Así funcionan las tríadas chinas: rituales de iniciación, pactos de sangre y criminalidad

ITER CRIMINIS por Carmen Corazzini

Pactos de sangre, sacrificio de animales, quema de juramentos escritos o pruebas de honor. Las mafias asiáticas llevan a cabo rituales al más puro estilo Scorsese, pero lejos de lo cinematográfico, el protocolo sobrepasa al folclore, y se consagra como un punto de fuerza de lealtad hacia la red, afianzando su continuidad.

Si hablamos de mafia en España el interés general suele enfocarse en el Clan de los Balcanes, los marroquís, los rusos, la Ndrangheta italiana y los clanes o familias de droga locales. Más sigilosas, pero igual de potentes, son las tríadas chinas, que en las últimas décadas han fortalecido aun más su presencia en Europa. Hace pocos días, de hecho, una gran operación policial en coordinación con Vigilancia Aduanera y Europol conseguía desarticular la red Tian Xia She, un potente músculo de trata, tráfico y extorsión, con detenciones llevadas a cabo en Barcelona, Madrid, Zaragoza, Toledo o La Rioja.

Se configuraban como sociedades secretas con un fuerte componente místico y patriótico

Las tríadas surgieron tras la caída de la dinastía Ming en el siglo XVII. En sus orígenes se configuraban como sociedades secretas con un fuerte componente místico y patriótico, representado por un triángulo equilátero que evocaba la tierra, el cielo y el hombre. Con el tiempo, olvidaron la resistencia política y social de la que solían ocuparse, y encontraron mayores beneficios en los quehaceres delictivos y criminales, en especial durante las Guerras del Opio y la Rebelión Taiping.

El término mafia implica ciertos estándares de conducta que no solo caracterizan a las grandes familias italianas, sino cualquier organización criminal de tintes sectarios con férreos pilares de conducta que más que lucrarse buscan poder. Funcionan como redes jerárquicas con un estricto código de lealtad. Cada grupo tiene un líder, y las actividades delictivas son organizadas por niveles de responsabilidad, a menudo atribuidos por series numéricas. Al gran jefe, habitualmente llamado Dragon Head o Mountain Master, se le asigna el número 489. El por qué de ese número pone en desacuerdo a la mayoría de estudios.

Los ritos de iniciación pueden incluir ofrendas con sangre de animales y vino

Sus ceremonias incluyen rituales secretos que refuerzan la pertenencia al grupo. Desde pactos de sangre hasta pruebas de honor. Los ritos de iniciación pueden incluir ofrendas con sangre de animales y vino, o mezclas con la sangre del nuevo integrante. Entre los gestos simbólicos se incluye quemar una hoja de papel con promesas escritas o recitar hasta 48 votos. Todo para sellar la pertenencia al clan y bajo el principio del guanxi (关系), es decir, el cultivo de las relaciones personales y las redes de contacto.

A lo largo de la historia, algunas tríadas han operado bajo el concepto extremo de "Laogai" (literalmente, "reforma mediante el trabajo"). Un sistema que se articuló tras el establecimiento de la República Popular China en 1949 y que seguía el modelo de campos de trabajo de la URSS. El objetivo era el de reformar a los opositores o delincuentes comunes. Las tríadas han reutilizado el concepto a través de graves castigos físicos cercanos a la tortura contra desobedientes y disidentes.

Se dedican al tráfico de drogas como heroína y metanfetaminas, armas, personas, blanqueo de dinero, falsificación de productos y extorsión. Acorralan negocios lícitos de su propia comunidad a cambio de protección, y son fuertes en el juego y apuestas clandestinas. También invierten en negocios legales como restaurantes, fábricas y tiendas, porque de alguna manera habrá que lavar el dinero.

Una de sus principales actividades es la explotación laboral y sexual de jóvenes de origen asiático. Ese fue precisamente el mayor descubrimiento al destapar la red Tian Xia She. Utilizan canales bien estructurados para traer a sus víctimas a Europa mediante documentos falsificados y rutas clandestinas. Una vez en España, son forzadas a trabajar en condiciones de esclavitud en talleres, restaurantes y, sobretodo, en la prostitución.

En Europa operan en ciudades como Londres, París y Ámsterdam, y tienen amplias redes en EEUU, América del Sur o África, más allá de su hábitat natural asiático. Con el tiempo han ido extendiendo su influencia también en España, aprovechando las comunidades chinas establecidas en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia. Un asentamiento producido en gran medida por la diáspora china y ante los flujos migratorios de las últimas décadas.

Su extensión se explica por las redes de apoyo que construyen a nivel internacional, y gracias a la colaboración con otras organizaciones criminales europeas, como mafias albanesas o rumanas. Hoy en día están en el foco europeo de contención criminal porque mantienen un arraigo notable. Se han sofisticado y diversificado. Aunque sean más discretas que otras mafias, siguen estando entre las más temidas. Basta observar sus reglas internas. Son sigilosas, pero nada sutiles. Su peligrosidad no es ningún cuento chino.

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