La credibilidad del plan de ajuste estructural con el que el Gobierno logró convencer a la UE de que reducirá su deuda de forma clara en los próximos años está en entredicho. El inesperado gasto que ha supuesto la respuesta a la DANA y una reforma fiscal que salió adelante descafeinada ponen a España ante un incumplimiento en su objetivo de déficit ya en 2024.
El Banco de España lo ha constatado en sus proyecciones macroeconómicas publicadas el martes. Salvo que el Ejecutivo adopte medidas adicionales, España cerrará 2024 con un déficit del 3,3% sobre el PIB (tres décimas por encima del máximo permitido por la UE) y con un 2,9% el año próximo, cuatro décimas más de lo comprometido. Si la situación no se corrige, la brecha se ensancharía aún más en los años siguientes. De tal forma que en 2026 y 2027 el déficit previsto por el Banco de España se quedaría en un 2,7% —seis y nueve décimas más, respectivamente— de lo pactado con Bruselas para esos años.
La situación se ha complicado en buena parte por las necesidades de gasto extraordinario que ha provocado la DANA. Los economistas del Banco de España cifran en unos 7.500 millones de euros (un 0,5% del PIB) el desvío presupuestario que pueden causar las medidas de apoyo. Esta cifra contrasta con los 16.000 millones en que el Gobierno cifra el paquete de apoyo. Buena parte de esta discrepancia se explica porque esos 16.000 millones son una cifra de máximos de los que, además, una cantidad nada desdeñable son avales públicos que deberían recuperarse en su mayoría.
El impacto de la DANA sobre el déficit se repartirá entre las cuentas de 2024 y 2025 porque no todos los gastos se consignarán en el mismo ejercicio fiscal. En todo caso, todavía existe mucha incertidumbre sobre cuál será el impacto presupuestario real. Una de las razones es que todavía se desconoce qué parte del gasto se sufragará con cargo a los fondos estructurales de la UE, que no computan de cara al déficit público. Además, también hay que tener en cuenta que Bruselas no contabilizará tampoco en el desequilibrio los gastos para la reconstrucción de las zonas afectadas.
Más allá de la DANA, el Banco de España menciona que hay una serie de sentencias desfavorables que ha recibido Hacienda últimamente también contribuirán al deterioro de las cuentas públicas. El impacto que esto tendrá sobre el presupuesto se estima en unos 6.000 millones (cuatro décimas de PIB), repartidos en todo el periodo 2024-2027.
Reforma fiscal de 4.500 millones
En lo tocante a la reforma fiscal, el Banco de España da credibilidad a la recaudación prevista por el Gobierno de unos 4.500 millones de euros (tres décimas de PIB) que incluyó en el plan de ajuste estructural. Sin embargo, sostiene que esos ingresos irán menguando con el paso del tiempo hasta caer por debajo de los 3.000 millones (0,2% del PIB) en 2026 y 2027 debido a la temporalidad de alguna de las medidas incluidas.
Todo esto hace pensar al supervisor bancario que no se cumplirá la senda de ajuste en el gasto que el Gobierno pactó con Bruselas si no se incluyen medidas adicionales. "El escenario macroeconómico y los supuestos sobre las medidas fiscales que subyacen a las proyecciones presentadas son coherentes con un crecimiento del gasto primario neto que sería, en promedio, 0,4 puntos porcentuales superior durante esos tres años (3,9% frente al 3,5% comprometido)", sostiene el Banco de España.
El regulador destaca que todavía "falta de concreción" sobre cómo se llevaría a cabo, pero asegura que tendrán efectos negativos sobre el crecimiento económico. En este punto, señalan que recortar inversión reduciría el crecimiento del PIB al final del horizonte de proyecciones (2027) en cinco décimas, mientras que hacerlo por la vía de los recortes de gasto el impacto sería de tres décimas.