El cóctel que agrava los incendios de Los Ángeles: de la sequía extrema y los vientos de Santa Ana a la proliferación de mansiones

Las autoridades estadounidenses coinciden en que los incendios que desde el martes devastan Los Ángeles son ya los peores que la ciudad ha sufrido en su historia. Hasta el momento, son seis los que se han declarado en apenas 48 horas, cinco los muertos registrados y 12.000 las hectáreas arrasadas. Hay, además, decenas de heridos, 100.000 evacuados y más de 1.000 estructuras han sido consumidas por las llamas.

Ahora, el nuevo incendio forestal en Hollywood Hills, declarado este jueves, avanza rápidamente y amenaza la zona residencial cercana al emblemático Paseo de la Fama de Los Ángeles, concurrido a diario por miles de turistas, que se encuentra en alerta amarilla de evacuación.

El infortunio ha recaído sobre la ciudad californiana porque lo cierto es que todas las condiciones que debían darse para que se originasen incendios de estas características se han dado: el arrastre de una extrema sequía que no se ha atenuado ni en los meses de invierno, en los que no ha llovido prácticamente nada, la aparición de los fortísimos vientos de Santa Ana y la proliferación de mansiones en un entorno predominantemente forestal, que dificultan las labores de extinción.

Aunque todos tienen su parte de responsabilidad en la virulencia de las llamas, los meteorólogos señalan al segundo factor como el principal culpable de que estas sean prácticamente incontrolables.

"Los vientos de Santa Ana son un fenómeno relativamente habitual en California en los meses de invierno y se generan cuando se forma un anticiclón en el interior del oeste de Estados Unidos y este impulsa a vientos del noreste hacia California", explica a 20minutos Samuel Biener, investigador y divulgador en el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante y meteorólogo de Meteored.

Estos vientos, continúa Biener, descienden de las montañas de California y, cuando llegan a la costa, lo hacen "muy recalentados". "Esto dispara la temperatura y deja la humedad por los suelos, originando las condiciones propicias para que los incendios se propaguen", subraya.

El investigador afirma que los vientos de Santa Ana suelen arreciar durante un periodo que va desde los dos a los siete días y son tremendamente agresivos. Durante las últimas horas, de hecho, se han registrado en Los Ángeles rachas de hasta 160 km/h. Algunos de los vídeos que han trascendido de la tragedia ofrecen una idea de lo que ello supone durante un incendio: los vientos llegan a originar chispas violentísimas que actúan a modo de catalizador de nuevos focos de llamas.

Sin minusvalorar lo que las altas temperaturas son capaces de provocar, se da la paradoja de que, por ser estos vientos más comunes durante el invierno, los incendios registrados en esta época, si van acompañados de escasez de lluvias, sean más graves que durante el verano. El equivalente a los Santa Ana winds en España, aunque de una peligrosidad mucho menor, serían los vientos sur del Cantábrico y los ponientes del Mediterráneo. Son los denominados "vientos catabáticos", explica Biener.

La 'superpoblación' de zonas forestales

Hoy son las llamas, pero hace escasos meses fueron inundaciones. Si bien es complicado aventurar el comportamiento de la meteorología, el investigador de la Universidad de Alicante explica que cada vez son más frecuentes estos contrastes en la ciudad californiana.

A este fenómeno se une otro factor: la urbanización excesiva de zonas forestales. De hecho, las llamas están afectando principalmente a Pacific Palisades, una zona privilegiada de Los Ángeles donde vive la gran mayoría de actores de Hollywood. Privilegiada... pero peligrosa en estos casos.

"Los Ángeles cuenta con una meteorología cada vez más extrema que alterna inundaciones y sequías intensas. Esto ya supone un riesgo en sí mismo. Si a esto le añadimos las construcciones en zonas verdes, zonas de montes e incluso barrancos, cualquier inundación y cualquier incendio pueden provocar serios problemas", señala Biener.

De hecho, durante estos días se están viendo los problemas que tienen los bomberos para acceder a varias zonas calcinadas por culpa de la proliferación de estas construcciones y todo de lo que ellas se desprende. Por ejemplo, la presencia de vehículos.

No es baladí que este miércoles el actor Steve Gutenberg, héroe inesperado de los incendios, hiciese un llamamiento a los habitantes de estos barrios a dejar las llaves de los coches puestas si huyen de la zona, puesto que impiden que los cambiones de bomberos puedan circular.

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