La última y polémica subida del salario mínimo interprofesional (SMI), que alcanza los 16.576 euros brutos al año -que resultan en 1.293,20 euros netos al mes con las dos pagas extras prorrateadas incluidas-, llega con sabor "agridulce" para las empleadas del hogar, un sector "con cara de mujer, y pobre, además". Uno de los colectivos más pauperizados de la sociedad ha denunciado que, en realidad, este derecho "no se convierte en realidad" para ellas puesto que "se sigue sin cumplir la ley" y muchas de ellas siguen sin cobrar el mínimo que marca la ley porque trabajan más horas de las declaradas a la Seguridad Social.
Desde la Asociación de Trabajadoras del Hogar (ATH), aseguran a 20minutos que la subida del salario mínimo que ha enfrentado a la cartera de Trabajo con la de Hacienda y Economía a cuenta de su exención o no del IRPF, no les afecta porque, por un lado, "se sigue sin cumplir la ley y no hay inspecciones de trabajo" que controlen que las horas de trabajo real corresponden a las declaradas y, por otro lado, "hay muchas que tienen dos pagadores, por lo que ya tienen la obligación de realizar la declaración de la renta".
Así lo explica la experta en relaciones laborales Lorea Ureta, que es militante de ATH y ejerce como portavoz de la organización. "La subida del salario mínimo interprofesional, en general, siempre es una buena noticia, pero en el caso del empleo de hogar, ese derecho no se convierte en una realidad. Ahora mismo, según las estadísticas que hemos sacado en función de las trabajadoras que atendimos en 2024, prácticamente ninguna interna cobra el salario mínimo en función de las horas que realiza". Según los datos de ATH, además, de casi 600 personas que atendieron el año pasado, "no llega al 43%" el porcentaje de empleadas internas de entre semana que cobra el salario mínimo de las 40 horas.
Otra cuestión que agrava su situación laboral es la falta de papeles. El 26% de las internas y el 12% de las externas no se encontraba en una situación administrativa regularizada y eso les lleva a "peores condiciones y salario". Por otra parte, el 65% de las de las internas y el 32% de las externas atendidas por ATH tenía nómina, pero "no es un problema de estar dada de alta, pues el 95% de las internas que podían estar dadas de alta [porque tienen sus papeles en regla], lo están, sino de que no hay un control de verdad de qué horario hace cada trabajadora y cuánto se le paga por ese horario", explica Ureta. Según las estadísticas de 2024 de su organización, "el 67,58% del total de las internas de entre semana trabajaba más de las 60 horas, porcentaje que asciende al 78,79% en el caso de las trabajadoras sin papeles". Además, un 11,33% no tuvo permiso diario para salir de la vivienda, un guarismo que en el año 2023 era casi el doble. En cambio, el 61,33% aseguró disfrutar de dos horas de descanso diario.
Por ello, para esta organización lo más urgente es que se realicen inspecciones de trabajo para asegurar que se cumpla la ley. "En general es algo positivo, pero en particular para las trabajadoras de hogar, si no se controla a través de inspección de trabajo y no se ponen las herramientas necesarias por parte de la administración pública para hacer que ese salario mínimo sea una realidad, no lo va a ser", insiste. Asimismo, Ureta subraya que está a favor de pagar impuestos porque con ellos se sustentan servicios públicos como la educación y la sanidad, al tiempo que recuerda que "la tributación va en función de lo que se gana" y aboga por un mayor "control del fraude fiscal" en escalas económicas mayores.
En este sentido, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha defendido que la tributación en el IRPF de los perceptores del SMI afectará solo al 20% de los mismos, que tendrán que tributar al 1,6 % y serán principalmente rentas sin cargas familiares. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha afirmado que el SMI ha llegado a un nivel en el que "toca contribuir al IRPF". Moncloa insiste en que es necesario que el SMI tribute para que pueda seguir creciendo y dice que, aun así, todos recibirán un salario neto mayor en 2025 del que recibieron en 2024.
Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), que han propuesto aumentar el umbral de tributación del IRPF al importe del salario mínimo para eximir a más de medio millón de trabajadores, han recordado en un comunicado que "las empleadas de hogar no tendrán una retención por las familias que las contraten a jornada completa, y no están obligadas a presentar la declaración si no superan los 22.000 euros de una única familia pagadora".
Con la nueva subida, las trabajadoras del hogar que lo hagan por horas tendrán que recibir, al menos, 9,26 euros por hora, cantidad que incluye las pagas extras y el abono de las vacaciones. "Aunque en estos casos, el mercado está más alto. La hora nunca está a menos de 10 euros", indican desde ATH. Además, señala Ureta, también hay empleadas que cobran más que el salario mínimo, como puede ser las que "realizan pocas horas en muchas casa, que ganan muy bien". Con todo, la militante de ATH lamenta la "deliberada" falta de inspecciones de trabajo y que "el mercado de los cuidados no está así de forma espontánea. El sector está como está porque son mujeres, y pobres además".
Desde Servicio Doméstico Activo (Sedoac), su portavoz Edith Espínola valora a este periódico que "siempre es beneficioso" que suba el SMI, pero para las trabajadoras del hogar "termina siendo agridulce". Desde esta organización sin ánimo de lucro consideran que la tributación sería "perjudicial para las compañeras", si bien también recuerda que "muchas ya están tributando al IRPF al tener dos, tres o cuatro empleadores".
La también presidenta del Centro de Empoderamiento de Trabajadoras del Hogar y los Cuidados (Cethyc) cree que "lo bueno sería que los empleadores, como hemos sugerido muchísimas veces, cada vez que contraten a una trabajadora del hogar también puedan desgravarse ese gasto que están haciendo al cotizar en la Seguridad Social porque lo que no se puede permitir es que siempre sean las personas más precarizadas las que más entreguen dinero y las grandes empresas no", reprocha.
Espínola recuerda que "una de cada tres trabajadoras del hogar viven en el umbral de la pobreza, muchas ni siquiera alcanzan el salario mínimo interprofesional". Y agrega: "Hay muchos ajustes y ayudas que se tienen que dar para que realmente el sistema de bienestar de cuidados que tiene que tener la ciudadanía y las trabajadoras al realizar este trabajo se dé dentro de la justicia social, y no solamente para sostener los privilegios de quienes explotan y abusan de las que llaman esenciales".