Por tercer año consecutivo, la conocida como Big Fucking Party vuelve a reunir a cientos de personas -entre 500 y 1.000, según las autoridades- en una macrofiesta o rave ilegal para celebrar el Año Nuevo, esta vez en Ciudad Real. Los asistentes, provenientes de diferentes puntos de España y Europa, se han congregado "de forma pacífica" en terrenos cercanos al aeropuerto de la ciudad, donde más de 1.000 vehículos se encuentran acampados.
La fiesta comenzó el 31 de diciembre, alrededor de las 21:30 horas, cuando cientos de coches comenzaban a colapsar la autovía A-43, que conecta Ciudad Real con Puertollano. "Estamos asegurando el tráfico por la gran concentración de vehículos y la escasa visibilidad", advertía la Policía Local en sus redes sociales. Ahora bien, la Guardia Civil confirma a este medio que los vehículos ya no están colapsando la carretera y que se concentran en el aparcamiento del aeropuerto y terrenos aledaños.
El año pasado, el evento se llevó a cabo en Fuente Álamo, Murcia, y el anterior en La Peza, Granada, donde acudieron más de 8.000 personas convocadas principalmente a través de redes sociales. De hecho, así fue como Sophia, una ciudadana francesa, se enteró de esta rave. "He venido desde Francia solo para ir a la fiesta", explica esta joven a 20minutos.
"Vine con amigos para pasar un buen rato porque me dijeron que estaría bien y que aquí hay muy buen ambiente", sostiene la joven. Asimismo, resalta que en este tipo de macrofiestas "todos son libres", incluso de vestir y actuar como quieran siempre que sea con "respeto y autocontrol", motivo que la animó a desplazarse desde su país.
El área está siendo vigilada de cerca por las fuerzas de seguridad desde las primeras horas de este miércoles. La Policía Nacional ha implementado un dispositivo preventivo para posibles incidentes, aunque hasta ahora la multitud se ha mantenido en una "actitud pacífica" y no se han registrado incidentes. "Hay helicópteros y los policías pasan para controlar la zona", indica a 20minutos Andrés, un joven que asiste por primera vez a esta fiesta.
"Quería ver cómo era la rave y la verdad es que es genial. La gente va a su rollo y hay buen ambiente", comenta. Según han podido observar Andrés y Sophia, en la rave "no hay un tipo de perfil concreto", sino que pueden encontrar varias personalidades: "Todos son bienvenidos". Además, aseguran que de momento no ha habido ningún tipo de problema, por lo que la Policía no se ha visto obligada a desalojarlos.
Ambos explican que, al estar en un lugar apartado de zonas residenciales, no molestan a nadie. "Los vecinos están lejos, la fiesta es en medio de la nada", dice Andrés. "Se ha intentado no estar demasiado cerca de las casas y, además, procuramos dejar el sitio limpio", añade Sophia, quien destaca que el mismo "respeto" se percibe entre los asistentes.
Con la experiencia de años anteriores, se espera que la Big Fucking Party 2025 continúe durante varios días, al menos una semana. "Un chico me dijo que se quedarían hasta el 6 de enero", indica Andrés, que considera que, mientras no ocurra ninguna incidencia, "que sigan disfrutando los días que quieran estar".
Tanto los asistentes como las autoridades manifiestan que la concentración se está desarrollando sin incidencias. En este sentido, el subdelegado del Gobierno en la provincia de Ciudad Real, David Broceño, ha lanzado un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía y ha señalado que tanto los agentes están trabajando para garantizar la seguridad y preservar la tranquilidad.
