El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha reclamado este miércoles que no se toque "ni una coma" al acuerdo para reducir la jornada laboral a 37,5 horas en 2025 que firmaron los sindicatos con el Ministerio de Trabajo a finales de diciembre. Una medida que se ha convertido en motivo de una agria disputa entre las dos almas del Gobierno. De un lado está el Ministerio de Trabajo, que quiere acelerar con los plazos para aprobar cuanto antes el texto pactado con los sindicatos y acusa a Economía de estar bloqueando el proceso. Por el otro, está el ministerio que dirige Carlos Cuerpo, que no tiene tanta prisa con los tiempos y reclama una reforma "equilibrada", que incluya medidas de acompañamiento a las empresas.
En el debate, Álvarez se ha alineado con los postulados de la vicepresidencia que ostenta Yolanda Díaz. "Vamos a exigir que se cumpla el acuerdo firmado con la vicepresidenta segunda", ha expresado el líder sindical. "Nosotros negociamos con el Gobierno y el Gobierno decide quienes son sus interlocutores. Mientras el presidente no diga lo contrario, nuestro interlocutor es el Ministerio de Trabajo", ha añadido el dirigente ugetista.
El líder sindical ha mostrado su preocupación por la postura que ha adoptado Economía en el debate, aunque rechaza los calificativos gruesos que Yolanda Díaz ha vertido recientemente sobre el ministro Carlos Cuerpo. "Que aparezcan argumentos que se atribuyen a miembros del Gobierno que están muy cerca de los de Cepyme o de algunos empresarios que siempre se han distinguido por su inmovilismo no nos parece razonable", ha expresado Álvarez, en una referencia velada al ministro de Economía. En todo caso, el secretario general de UGT ha destacado que mantiene una buena relación con el ministro Cuerpo, aunque no se han reunido con él para discutir sobre la reducción de jornada.
El veterano sindicalista ha emplazado a los dos ministros enfrentados a que diriman sus diferencias en privado en el seno del Consejo de Ministros y que no las aireen públicamente. "Hay que trabajar, no debatir públicamente. No me parece que eso nos aporte nada", ha señalado.
Álvarez se ha mostrado dispuesto a que se debatan modificaciones al texto original norma, pero una vez este haya llegado ya a la fase de tramitación parlamentaria. En particular, en lo que respecta a las ayudas públicas a las pymes para que puedan adaptarse mejor al recorte horario. Un punto que originalmente formó parte de la negociación, pero que Trabajo eliminó del texto cuando se vio que los empresarios no iban a subirse al acuerdo. "Si hay que recuperar algo, tiene que ser en el Congreso. El parlamento quiere tener protagonismo y las organizaciones sindicales y empresariales tenemos que ser conscientes de que hay que dejar margen", ha expresado Álvarez en este sentido.
Precisamente el incierto futuro parlamentario de la norma es el trasfondo que subyace al choque entre Economía y Trabajo. La reducción de jornada cuenta con el apoyo de todos los socios parlamentarios del Gobierno a excepción de Junts, que por ahora no ve con buenos ojos la medida y se muestra en sintonía con la patronal catalana Foment del Treball. Un texto que contara con el visto bueno empresarial podría tener más probabilidades de éxito. Desde UGT siempre han estado abiertos a retomar las negociaciones con la patronal CEOE, que no dieron frutos tras una larga y frustrante mesa de diálogo que duró once meses y en la que las posturas apenas se movieron.
Por el momento, UGT es prudente con los tiempos de la tramitación de la norma, pero asegura que no permitirá que caiga en saco roto. "Que se olvide el Gobierno de que la reducción de jornada va a permanecer en un cajón sin que sea tramitada. Vamos a dar un tiempo razonable, a ver si hay visos de que haya mayoría parlamentaria que de inicio al debate", ha concluido Álvarez.
