Un reciente estudio publicado en Nature Scientific Reports ha arrojado nueva luz sobre cómo distintas actividades digitales afectan la inteligencia infantil. El análisis, que incluyó a 9,855 niños de entre 9 y 10 años, concluyó que no todas las interacciones frente a pantallas tienen el mismo impacto, y que actividades como los videojuegos podrían incluso ser beneficiosas.
El estudio reveló que los niños que jugaron más videojuegos durante dos años mostraron un incremento promedio de 2.55 puntos de IQ. Según los investigadores, estos juegos estimulan habilidades como la memoria de trabajo y la atención, al requerir resolución de problemas y toma de decisiones rápidas. Por otro lado, ver videos también mostró un impacto positivo, aunque más modesto, con un aumento de 1.8 puntos en la inteligencia.
Sin embargo, el tiempo dedicado a redes sociales o videollamadas no presentó efectos significativos en la inteligencia, lo que sugiere que el contenido y el propósito de estas interacciones son clave para evaluar su impacto.
El estudio destacó además que factores como la genética y el nivel socioeconómico influyen en la inteligencia inicial, pero no determinaron los cambios cognitivos observados. También se encontraron diferencias de género: mientras los niños jugaron más videojuegos, las niñas tendieron a socializar más en línea.
Estos hallazgos subrayan la importancia de entender las actividades digitales desde una perspectiva matizada, distinguiendo entre tipos de uso y contenido. Si bien algunas actividades pueden ser beneficiosas, el equilibrio y la supervisión siguen siendo esenciales para garantizar un desarrollo saludable.