ley establecía que el Instituto Cervantes podrá seguir ocupando el inmueble hasta el 31 de diciembre de 2030, abonando desde el 1 de enero de 2025 "una renta de mercado". El PNV ha confirmado que el Gobierno español "pagará a EAJ-PNV una renta de mercado por el uso y disfrute del edificio". El PP asegura que ese alquiler se elevaría a un millón de euros.
La Avenida Marceau está próxima a los Campos Elíseos: no es una zona precisamente barata. El metro cuadrado cuesta en torno a los 13.000 euros, lo que multiplicado por los 1.309 metros de superficie del palacete da un valor en el mercado de algo más de 17 millones de euros.
¿Dieron su visto bueno Aznar y Rajoy?
El PNV asegura que el edificio parisino ya está en sus manos y no habrá manera de que vuelva a perderlo; que la devolución "es ya irreversible", pese al rechazo en el Parlamento del real decreto ley que recogía la medida. El PP se opone a esta restitución: según Tellado, "el PNV se ha convertido en el partido aprovechategui".
Pero Aitor Esteban, portavoz parlamentario de los nacionalistas, afirma que la devolución del palacete ya "era un compromiso del Gobierno de Mariano Rajoy". Según el relato de los jeltzales, Pedro Sánchez se comprometió con el presidente del Euzkadi Buru Batzar (EBB), Andoni Ortuzar, "a respetar y a cumplir todas aquellas cuestiones que la formación vasca hubiera acordado previamente con el Ejecutivo de Rajoy".
El histórico portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, va más allá y afirma que de ello ya se habló en tiempos de José María Aznar. "En 1996 nuestro apoyo a la Investidura de Aznar tuvo pocos acuerdos pero uno de ellos fue éste", asegura.