El proyecto de una mina de litio desata las protestas en Serbia y el presidente las tacha de complot occidental para tumbarle

Quien tiene litio tiene un tesoro. Es, junto a las tierras raras y otros minerales (tungsteno, grafito o telurio), una materia prima crítica para la economía de la transición climática. En Europa no hay mucho y en Serbia han encontrado un gran yacimiento de este mineral estratégico.

Lo que parece una buena noticia se ha convertido en asunto de Estado y motivo de crisis en un país que aspira a entrar en la Unión Europea, pero que sigue confraternizando con Rusia y China. La apertura de una gran mina de litio ha desatado una ola de movilizaciones, que para el presidente, Aleksandar Vucic, son un complot occidental para tumbarle.

Si para algo es básico el litio es para la fabricación de las baterías de los vehículos eléctricos. En los dos últimos años hemos asistido a una carrera de los fabricantes de estos coches (con los chinos por delante) para hacerse con la materia prima.

Es un elemento moderadamente abundante, pero solo cuatro países, Argentina, Bolivia, Chile y Perú, tienen el 85% de las reservas del planeta. Pero los principales productores son Australia, Chile, China, Argentina y Brasil. Hay que llegar al séptimo puesto de la lista para encontrar un país europeo, Portugal.

Un 20% de las reservas estimadas en Europa

Pero en Serbia han hallado litio. Se trata de un yacimiento localizado en Loznica, en el valle de Jadar, muy cerca del parque natural del mismo nombre. Su explotación, proyecto del gigante minero angloaustraliano Rio Tinto, está presupuestada en unos 2.200 millones de euros.

En el valle de Jadar, en el noroeste del país, hay mucho litio. Según el Gobierno serbio, son unos 158 millones de toneladas, lo que supone casi un 20% de las reservas totales estimadas en el continente europeo.

Pero esta reserva queda cerca de un tesoro del patrimonio natural serbio y en 2022 los activistas medioambientales comenzaron a movilizarse por lo que entendían que era una gran amenaza contra la naturaleza. El asunto acabó en los tribunales y una primera decisión judicial ordenó paralizar el proyecto de Loznica.

La empresa recurrió y un reciente veredicto judicial, ya del Tribunal Constitucional, anuló la primera decisión. El dictamen del Constitucional serbio determinó que las autoridades se excedieron en sus poderes al detener este proyecto. Eso significó luz verde a la explotación del litio.

Nuevas protestas en la calle

Y en consecuencia las movilizaciones han regresado. Este pasado sábado, decenas de miles de personas salieron a las calles de Belgrado, para rechazar la reanudación del proyecto. La protesta, una de las mayores de los últimos años en Serbia, continuaron hasta las 05.30 de la madrugada, cuando culminaron con el bloqueo de varias líneas de tren y de metro en la ciudad.

A esa hora, fuerzas antidisturbios acabaron interviniendo para expulsar a decenas de personas aglomeradas en las vías de la estación de tren de Prokop. Hubo 14 detenidos. El ministro del Interior, Ivica Dacic, reconoció el carácter pacífico "inicial" de las marchas hasta que varios "alborotadores" decidieron interrumpir el tráfico ferroviario.

Litio serbio para acercarse a la UE

El Ejecutivo serbio defiende el proyecto de Rio Tinto, pero asegura que no seguirá adelante si percibe el más mínimo riesgo para la naturaleza. Los activistas no se fían de la palabra de las autoridades.

Pero no solo hay dinero y ecología detrás de la crisis de Loznica; también hay política. Solo así se entiende que el presidente Vucic haya llegado a tachar las protestas de complot occidental para tumbar su Gobierno.

La clave está en que la reanudación del proyecto, tras la decisión del Constitucional, llega después de la firma de un pacto sobre materias primas críticas entre Serbia y la Unión Europea. El acuerdo busca reducir la dependencia del litio procedente de China.

En julio, Vucic, el canciller alemán, Olaf Scholz, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Maroš Sefcovic, firmaron una declaración de intenciones que permitirá la extracción del litio del valle de Jadar. Scholz aseguró que el proyecto cumplirá con las "normas más estrictas" de protección del medio ambiente y Sefcovic consideró el acuerdo como un paso importante para la integración de Serbia en la UE.

El país busca entrar en el club europeo, pero sigue manteniendo vínculos muy estrechos con Rusia y China. El memorando de la UE sobre la minería de litio y otros materiales clave necesarios para la transición verde acercaría a Serbia al bloque y reduciría la dependencia europea de China para las baterías de litio y los automóviles eléctricos.

Moscú habla del riesgo de golpe de Estado

Este domingo, Vucic indicó que todavía no hay una decisión definitiva y que el proyecto de Loznica no tiene carácter inmediato. "Quedan todavía dos años para que ocurra algo. Durante ese tiempo podremos hablar lo que queramos, para ver qué podemos ganar con esto, qué nos gusta y qué no nos gusta. Y será entonces cuando adoptaremos una decisión al respecto", dijo ante los periodistas.

En cuanto a las detenciones y disturbios, Vucic opinó que se trata del "terror de la minoría sobre la mayoría" y destacó la "atmósfera democrática" en la que se ha desarrollado la protesta. Pero el presidente ve algo más en todo ello.

"Es parte de un enfoque híbrido" diseñado para derrocar al Gobierno, dijo Vucic ante los medios de comunicación. "Sabíamos todo en detalle. ¿Creen que has sorprendido a alguien?", aseguró. El presidente serbio aseguró la semana pasada que los servicios de inteligencia de Rusia ya les habían avisado.

Lo que Moscú contó a las autoridades serbias es que se estaban preparando "disturbios masivos y un golpe de Estado" en Serbia, detalla Euronews. Según la inteligencia rusa, detrás estarían potencias occidentales no especificadas que desean expulsar a Vucic del poder.

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