En situaciones de emergencia, las personas que son testigos de un colapso y realizan una reanimación cardiopulmonar (RCP), intervienen porque entienden intuitivamente que la persona, de no ser por su ayuda, moriría. Resulta que los humanos no son los únicos que tienen este instinto. Animales tan diversos como los elefantes, los chimpancés o los delfines, pueden reconocer y actuar tocando, empujando e incluso transportando a un individuo incapacitado. Así como también lo hacen los ratones.
Science ha publicado que los roedores -Mus musculus- exhiben comportamientos de "primeros auxilios" hacia sus congéneres inconscientes: los olfatean, lamen su cabeza y hasta tiran de la lengua para reanimarlos. Este hallazgo pone en evidencia que los mecanismos neuronales que impulsan el rescate instintivo en los ratones pueden llegar a salvar la vida del animal, así como también aumenta la evidencia de que el impulso de ayudar a otros en estado de angustia extrema es compartido por muchas especies.
Investigadores de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos, compararon dos centenares de parejas en diferentes situaciones: la interacción con un ratón activo, uno durmiendo, otro inconsciente (tras anestesiarlo) y otros pocos recién fallecidos. Concluyeron que, cuando los roedores se encuentran con un compañero en estado de inconsciencia, exhiben comportamientos distintos y consistentes hacia él: lo tocan, acicalan, empujan e incluso pueden llegar a golpearlo; acciones que implican una estimulación sensorial intensa y que recuerdan a las respuestas humanas ante una situación de emergencia.
Estos movimientos se observaron con más intensidad ante la presencia de un compañero muerto o inconsciente, pero no con los ratones activos o simplemente dormidos (un 47,7% del tiempo grabado frente al 5,8%). Según el estudio, surgen cuando se evidencia una inmovilidad e inactividad prolongada y es "poco probable" que estén motivados por el deseo de interacción social o curiosidad, pues cesan en el momento en que se recupera la actividad.
La oxitocina y el apego, claves en el rescate
No es un acto al azar. Tras múltiples experimentos, detectaron que las actitudes están influenciadas por la "familiaridad": los ratones se esfuerzan más si el afectado es un compañero conocido.
El estudio, además, ha identificado dos regiones cerebrales clave y ha revelado que los roedores que intentan reanimar a sus amigos experimentan una oleada de oxitocina, la hormona del apego y el comportamiento social. Y la mejoría es evidente: la eliminación de objetos extraños de la boca, la mejora de la apertura de las vías respiratorias o la recuperación acelerada, entre otras.
"Nuestros hallazgos sugieren, por tanto, que los animales muestran respuestas de emergencia similares a las de reanimación y que ayudar a los miembros del grupo que no responden puede ser una conducta innata ampliamente presente entre los animales sociales. Es probable que dicha conducta desempeñe un papel en la mejora de la cohesión y la supervivencia del grupo", concluye uno de los estudios.