El registro de viajeros ya es obligatorio en España. Esta medida, en vigor desde 2021 como opcional y regulada por el Real Decreto 933/2021, introduce desde el 2 de diciembre controles más estrictos en los viajeros al país para registrar —ya de forma obligatoria— datos básicos personales de los usuarios que se hospeden en hoteles, alojamientos turísticos o incluso alquilen algún vehículo durante sus viajes. Las empresas del sector turístico deberán registrar información detallada sobre sus clientes, aportando 32 datos que van desde sus nombres y apellidos, hasta la relación de parentesco de los viajeros —en caso de viajar con menores— y los datos de la transacción bancaria.
La medida tiene como principal objetivo "la protección de personas y bienes" y "el mantenimiento de la seguridad ciudadana", ya que desde el Ministerio del Interior defienden que este control de los datos puede ayudar a combatir la actividad terrorista y el crimen organizado. En este sentido, el nuevo registro ha ayudado a Interior a localizar a 18.584 personas sobre las que constaba algún requerimiento policial desde 2022 y, pese a ser de uso voluntario, ya participaban en él más de 61.000 hoteles, más de 1.000 agencias de viajes y casi 2.000 empresas de alquiler de vehículos, según datos de la cartera encabezada por Marlaska.
Sin embargo, ha sido objeto de críticas tanto en empresarios como en usuarios del sector turístico. "Ofrece más seguridad, pero es un poco excesivo el hacer tantas preguntas. Es una intromisión en tus datos, y la gente que tenga algo que ocultar, no va a ir a alojarse a un hotel", asegura Ángel a 20minutos. Con él coincide María Teresa, viajera asidua, que además añade que la medida va a dificultar los procesos de registro en los alojamientos hoteleros. "Va a ser una dificultad añadida tanto para el viajero como para el personal de hostelería. Si ya ahora se tarda tiempo en hacer el check in, ahora va a ser mucho más engorroso", explica, subrayando que esa mayor seguridad "no va a ser real" porque en el formulario cada viajero va a redactar "lo que considere".
Sin embargo, para Irantzu —también entrevistada por este medio— este sistema le brinda "tranquilidad" a la hora de viajar. "Es una forma de seguridad, sobre todo en el tema de los menores. Es una protección adicional". En la misma línea, Óscar asegura que el nuevo registro "no le termina de convencer" pero a nivel delictivo "es una buena opción". "Creo que tiene muchas lagunas y lo veo mal porque creo que se vulnera el derecho a la protección de datos, pero en casos como separaciones en las que uno de los progenitores se lleva al hijo sin consentimiento del otro, es un punto a favor. Todo lo que sea proteger a un menor estará bien hecho", mantiene.
Por su parte, Germán asegura a este periódico que el trámite le parece "una tontería", pues en un reciente viaje a Budapest asegura que tuvo que facilitar estos datos a la empresa que gestionaba su alojamiento turístico y no le supuso "ningún esfuerzo". "Tengo poco miedo a facilitar datos, así que el hecho de que las empresas necesiten toda esta información me parece que, en realidad, tiene poca incidencia en nuestro día a día. Realmente se está generando una polémica en relación con algo que, en sí, no tiene demasiado sentido", zanja.