Las relaciones de pareja pueden llegar a su fin por diferentes razones. Entre ellas, las más comunes son las infidelidades, la distancia o las mentiras, aunque estas últimas sean pequeñas y "piadosas".
Aunque la mentira forme parte de nuestro día a día y nuestra rutina en pequeños niveles, estas pueden acumularse de tal manera que podrían afectar a la confianza e intimidad de una pareja o causar una ruptura definitiva.
Anita Kelly, profesora de psicología en la Universidad de Notre Dame, realizó una investigación sobre el impacto de las mentiras en la salud mental, física e incluso en las relaciones en personas de entre 18 y 71 años.
Durante el estudio, algunos de los participantes contaban con la prohibición de mentir, mientras que otros podían expresarse sin censura alguna. En el proceso, un polígrafo recogió todas las mentiras dichas y se relacionaron con los sentimientos que cada persona había comunicado a los investigadores.
Los individuos que mejores parámetros mostraron en los resultados en cuanto a bienestar fueron aquellos que no pudieron mentir, tanto física como mentalmente aseguraron encontrarse menos tensos. De esta forma, Kelly relacionó una mejora en la salud y en la unión de pareja con la ausencia de mentiras.
Otras investigaciones, como la publicada en Communications Psychology alertó de que el estrés o la ansiedad pueden disminuir si apartamos la mentira de nuestra. Además, esto influiría positivamente en la intimidad y confianza en pareja.
Debemos tener presente que incluso las mentiras más pequeñas podrían causar incomodidad e inseguridad en una relación. Mentir, tal y como muestran algunos estudios, obliga a tu cerebro a esforzarse más que diciendo la verdad, y, si es sistemático, puede originarse una rutina de la que es complicada salir.
El cerebro puede adaptarse a ese proceso y tomarlo con total normalidad, algo que a la larga podría resultar un problema a nivel individual y hacia otras personas de tu circulo, como miembros de la familia o incluso tu pareja.