Comienza el fin de las calderas de gas, carbón y gasoil: este 2025 llega un importante cambio a los hogares

Un objetivo: reducir al menos un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero; un plazo: entre 2035 y 20240. Así se recoge en la agenda de Desarrollo Sostenible 2030 de la UE y el Acuerdo de París, que pretende acabar con las calderas de combustibles fósiles a largo plazo y que este 2025 introduce un cambios en miles de hogares.

Según la Comisión Europea, los edificios en los Estados miembros son responsables del 40% del consumo energético total y contribuyen con el 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto convierte a la edificación en un sector clave para la descarbonización de la economía europea.

¿A quiénes afecta el cambio?

Tranquilo, si ya tienes una caldera de gas, carbón o gasoil en casa en pleno funcionamiento, podrá seguir operando con normalidad. La retirada se contempla como una sustitución progresiva. Sin embargo, este nuevo año, las ayudas a los sistemas de calefacción mediante combustibles fósiles estarán prohibidas.

Esto quiere decir que, cuando la caldera se estropee, ya no habrá incentivos financieros para cambiarla por otra de combustible fósil, incluso aunque se trate de un modelo más eficiente como las de condensación. En su lugar, lo suyo será sustituirla por otra caldera con otro sistema más moderno y eficiente.

¿Qué más cambios se producirán en los próximos años?

Los documentos de la UE apuestan principalmente por las bombas de calor y tecnologías basadas en las energías renovables. Eso sí, estas ayudas estarán disponibles para sistemas de calefacción híbridos, como por ejemplo los que combinan una caldera con una instalación solar térmica o una bomba de calor.

Por su parte, para el 2028, todos los edificios ocupados o propiedad de entidades públicas deberán ser climáticamente neutrales. Esto significa que no deberán generar emisiones de carbono a lo largo de su ciclo de vida, incluidas la producción y eliminación de los productos de construcción.

Además, a partir de 2030, todos los edificios nuevos en la Unión Europea deberán contar con sistemas de calefacción sostenibles. La instalación de calderas de gas quedará prohibida para nuevas construcciones, lo que promoverá la adopción de tecnologías como la aerotermia.

Finalmente, para 2040, las calderas de gas deberán haber desaparecido de todos los edificios en Europa. Los Estados miembros estarán obligados a reemplazarlas por sistemas alternativos como las bombas de calor, asegurando una transición completa hacia la descarbonización.

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