Feliciana, la única superviviente española al horror de Auschwitz: "Guardó el dibujo de su compañera muerta y se lo dio a la familia"

El 27 de enero de 1945, hace 80 años, las primeras tropas del Ejército Rojo entraban en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau y eran testigos presenciales del horror nazi en su máximo exponente. Detrás de las alambradas hallaron el infierno: cientos de cadáveres tirados por los suelos, cuerpos famélicos deambulando sin rumbo, niños aterrorizados y un penetrante olor a muerte y putrefacción.

Más de 1 millón de personas habían sido asesinadas en las cámaras de gas y sus cuerpos incinerados en los hornos crematorios del más mortífero de todos los campos de exterminio del III Reich. Fueron muy pocos los prisioneros que salieron con vida de aquella fábrica de muerte, entre ellos Feliciana Pintos Navas, la única española documentada que sobrevivió al infierno de Auschwitz.

Republicana, comunista y muy vinculada a los movimientos obreros, fue miembro de la resistencia francesa bajo la ocupación nazi, pero en julio de 1942 fue detenida junto a su marido y posteriormente deportada a Auschwitz, donde ingresó como prisionera el 26 de enero de 1943, con el número de registro 31734, según recoge Mémoire Vive, asociación francesa que promueve la historia de los deportados.

Pintos cruzó las alambradas de Auschwitz cantando La Marsellesa con un amplio grupo de prisioneras francesas. Una moral muy alta que el hambre, el frío y la enfermedad fueron minando poco a poco durante los 16 durísimos meses que pasó internada en el campo, donde llegó a contraer el tifus y estuvo al borde de la muerte.

Pero esta española originaria de Ávila resistió a todas las penalidades vividas y el 2 de agosto de 1944 consiguió salir con vida de Auschwitz, aunque no para hallar la libertad, porque del horror del infausto campo polaco fue trasladada a Ravensbrück, otro exclusivamente femenino situado al norte de Berlín; y de allí a Mauthausen, en Austria, donde murieron la mayoría de los republicanos españoles que pasaron por los campos de exterminio nazis.

Su liberación definitiva no llegó hasta el 22 de abril de 1945, solo 8 días antes de que Adolf Hitler se quitara la vida en su búnker de Berlín, cuando Feliciana fue acogida por la Cruz Roja Internacional y trasladada en camión hasta la localidad suiza de St. Gallen y desde allí a París.

¿Quién era Feliciana Pintos?

Feliciana Pintos nació en El Barraco (Ávila) el 9 de junio de 1914 en el seno de una familia humilde y a principios de los años 20 emigró a Francia con sus padres, Justo Pinto Calvo y Eugenia Navas Muñoz, y sus siete hermanos. La familia Pinto se instaló en Burdeos y Feliciana empezó a trabajar muy joven, a los 13 años, en una fábrica de la ciudad, tal y como explica Juan Manuel Calvo, presidente de la asociación Amical de Mauthausen, encargada de preservar la memoria de las víctimas españolas del nazismo.

En ese ambiente fabril entró en contacto con los movimientos obreros y en 1936 se casó con Raymond Bierge, obrero cualificado de los astilleros de la Gironda y sindicalista, cuyo apellido adoptó como es habitual en Francia, por lo que a partir de entonces se la conoce como Feliciana Bierge o Félicienne Bierge.

"Feliciana formó parte de un gran movimiento migratorio de familias españolas que se marcharon de zonas rurales para instalarse en Francia debido a la crisis económica que hubo tras el final de la Primera Guerra Mundial. Ella es una niña que se educa, estudia y empieza a trabajar en Francia, donde entra en contacto con el movimiento obrero y se hace militante comunista", asegura Calvo a 20minutos.

Tras el estallido de la Guerra Civil en España, el matrimonio Bierge "llevó a cabo diferentes acciones solidarias con la población civil republicana, organizando colectas entre los obreros franceses para recabar dinero, ropa y alimentos que fueron trasladados a España", detalla.

Los dos participaron en diversas huelgas y protestas obreras hasta que en 1938 se afiliaron al Partido Comunista tras el fracaso del gran paro nacional convocado en Francia el 30 de noviembre, que fue duramente reprimido por las autoridades.

La ocupación alemana de Francia al inicio de la Segunda Guerra Mundial llevó al matrimonio a vivir clandestinamente en la localidad de Villenave d'Ordon, en el sur de la periferia de Burdeos. Pronto comenzaron a colaborar con el grupo de Francotiradores y Partisanos Franceses (FTP), la resistencia comunista. Entre sus actividades figuran la difusión de propaganda antifascista, llegando a instalar en su domicilio dos pequeñas imprentas, de donde salían octavillas y panfletos reivindicativos que se repartían por los barrios obreros de Burdeos.

Según detalla Mémoire Vive, Felicienne Bierge fue el agente de enlace entre Raymond Rabeaux, responsable de propaganda para toda la región del sudoeste francés, y René Michel, uno de los principales organizadores de la resistencia comunista en la región de Burdeos, fusilado en 1943. También llegó a suministrar armas a los grupos FTP de la Gironda.

"Las mujeres son las grandes olvidadas del movimiento de resistencia, pero su labor fue fundamental. Se reconoce mucho más el papel del resistente que ataca o comete actos de sabotaje, que ese rol más auxiliar de transmitir mensajes y órdenes, custodiar pisos francos, transportar armas o difundir propaganda. Son funciones que desarrollaron muchas mujeres como Feliciana", dice Calvo.

Las mujeres son las grandes olvidadas del movimiento de resistencia, pero su labor fue fundamental. Transmitir órdenes, custodiar pisos francos o transportar armas son funciones que desarrollaron muchas mujeres como Feliciana"

Pero la actividad clandestina de la pareja acabó de golpe el 30 de julio de 1942. Ese día Raymond Bierge fue detenido mientras trabajaba en la fábrica y Félicienne fue arrestada en su propio domicilio y en presencia de su hijo Henri, de cuatro años, que se quedó a cargo de una vecina hasta que lo recogió su abuela paterna.

La detención del matrimonio, en cuyo domicilio se encontró numerosa propaganda antifascista, fue posible gracias a la confesión de Pierre Giret, otro alto responsable de la resistencia comunista, que había sido detenido meses antes y que acabó delatando a sus compañeros.

A partir de ese momento, comenzó el calvario para la española. Su marido fue fusilado en septiembre y ella pasó de cárcel en cárcel hasta que el 24 de enero de 1943 embarcó junto a un grupo de 230 mujeres en un vagón de ganado, en la estación de mercancías de Compiègne, con destino a Auschwitz, un durísimo viaje sin apenas comida de casi tres días de duración, que terminó en el peor lugar de la Tierra.

¿Qué fue de Feliciana tras su liberación?

Tras sobrevivir a tres campos de exterminio nazis, Félicienne Bierge volvió a instalarse en Burdeos y se casó de nuevo con un conductor de un camión cisterna, que le dio un nuevo apellido y pasó a ser conocida como Félicienne Labruyère.

En el centro de rehabilitación para víctimas del nazismo aprendió el oficio de peluquera y en 1950 tuvo otra hija. "Al regresar a Burdeos se puso en contacto con familiares de otras mujeres deportadas que fallecieron en los campos, algunas militantes comunistas como ella, para darles información o explicarles cómo habían fallecido esas compañeras", cuenta el presidente de la Amical de Mauthausen. Y recalca un episodio muy emotivo: "A la familia de una fallecida le entregó el dibujo que esta había hecho de su hijo después de haberlo guardado y conservado durante su paso por los tres campos, arriesgando seguro su vida por custodiar ese dibujo".

Al respecto, subraya que esa "solidaridad" fue muy común entre los presos que habían formado parte de la resistencia y, especialmente, entre las mujeres: "En el caso de los españoles resistentes había una militancia y una conciencia política muy fuerte, que hizo que hubiera mucho compañerismo, que buscaran apoyo entre ellos. Eso implicaba también levantar la moral de quien estaba decaído y, sin duda, fue un elemento fundamental que ayudó a sobrevivir a los supervivientes. Ese compañerismo fue muy común en la deportación femenina, había entre ellas una estructura casi familiar".

El 1 de diciembre de 1987, el gobierno francés entregó a Félicienne Labruyère la Medalla militar, junto a otro grupo de deportados. Poco más se conoce de la vida de esta activista republicana y antifascista, que vivió en sus carnes el horror nazi, y que falleció el 11 de enero de 1996, a los 81 años de edad.

"Francia sí ha hecho un reconocimiento oficial a la resistencia y a los deportados a los campos nazis, cosa que en España nunca se ha hecho. Con la aprobación de la Ley de Memoria se ha tenido en cuenta a los deportados en algún acto, y también se ha instaurado el 5 de mayo, aniversario de la liberación de Mauthausen, como el día de memoria de la deportación y las víctimas del nazismo en España, pero nunca ha habido un reconocimiento institucional como lo ha habido en Francia", lamenta Calvo.

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