El año cierra con 47 mujeres asesinadas por sus parejas y la peor cifra de menores muertos por violencia vicaria

Ninguna cifra de asesinadas por violencia de género será nunca lo suficientemente baja hasta que llegue al cero, pero este 2024 culmina coronándose como el año con el menor número de crímenes machistas desde que empezaron los registros en 2003. Un total de 47 mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas y exparejas —1.292 desde 2003— en el mismo año en el que, sin embargo, el machismo se cebó en otra de sus formas: la violencia vicaria. Nueve menores son las víctimas mortales que deja este tipo de violencia, ejercida por el maltratador con el objetivo de hacer el mayor daño posible a la madre, bien a través del sufrimiento de sus hijos o de familiares cercanos. Se trata del peor dato anual de toda la serie histórica, que empezó en 2013.

El año ya arrancó con la consternación de una cifra de asesinadas que rompía un poco con la leve tendencia a la baja que se venía detectando en años anteriores. En 2023, se contabilizaron 58 víctimas de violencia de género. Once más que este 2024, que desbanca a 2016, 2017 y 2021 como los años con las cifras más bajas (49 asesinatos). No se puede decir lo mismo de los niños asesinados. Ya en verano se superó el umbral de los ocho menores asesinados en 2018 y 2015 que, hasta este año, marcaban el máximo de víctimas de estos crímenes machistas, que en prácticamente todos los casos se cometieron contra niños de menos de 9 años.

Ambos asuntos han sido fruto de discusión a lo largo de estos 12 meses. El Ministerio de Igualdad ha reunido varios comités de crisis para evaluar en qué pudo fallar el sistema a la hora de proteger a esas mujeres, y la ministra Ana Redondo ha apelado en más de una ocasión al entorno de las víctimas para dar la voz de alarma antes de que un caso desemboque en su consecuencia más drástica: el asesinato. No obstante, hay todavía muchos casos de los que se han dado a conocer este año en os que existían denuncias previas al agresor por violencia machista. Algo que revela una de las brechas del sistema de protección, sobre todo teniendo en cuenta que, según la Fiscalía, la violencia de género es el tercer delito con mayor reincidencia en España: el 40% vuelve a maltratar.

La valoración el riesgo es, de hecho, uno de los puntos débiles del sistema VioGén, en cuya reforma ya trabaja el Gobierno con la vista puesta en poner en marcha a principios de año una nueva herramienta, mejorada, para fortalecer la vigilancia y la protección de las mujeres con mayor riesgo a sufrir violencia. Según anunció Redondo, a mediados o finales de enero presentará el nuevo Sistema VioGén II, encargado de hacer el seguimiento de los en torno a 100.000 casos activos de víctimas de violencia machista que hay actualmente. Además, fuentes de Igualdad afirman que para finales de año se espera que estén en marcha casi la totalidad del medio centenar de centros de crisis para víctimas de violencia sexual comprometidos la pasada legislatura, que dependen de las comunidades autónomas.

Este año se ha puesto el foco también en el entorno de las víctimas, puesto que menos del 2% de las denuncias provienen de los familiares y los allegados de las mujeres maltratadas. Además, según advirtió la Fiscalía en su última memoria, se ha producido un aumento de los casos de violencia de género entre menores de edad, tras registrarse en 2023 la cifra más alta de causas incoadas de los últimos cuatro años. Los fiscales pusieron de manifiesto la urgencia de reforzar la educación afectivo-sexual a los adolescentes, entre quienes considera que no está calando "los grandes esfuerzos que se están realizando en la formación en igualdad".

Año negro de violencia vicaria

España ha vivido este año también la consternación de una cifra alarmantemente alta de menores asesinados por sus padres en casos de violencia machista. En marzo, el municipio almeriense de Abla amanecía horrorizado tras conocerse que Elisa y Larisa, de 2 y 4 años, habían sido asesinadas por su padre durante un régimen de visitas que disfrutaba este los fines de semana a pesar de tener un juicio pendiente por malos tratos y amenazas a su expareja, de la que tenía una orden de alejamiento.

Este caso puso de relieve los fallos y la descoordinación que persiste todavía entre los juzgados de familia y los que llevan los casos de violencia de género. Los juristas llevan un tiempo advirtiendo de que todavía hay jueces que separan el papel de padre del de maltratador, lo que acaba revirtiendo en este tipo de violencias, ejercidas en la mayoría de los casos para provocar el máximo sufrimiento a la madre. Ayax (5 años), Yago (8), María (8), Hiba (3), Adam (9), Norma (17) y Cristian (2) son las otras siete víctimas mortales de la violencia vicaria de 2024. En el 44% de los 9 crímenes existían denuncias previas contra el maltratador por violencia de género.

Ante esta situación, el Defensor del Pueblo encargó este año un informe monográfico para evaluar posibles medidas y reformas que aumenten la protección de los menores y sus madres en casos de maltrato. En un documento de casi un centenar de páginas, Ángel Gabilondo, pidió en noviembre que se aplicasen criterios más estrictos en los procesos de custodia, que se incrementase la coordinación entre juzgados y que se mejorasen los sistemas encargados de valorar el riesgo de una situación de violencia. Nada desdeñable, teniendo en cuenta que de las 100.000 mujeres activas en el Sistema VioGén, 55.197 tienen menores a su cargo.

Hay otra reforma pendiente, anunciada por la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego. Su departamento trabaja en la modificación de la ley de protección a la infancia, la LOPIVI, para prohibir explícitamente el llamado síndrome de alienación parental (SAP). El objetivo es reformar la norma impulsada por Ione Belarra en 2021, para dejar claro por ley que en ningún caso se puede recurrir a este concepto sin fundamento científico en causas de custodias compartidas, puesto que considera que perpetúa las dinámicas de violencia machista y revictimiza a los menores y a las mujeres, como se ha visto en España en casos como el de Juana Rivas o María Salmerón.

Renovación del Pacto de Estado

Además, la vicaria es una de las nuevas violencias machistas que se pretenden incluir en la renovación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género de 2017 en la que andan trabajando todos los grupos en el Congreso de los Diputados. Todavía no se conocen los detalles del informe que están elaborando las portavoces de la subcomisión de Igualdad, aunque la ministra Ana Redondo ya ha avanzado en más de una ocasión que su objetivo era incluir la violencia vicaria, sí, pero también la violencia digital, la económica, la pornografía o la prostitución. En total, se prevé que el informe duplique el número actual de medidas, en torno a unas 400, aunque la subcomisión seguirá trabajando en ello, mínimo, hasta el 31 de marzo de 2025.

Con todo, que sigan habiendo mujeres asesinadas, que siga habiendo hombres maltratadores, que las órdenes de protección no estén cumpliendo su función en todos los casos y que este año haya estado tan marcado por la violencia vicaria, demuestra que todavía queda mucho por hacer hasta erradicar un problema que se mantiene estructural. La educación, la concienciación social, el apoyo a las víctimas, la coordinación de los juzgados y las instituciones y el seguimiento de los reincidentes son algunos de los puntos que marcarán el próximo año en la lucha contra la violencia machista. Una lucha que no cesará hasta que la cifra anual de asesinadas llegue al cero.

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