Arranca la era Antonio Costa como capitán de los Estados miembros de la Unión Europea y lo hace con una cumbre del Consejo Europeo este jueves, precedida eso sí por un encuentro entre la UE y los Balcanes Occidentales que tendrá lugar el miércoles también en Bruselas. La situación en Siria, la ayuda a Ucrania y el momento que atraviesan tanto Georgia como Oriente Medio marcarán la agenda de los líderes en último cónclave del año y que servirá también para terminar con la presidencia húngara del Consejo, antes de dar paso a la polaca, que empieza el 1 de enero.
La ampliación de la UE ya es un tema irrenunciable. Los Balcanes Occidentales llevan una década de espera para ser miembros del bloque comunitario y este miércoles se analizarán con todas las partes los avances de cada país, solo unos días después eso sí de que Montenegro -el candidato más avanzado- haya conseguido cerrar otros tres capítulos de la negociación. Los progresos se dieron en lo referente al Derecho de propiedad intelectual, a los medios de comunicación e información y a la política empresarial e industrial. En Bruselas, de hecho, ya se hacen cálculos sobre cuándo el país podría ser miembro de la Unión.
Montenegro ha avanzado significativamente en su proceso de adhesión a la Unión Europea. Solicitó la adhesión en diciembre de 2008 y obtuvo el estatus de país candidato en diciembre de 2010. Las negociaciones formales comenzaron en junio de 2012, y hasta la fecha se han abierto todos los capítulos de negociación, con 30 ya cerrados de un total de 33. Eso sí, hay que tener en cuenta el matiz de la unanimidad entre los Estados miembros para 'aprobar' a un nuevo socio. Montenegro, no obstante, no ha encarado demasiados vetos importantes durante estos doce años de conversaciones.
Pero en los Balcanes hay más componentes a tener en cuenta, como los conflictos internos, pero sobre todo la posible influencia rusa. Se trata de una cuestión estratégica para la UE. La ampliación no va solamente de sumar países, sino de que el bloque aumente su esfera de influencia frente a los movimientos de Putin; está muy presente no solo en Serbia, donde tiene al Gobierno de Alexandr Vucic como aliado, sino también en Georgia o Moldavia, otros dos países candidatos. En el primero, la victoria del Ejecutivo prorruso ha desatado protestas masivas y Bruselas ha enfriado las relaciones (y valora sanciones). Con Chisinau la cosa no es tan grave, pero la vigilancia es máxima.
El jueves será el turno del Consejo Europeo, con el estreno de Antonio Costa como presidente y con un formato distinto al de los últimos años: solo una jornada de cumbre, más condensada, más ágil y con los puntos más claros. El portugués no quiere que los líderes se enfrasquen en debates eternos, algo que era común bajo la batuta de Charles Michel. Además, tiene previsto que se aprueben menos conclusiones en temas que no son tan importantes, de tal manera que se reduzcan al mínimo los choques entre socios.
Con todo, Siria será un capítulo prioritario en la reunión. La Unión no quiere dar pasos en falso con un país en el que ha tenido poco margen de maniobra, pero que tiene gran influencia en las distintas dinámicas globales; la meta, implícitamente, es no cometer los fallos que hubo en Afganistán en 2021. Por eso la mezcla de sensaciones en Bruselas es de cautela, con optimismo pero sin lanzar las campanas al vuelo hasta ver qué sucede con los nuevos altos cargos sirios. Por ahora, el primer paso es enviar a Damasco a un diplomático para que 'vigile' el proceso de transición. El resto de decisiones se irán tomando en función de las dinámicas de los rebeldes en el poder.
Sin tropas europeas en Ucrania
Repetirá en la agenda Ucrania, como ya es constumbre. El foco sigue puesto en aumentar la ayuda a Kiev, tal como pide Volodimir Zelenski. No hay consenso en cambio en la idea de enviar tropas de paz europeas sobre el terreno; la iniciativa sale de Emmanuel Macron, pero otros países como España no lo tienen como una opción realista. El mensaje de la Alta Representante, Kaja Kallas, no cambia. "Ucrania necesita nuestro apoyo en el campo de batalla. Cuanto más fuertes sean en el campo de batalla, más fuertes serán también detrás de la mesa de negociaciones. No solamente para aguantar, sino para inclinar la balanza a su favor", desarrolló la ex primera ministra estonia. La opción de las conversaciones diplomáticas sigue muy lejana.
En la mesa de los jefes de Estado y de Gobierno estarán temas como la "resiliencia" de la UE ante los desastres naturales, con la DANA en el primer plano, o el papel de la Unión en el mundo. Ahí España tendrá mucho que decir, con el reglamento Restore avanzado para que el Ejecutivo central pueda utilizar fondos europeos en la reconstrucción de las zonas afectadas por la catástrofe.
Ucrania necesita nuestro apoyo en el campo de batalla
Los 27 tendrán también una primera toma de contacto con el acuerdo político entre la UE y Mercosur; pero con calma, según confirman fuentes consultadas por 20minutos. El pacto tiene que ser refrendado por las partes y en el caso de la Unión necesita pasar el aprobado tanto de los países miembros como del Parlamento Europeo. Ahí lo decisivo será superar el veto francés, y puede hacerse por mayoría cualificada. Ahora, no hay alarmismo porque nadie se imagina el acuerdo totalmente cerrado antes del verano. Eso sí, los primeros debates se dan en plenas manifestaciones del sector agrícola por su descontento con el texto.
La migración es asunto repetitivo en estas cumbres. Se tocará de manera más breve que en otras ocasiones, pero está en la agenda, sobre todo en lo que se refiere a la relación directa con Siria para hablar de las políticas de retorno; hay países que ya han suspendido las solicitudes de asilo a ciudadanos sirios y otros, como Austria, han llegado a ofrecer compensaciones -de unos 1.000 euros por persona- para quienes acepten regresar a su país. En ese punto también se valorará la entrada a partir de 2025 de Bulgaria y Rumanía en el espacio Schengen. Fuentes diplomáticas insisten que en el caso de España quieren que se encuentre "un equilibrio entre responsabilidad y solidaridad".
La UE cierra una época para abrir automáticamente otra. Se acaba 2024, un lustro para una Unión que quiere hacerse adulta. Todos los temas que se tocarán en la cumbre tienen una perspectiva en favor de la autonomía estratégica. El 2025, y los años que vengan, tienen que ser el periodo en el que el bloque comunitario se posicione en el mundo frente a Estados Unidos y China, y para eso necesita reformas internas de calado y también una mirada exterior mucho más firme.