A finales de 1999, ante la llegada inminente del nuevo siglo y milenio, el mundo contuvo durante días la respiración por el llamado 'efecto 2000', que suponía que iba a paralizar los sistemas informáticos de medio mundo y todo tipo de sectores. Al final no pasó nada y parece que este fenómeno en el que el cambio de año afecta a los sistemas informáticos ha esperado un cuarto de siglo para manifestarse este 1 de enero en la configuración de los trenes Avril, fabricados por Talgo para circular por las vías de alta velocidad de Renfe por una incidencia que podría estar relacionada con el paso de un año bisiesto a otro que no lo es.
La avería ya está subsanada y este jueves los 28 AVE de este modelo pudieron hacer su servicio con normalidad, después de casi 24 horas de trabajo frenético para solventar un fallo que, según confirma Talgo, ha estado finalmente "relacionado con el cambio de año".
Este día de Año Nuevo permanecieron parados 28 trenes que debían transportar a más de 14.000 pasajeros debido a un problema "de comunicación entre el sistema de control y los cargadores de baterías", según explicó del fabricante de los trenes, Talgo. Sus técnicos, los de Renfe y de la empresa fabricante de las baterías, la compañía vasca Ingeteam, se pusieron a trabajar desde el primer momento para solventar una incidencia que se dio por solucionada en la madrugada del miércoles al jueves, a eso de las cuatro de la madrugada, y para cuando Renfe ya había armado un dispositivo especial para volver a reubicar este jueves a los pasajeros que iban a viajar a los Avril, aunque finalmente no fue necesario.
Una broma nada broma
Mientras tanto, desde el medio día del 1 de enero corrieron por redes sociales comentarios irónicos sobre el "efecto 2000" que, con años de retraso y después de un 'annus horribilis' en el ferrocarril, con retrasos en verano provocados en parte por otra averías de los Avril, venía ahora a atacar a a los trenes, a ese mismo modelo con el que Renfe opera cuatro líneas de AVE y Avlo, precisamente en un día tan especial como el primero del año.
Pero en realidad, la broma tenía bastante que ver con la realidad. El cambio de año ha estado detrás del fallo informático, en una especie de "efecto 2000" con retardo al que se refería este jueves Adriana Lastra, la delegada del Gobierno en Asturias, que pidió disculpas a los "muchísimos afectados" en el Principado por esta avería, que también paralizó AVEs en la línea Madrid-Asturias, una de las cuatro afectadas. "Era una especie como de efecto 2000, voy a decir 2025 en este caso y que nadie se lo podía esperar", apuntó la exnúmero dos del PSOE.
"Siempre ocurre algo", abunda el ingeniero electrónico y autor del blog Bits&Science, Carlos Caro, que apunta a la hipótesis de que cada uno de los dos elementos que debían comunicarse -el sistema de control y los cargadores de baterías- "pensara que estaban en años distintos", en función de que uno hubiera sido configurado para descontar el día de más del año bisiesto que fue 2024 y el otro no. Esta posibilidad, apunta, tiene todavía más peso si, como ocurre en el caso de los trenes Avril, estos dos elementos son fabricados por empresas distintas.
"Puede ser que uno pensara que estaba en 2025 y otro, aún en 2024", apunta como posibilidad Caro, que ha estudiado el efecto de cambiar de un año bisiesto a otro que no lo es, o incluso solo de un año a otro o de pasar del 29 de febrero a 1 de marzo, y constata que siempre suele darse problemas de este tipo, aunque aislados. "El 29 de febrero, el sistema de pago de una gasolinera de Nueva Zelanda no funcionaba", ejemplifica Caro, que añade que lo que sucedió este 1 de enero con los trenes Avril "es lo mismo que pasa otras veces". "Mi sospecha es que [los elementos] que intentan la comunicación [en este caso, el sistema de control y los cargadores de baterías] no hablan de la misma fecha y ocurren los problemas.
Renfe calcula el coste de la incidencia en un millón
Sea cual sea la causa de la avería, Renfe calcula que la incidencia ha supuesto un coste de un millón de euros, en una jornada en la que la operadora de ferrocarril tuvo que reubicar a los pasajeros de los Avril en otros trenes, darles alternativas por carretera cuando esto no fuera y posible y permitir que los viajeros con billete para los trenes afectados pudieran cambiarlos o anularlos de forma gratuita.
"Ayer se garantizó toda la movilidad pese a no contar con esos 23 trenes y hoy ya contamos con ellos. Está todo funcionando con normalidad", ha asegurado el presidente de Renfe, Raül Blanco, en la presentación de un plan de mejoras urgentes para el servicio de Rodalies de Cataluña en Barcelona, cuando también ha apuntado que Renfe estudiará de qué manera imputar esto al fabricante.
"El coste global de la incidencia de ayer fue de un millón de euros para Renfe por billetes anulados, modificados o devoluciones e incluso movilización de equipos. Estudiaremos en el marco de la relación tan compleja y difícil que tenemos con Talgo si habrá penalizaciones", ha dicho.
No sería la primera vez que Renfe hace una reclamación económica a Talgo, también por los trenes Avril. En diciembre de 2023, reclamó daños y perjuicios por 116 millones por retrasarse en la entrega de estos modelos. En agosto del año pasado y al final de un verano lleno de incidencias en el sistema ferroviario, también por retrasos de los trenes Avril, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible reclamó una indemnización de otros 167 millones al fabricante.