La nueva Alemania de Merz endurecerá más su política migratoria: "Lo pide el electorado alemán y si no lo hace crecerá más la AfD"

El resultado de las elecciones del domingo abocan a Alemania a reeditar una coalición de gobierno entre los dos grandes partidos, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), aunque esta vez muy tensionada por el auge de Alternativa por Alemania (AfD), una derecha radical que ha logrado su mejor resultado histórico y que liderará la oposición como segunda fuerza en el Bundestag.

"El nuevo gobierno va a endurecer sus posiciones respecto a la política migratoria porque es lo que está pidiendo el electorado alemán y, si no lo hace, es muy probable que en las próximas elecciones la AfD logre aún mejores resultados que ahora", advierte Ana Sofía Cardenal, catedrática de Ciencia Política en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), quien señala que el auge de la extrema derecha en Alemania "es un patrón similar al que ya hemos visto en Francia y en otros países europeos".

"Las soluciones no son simples y habrá que ver cómo se gestiona el tema migratorio, pero es evidente que es un debate que está en la calle y al que los partidos tradicionales han llegado tarde. Hasta ahora han centrado su discurso en reflejar que los inmigrantes aportan más de lo que reciben desde un punto de vista económico, pero han descuidado otras dimensiones que pesan tanto o más, como puede ser el aspecto cultural o la preocupación por la inseguridad, que muchos asocian con la inmigración. Los partidos mainstream no han conectado realmente con las preocupaciones de los votantes y ataques terroristas como los vividos en los últimos días son gasolina para la extrema derecha", dice.

"La AfD ha marcado la agenda durante toda la campaña electoral al situar el debate migratorio en el centro y ahora, como primer partido de la oposición, va a seguir teniendo esa capacidad de marcar la agenda política porque tanto la CDU como el SPD se están dejando arrastrar hacia sus planteamientos", coincide la politóloga de la Universidad Complutense de Madrid, Ruth Ferrero, que pone el foco en el caladero de votos que ha encontrado la ultraderecha en el territorio de la antigua RDA: "La reunificación alemana se hizo mal y dejó excluida a gran parte de los ciudadanos de la Alemania Oriental, que se sienten como ciudadanos de segunda clase y consideran que algunos inmigrantes tienen más beneficios que ellos".

Frederic Mertens, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea, resalta la paradoja de Die Linke, el partido de extrema izquierda que también se alimenta de la RDA y que ha abrazado los postulados antiinmigración de la AfD: "Es una postura curiosa para un partido de izquierdas, pero ellos tampoco quieren abrir las fronteras y no ven ninguna incompatibilidad en mantener ese discurso y defender posturas progresistas".

Un apoyo a Ucrania más firme

El relevo en el gobierno alemán también afecta a la Unión Europea porque lo que ocurre en la primera economía del euro repercute muy directamente en Bruselas. "Se dice que Europa avanza cuando Francia y Alemania van a la par y creo que el cambio va a ser evidente en el eje franco-alemán porque Merz está en la misma onda que Macron, que tuvo muchos problemas de entendimiento con el canciller Sholz desde el primer momento", afirma el profesor Mertens.

Mertens confía en "la visión europeísta" del futuro canciller Merz y cree que, junto a Macron, pueden trabajar para reforzar a la UE dentro del complicado tablero geopolítico internacional. Para empezar, subraya que el apoyo a Ucrania "será más firme" y que Alemania podría alejarse de los planteamientos de Trump y Putin para lograr la paz de espaldas a Kiev: "Merz tiene una posición mucho más firme que la de Scholz y parece dispuesto a entregar misiles alemanes Taurus a Zelenski, algo a lo que el canciller en funciones siempre se había opuesto tajantemente".

Por otra parte, no prevé demasiada sintonía entre Merz y la nueva administración estadounidense, que expresó públicamente su respaldo a la AfD de Alice Weidel en la campaña electoral: "En Alemania no ha sentado demasiado bien la injerencia de Trump en estos comicios y lo interpretan como un menosprecio hacia su democracia. Creo que Merz va a tener un discurso más europeísta frente a Trump. Sabe que EEUU es un socio comercial importante, pero que Alemania también necesita el mercado europeo".

Reactivar la economía e independencia energética

Otro de los grandes retos para el nuevo gobierno será reactivar la renqueante economía germana. De hecho, muchos votantes han castigado al partido de Scholz precisamente por ese motivo. "El nuevo gobierno tiene que formarse rápidamente porque Alemania entra en un tercer año de recesión económica y es importante hacerlo con celeridad para dar tranquilidad y seguridad a las empresas alemanas y a la inversión extranjera", afirma Mertens, quien, no obstante, recuerda que la CDU no tendrá las manos libres: "Aunque el SPD ha perdido drásticamente las elecciones, Merz tendrá que contar con ellos y no creo que acepten colaboraciones puntuales".

"No espero que haya un giro radical en la política alemana porque volvemos a la gran coalición entre conservadores y socialistas, que ya ensayó Angela Merkel en tiempos anteriores", afirma Ferrero, quien sí matiza que esa 'gran coalición' ha dejado de ser tan grande porque "es la primera vez en toda la historia de la República Federal que entre ambos partidos no alcanzan el 50% de los votos".

Ferrero pone de manifiesto que la CDU y el SPD "son dos partidos analógicos" cuya base de votantes "está muy envejecida", mientras que "el voto joven ha ido a parar mayoritariamente a AfD y Die Linke", alternativas más extremas tanto por la derecha como por la izquierda. Subraya, asimismo, "el importante sesgo de género" que reflejan los resultados, pues la mayoría del voto joven femenino ha sido para la izquierda (Die Linke) y el masculino para la derecha (AfD).

"En política doméstica veo complicado que se vaya a dar un gran salto en materia de innovación o incremento de la inversión pública para modernizar el país, que es lo que necesita ahora mismo Alemania, porque Merkel no materializó en su momento las grandes inversiones que hacían falta en infraestructuras, redes de internet o una industria que se está quedando rezagada y es cada vez menos competitiva. La política económica de la CDU se ha basado en mantener el techo de gasto blindado por la Constitución y no veo una reforma constitucional que permita ampliarlo", dice.

Respecto a la dependencia energética, Ferrero cree que es una situación complicada para Alemania, que ha sido "adicta al gas ruso barato porque eso permitió a la industria alemana seguir siendo competitiva" durante años, pero la guerra de Ucrania le ha obligado a buscar nuevos mercados. El profesor Mertens no descarta que Merz "intente resucitar las centrales nucleares" en Alemania tras el apagón nuclear impulsado por Merkel: "Él no estuvo nunca de acuerdo con ese plan energético y podría intentar enterrarlo a medio plazo, aunque también depende de sus socios de gobierno".

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