Valencia afronta 2025 tras la tragedia pasando de lo comunitario a lo individual: "La gente se mete en casa y se busca la vida"

El pasado 29 de octubre el fango arrambló en miles de rincones de la provincia de Valencia y, con él, el dolor y la tristeza se instauró en el corazón de la población afectada -unos 800.000 ciudadanos- y de muchas otras partes de España. 2024 pasará a la historia como el año en el que se registraron las "históricas" precipitaciones de una DANA que superó los registros de la riada de 1957, que inundó la ciudad de Valencia, o la conocida como 'pantanada de Tous' de 1982, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La parte buena fue la oleada de voluntarios que llegaron en masa desde todos los rincones de la Comunidad Valenciana y del resto de España, así como del extranjero, para ayudar a los vecinos a retirar lodo, enseres y recuerdos de toda una vida. La solidaridad inundó las calles que, más de dos meses después y en plenas Navidades, siguen lejos de ofrecer un aspecto de normalidad.

El agua se llevó, al menos, 223 vidas humanas -más tres personas que siguen desaparecidas-, 75.336 viviendas, 135.930 vehículos, 14.062 comercios, 4.435 industrias y 1.060 oficinas, según el último balance -publicado el 23 de diciembre- del Consorcio de Compensación de Seguros, que hasta la fecha ha recibido un total de 230.892 solicitudes de indemnización, de las cuales el 95,5% provienen de la provincia de Valencia. El Consorcio ha realizado una estimación de daños totales por valor de unos 3.500 millones de euros y hasta el momento ha pagado 512. La Cámara de Comercio de Valencia ha cuantificado en un reciente informe los daños en el tejido empresarial valenciano de los 87 municipios afectados en 13.316 millones de euros.

Tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su balance del año político, como el rey de España, Felipe VI, en su discurso de Navidad, tuvieron muy presentes la tragedia. El jefe del Ejecutivo garantizó que el Gobierno va a "cumplir con todos los valencianos y valencianas afectados por esta DANA", al tiempo que detalló que ya se han transferido 690 millones de euros en ayudas a empresas y personas. Por su parte, el president de la Generalitat, Carlos Mazón, ha asegurado que el Ejecutivo valenciano "ha puesto en marcha 854 millones de euros en ayudas directas". Mientras tanto, el jefe del Estado pidió que "las ayudas lleguen a todos los que lo necesiten, para que puedan reconstruir el futuro por el que tanto han luchado".

Las ayudas son precisamente lo que la gente más necesita ahora. Que lleguen es "la gran preocupación" actual, según relata Víctor Suárez, uno de los dos voluntarios que está detrás del proyecto audiovisual Les veus de la DANA (Las voces de la DANA, en castellano), que recoge desde los primeros días después de la riada testimonios de vecinos afectados con el objetivo de construir el relato del pueblo.

Tras más de 35 entrevistas en localidades como Picaña, Catarroja, Massanassa, Paiporta o Chiva, Suárez explica a 20minutos que el sentir al principio se centró en "limpiar en modo automático". Era la estrategia para no pensar. Pero ahora, tras "cierta posibilidad de descanso", con los escombros retirados de las casas y sin los voluntarios en las calles -el volumen ha bajado mucho-, "se ha pasado de lo comunitario a lo individual, la gente se mete en casa y se tiene que buscar la vida para subsistir con unas ayudas que ya veremos cuándo llegan".

"Todos decían 'sé que algún momento esto me va a pasar factura'. Y eso lo hemos visto conforme han ido pasando las semanas, en la forma en la que las personas hablan en las entrevistas, que son prácticamente improvisadas", agrega el técnico audiovisual, que señala que percibe que el ánimo ahora está generalmente "más decaído".

Y es que el agua se llevó por delante seres queridos y proyectos de vida, casas, comercios de todo tipo, teatros, locales de ensayo, industrias, vehículos... En localidades como Paiporta o Sedaví, los bajos quedaron destripados y la vida comercial se apagó. Y es que, según los últimos datos de la Aemet, esta DANA, que se iba a llamarse Caetano pero finalmente no se nombró por no ser una borrasca "clásica", dejó en ciertas zonas hasta 184,6; 620,6 y 720,4 litros por metro cuadrado en una, seis y doce horas, respectivamente. Registros superiores a los de la riada del 14 de octubre de 1957, que anegó la capital del Turia, o la 'pantanada de Tous', que el 20 de octubre de 1982 causó la rotura de esa presa y que provocó graves inundaciones aguas abajo del río Júcar.

El episodio del pasado 29 de octubre batió el "récord nacional de intensidad de la precipitación acumulada" en una, seis y doce horas, reza un reciente informe de la Aemet. "El dato máximo horario, de 185 mm, triplicó al valor de 60 mm utilizado como umbral para la definición de torrencialidad, siendo además 26 mm superior al valor máximo observado con anterioridad en la localidad de Vinaròs (Castellón) el 19 de octubre de 2018. En cuanto a los valores acumulados en seis y doce horas (621 y 720 mm, respectivamente), estos duplicaron a los más extremos anteriormente registrados en la estación de Alpandeire (Málaga) el 21 de octubre de 2018", detallan los meteorólogos.

Dos meses después de la catástrofe, el lodo que trajo el agua se ha secado y se ha convertido en polvo que sigue inundando el ambiente y menguando la calidad del aire de las zonas afectadas. Así lo recalca una vecina de Sedaví, Cristina Calero, que relata a 20minutos que "es una tierrita que aún está por todas partes, que lo está impregnando todo. Los días de viento llega a todos los sitios, es como un recordatorio siempre que sales a la calle de lo que pasó. Cada vez, por suerte, hay menos, pero por todas partes donde vas ves esa tierra, ves ese polvo marrón que prácticamente está por todas partes". La Generalitat recomienda el uso de mascarillas FFP2 para las personas vulnerables y para realizar tareas de limpieza u otras labores al aire libre en las zonas afectadas.

Problemas de movilidad

La riada se llevó más de 130.000 coches. Los vehículos destrozados apilados en hasta cuatro o cinco alturas es una de las imágenes que han quedado grabadas en la memoria colectiva. El agua levantó las vías del tren y del metro que unen muchas localidades afectadas con la ciudad de Valencia. Hoy en día, el metro en la capital ha vuelto a funcionar, pero sigue sin llegar a Paiporta o Picaña, adonde tardará unos seis meses, según cálculos del gobierno valenciano. Recuperar la movilidad es "esencial" para las personas afectadas, anota Suárez. "Hay gente que solo ha salido una vez [de localidades afectadas como Paiporta o Picaña] y cuando van a Valencia, que está a cuatro o cinco kilómetros, encuentran una realidad completamente diferente, con gente haciendo compras de Navidad".

Para sustituir la línea 1 de Metrovalencia -la que va por el sur de la provincia- se han habilitado autobuses lanzadera que cubren los servicios hasta Castelló pasando por otros municipios afectados como Alginet o Alberic. En total quedan 55 kilómetros de trayecto por recuperar. En cuanto a los trenes de Cercanías, se ha recuperado ya las líneas C-1 (València Nord-Gandia) y C2 (València Nord-Moixent), pero la C-3 solo opera desde Aldaia a València Nord y se cubre con autobús el servicio Utiel-Aldaia y Buñol-Aldaia. Los trenes de alta velocidad fueron los primeros en volver a operar, a las dos semanas de la catástrofe. En total quedaron "muy dañados" 126,7 kilómetros de vías ferroviarias, según datos del Ministerio.

Respecto a las carreteras, a 26 de diciembre permanecen 13 carreteras comarcales cortadas en diferentes puntos, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). Además, el agua derribó o dañó varias decenas de puentes. En Picaña, por ejemplo, había cinco que cruzaban sobre el barranco del Poyo y eran camino habitual de sus habitantes para hacer recados diarios. La DANA solo dejó uno y trayectos de diez minutos pasaron a ser caminatas de una hora. La Unidad Militar de Emergencias (UME) ha levantado tres puentes 'Mabey' en Buñol, Cheste y Ribarroja y el Ministerio de Transportes reparará 11 pasarelas y puentes de Picaña, Paiporta, Manises y Riba-roja de Túria.

"A nivel de transporte, lo único que echo en falta es mi coche porque ya no lo tengo y he perdido el poder adonde quiera cuando quiera", comenta la vecina de Sedaví. A su pueblo ya llegan los autobuses urbanos de la EMT, interurbanos y los trenes de Cercanías. También echa en falta los contenedores para separar la basura y sus tiendas de toda la vida. "Todavía no hay contenedores para reciclar, estamos con contenedores antiguos donde tienes que echar toda la basura a la vez. Y donde más sigue afectando es en el tema del pequeño comercio, que son tiendas de personas con nombre y apellidos, de autónomos, de gente superluchadora y supertrabajadora que ha perdido muchísimo. No puedes ir a tomarte un café al 'Bombonet' porque no existe y además esa persona ha perdido toda su casa. Son tantísimos negocios... es una tristeza enorme seguir viendo cada día locales llenos de escombros, locales en obras... Mi dentista, María Jesús, tampoco está... Son muchísimos", lamenta Calero.

Poco a poco van reabriendo algunos comercios y los vecinos se funden en abrazos con sus tenderos. Es "lo más positivo" y momentos "superemotivos", porque, tal y como describe esta vecina, son "como un nuevo nacimiento". Cristina pide que "no se nos olvide darle el valor que tiene" al tener luz o agua en casa y la nevera llena, básicos que normalizamos en el día a día pero que a los afectados les faltó durante unos días.

Garajes, campas y viviendas

Para recuperar la normalidad habrá que retirar el lodo por completo. Hasta el 26 de diciembre se habían limpiado el 78% de los garajes, según la información facilitada por el subdirector general de Emergencias de la Generalitat Valenciana, Jorge Suárez. Esa sigue siendo la prioridad del Cecopi dos meses después de la catástrofe climática "por el impacto que tiene sobre toda la población. Eso, y el baldeo de calles, que va muy conectado con las propias retiradas de los garajes".

La humedad dentro de las casas continúa siendo un problema importante. Suárez comenta a este periódico que, si bien la necesidad sigue siendo ingente, una urgencia actual son técnicos oficiales y peritos que revisen el estado de las viviendas. "Hay que secar las casas, tienen muchas humedades", dice quien también ha donado deshumidificadores a personas afectadas. "Se han sacado hasta diez litros de agua por día y deshumidificador y hay casas con tres", apunta uno de los creadores de Les veus de la DANA. La Generalitat realojó el sábado 21 de diciembre a las primeras 21 familias en un edificio de La Torre que también se vio afectado por la riada. La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, ha explicado que también el Gobierno ha asignado 150 viviendas de Sareb en Utiel, Algemesí y Picassent.

Las campas llenas de basura y coches siniestro total siguen bordeando las localidades afectadas. "Han pasado cerca de dos meses desde que arrasó la DANA nuestros municipios y todavía quedan miles y decenas de miles de coches en las campas de las ciudades, a los que hay que dar una salida cuando más pronto mejor", aseveró la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, el día de Navidad, al tiempo que insistió en que hay campas con coches que están cerca de núcleos poblacionales, de institutos, de gasolineras o de infraestructuras que son peligrosas, por lo que hay que retirarlos "lo más pronto posible".

Empleo e industria

"Tras la DANA vendrá otra 'DANA social'. La recuperación económica es muy importante", destaca el presidente de la Federación de Parques Empresariales de la Comunitat Valenciana (Fepeval), que cuantifica en 57 los polígonos industriales afectados y en 6.500 las empresas. Diego Romá lamenta a 20minutos que en estos dos meses "se ha avanzado poco" y que "la devastación es muy grande".

De puertas para afuera, aún quedan aceras y alumbrado por reparar, y sobre todo el sistema de alcantarillado, que "no chupa porque el lodo se ha hecho arcilla y cuando llueve se vuelve a encharcar todo". De puertas para adentro, Fepeval estima de forma muy preliminar que entre el 10 y el 15 por ciento de las industrias afectadas no podrá continuar. En Algemesí, por ejemplo, solo el 15% de las naves están funcionando al 100% actualmente. "Esto va para largo. Toda ayuda es bienvenida, pero necesitamos mucha más inversión, que el Gobierno de España y la Comisión Europea se den cuenta de la gran devastación que hay. Necesitamos ayudas a fondo perdido, ágiles y que lleguen rápido para que las empresas se puedan salvar", clama Romá.

Unos 31.668 trabajadores están acogidos a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza mayor debido a la DANA en la Comunitat Valenciana, con un total de 2.848 empresas solicitantes, según informó el pasado jueves el Ministerio de Trabajo y Economía Social. Por su parte, la Confederación del Comerç d’Alacant, Castelló i València (Confecomerç) cuantifica en "más de 8.000" los comercios en la provincia de Valencia afectados por la DANA. Las pérdidas materiales incluyen locales destruidos, inventarios perdidos y maquinaria inservible, ha recordado en una reciente nota de prensa en la que denuncia que la "grave situación de ralentización del pago de indemnizaciones por parte del Consorcio de Compensación de Seguros" está generando un "impacto económico significativo y lastrando la ya de por sí complicada recuperación".

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