Zelenski asegura que la operación ucraniana en la región rusa de Kursk tiene como objetivo crear una "zona tapón"

"La principal tarea de nuestras acciones defensivas es destruir todo lo posible del potencial ruso, de su potencial de guerra, y maximizar nuestros contraataques". Así de contundente se ha mostrado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al explicar los motivos detrás de la incursión de su Ejército en la región de Kursk. La justificación llega casi dos semanas después de que los primeros carros de combate entraran en territorito ruso, algo que no había ocurrido en los dos años y medio de guerra. Hasta ahora las acciones sobre Rusia se habían limitado a lanzamientos de drones y misiles y acciones puntuales por parte de grupos paramilitares cercanos a Ucrania (algunos de ellos formados por rusos contrarios a las decisiones del Kremlin), pero de los que el Gobierno de Kiev había tratado de poner cierta distancia.

La que hasta ahora era una línea roja ya se ha traspasado y Zelenski reconoce abiertamente que su intención es "crear una zona tapón en el territorio del agresor". El mandatario asegura que lo que inflige un daño al Ejército, al Estado, a la defensa o a la economía de la Federación Rusa ayuda a Ucrania a prevenir la expansión de la guerra y a ponerle fin con "una paz justa". Esta decisión militar responde a una petición que buena parte del espectro político ucraniano (incluida parte de la oposición a Zelenski) había pedido en multitud de ocasiones, pero que se había intentado evitar a petición de los aliados de Kiev.

En este sentido, el presidente ucraniano instó en su discurso del domingo a sus socios que aceleren el suministro de ayuda militar que ya han comprometido. "Os apremiamos. En la guerra no hay vacaciones. Necesitamos soluciones, necesitamos una logística puntual de los paquetes anunciados. Estoy apelando en particular a Estados Unidos, Reino Unido y Francia", dijo Zelenski.

Tras destruir el pasado viernes un puente sobre el río Seim, Ucrania ha confirmado este domingo que ha destruido un segundo cruce; una información que han ratificado los principales blogueros militares rusos, aunque el Ministerio de Defensa de Rusia no se ha pronunciado mientras Putin continúa de visita en Azerbaiyán. En un vídeo publicado en redes sociales, el Ejército ucraniano mostró imágenes de cómo una explosión destruye parcialmente el puente, haciéndolo intransitable para vehículos, una cuestión fundamental para el abastecimiento de las tropas rusas en la zona.

El objetivo es convertir el río Seim en un obstáculo natural y fijar las posiciones tomadas estas dos semanas por parte de Ucrania. Algo parecido a lo ocurrido en la región ucraniano de Jersón, cuando los ataques contra el puente de Antonov sobre el Dniéper obligaron a los rusos a abandonar la ciudad, la única capital regional que habían tomado tras el comienzo de la guerra. "Una vez más doy las gracias a los pilotos por su profesionalismo y el resultado", dijo el responsable de la Fuerza Aérea de Ucrania, Mikola Oleschuk, al informar de lo que consideran un éxito ucraniano que priva "al enemigo de capacidades logísticas, lo que afecta de modo significativo el curso de las hostilidades".

El asesor del alcalde ucraniano de la ocupada Mariúpol, Petro Andryushchenko, ha reconocido que la destrucción de puentes sobre el Seim "pone a los rusos frente a una elección: o rendirse, o ahogarse en el río, o quedarse del otro lado". Si las fuerzas rusas optan por quedarse al otro lado del río perderán la oportunidad de recuperar en un largo periodo de tiempo las zonas de Kursk controladas por Ucrania y de contratacar la región ucraniana de Sumi, ha explicado.

Otra intención detrás de esta estrategia militar es intentar acabar con la precepción del poderío militar de Rusia. Según Mijailo Podoliak, consejero de Zelenski, el rápido avance ucraniano en Kursk y la incapacidad rusa de hacer frente a esta ofensiva develaron el desorden y la desunión en la cúpula militar rusa. "Estamos desmantelando la imagen propagandística de Rusia como una sociedad altamente militarizada con un alto sentido de la unidad. La realidad no sostiene la reputación de sus Fuerzas Armadas. La operación en Kursk lo evidenció con mucha claridad", aseveró en una entrevista a The Independent.

En las últimas horas las fuerzas ucranianas han tomado la localidad rusa de Otruba y 11,5 kilómetros cuadrados de sus inmediaciones, a 35 kilómetros de la incursión inicial en Kursk, afirman los analistas militares ucranianos, según recoge EFE y ha confirmado la plataforma de análisis ucraniana DeepState el domingo a última hora. Así mismo, en este momento hay varias localidades más que están en disputa, incluidas Tiotkino y los territorios cercanos a Popovo-Lezhachi. Al este del distrito de Glushkovo, Ucrania se ha hecho también con las localidades de Snagost y Apanasivka y han avanzado en Olgovka, cerca de Korenevo, al norte. Como resultado, Ucrania ya controla o disputa más de 1.200 kilómetros cuadrados de territorio ruso.

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