Cuando las temperaturas bajan bruscamente e incluso hay que hablar de grados negativos, las personas que prefieren hacer ejercicio al aire libre pueden tener dudas sobre seguir con su rutina por el impacto térmico. Lo cierto es que lo mejor es no abandonar el ejercicio porque además el frío hace que los músculos se vuelvan más rígidos e incluso duelan. No son sensaciones, es una evidencia científica que explican desde Harvard.
No hay que abandonar por tanto la actividad física porque los músculos acusan las bajas temperaturas, necesitan aún si caben más atención. La regularidad les ayudará a no perder la forma. La explicación científica de que esto se produzca es simplemente que la temperatura central del cuerpo desciende y los músculos "reciben menos flujo sanguíneo, menos oxígeno, y no funcionan tan bien", indica Sarah Eby, especialista en Medicina Deportiva del Hospital General de Massachusetts - Harvard.
Las bajas temperaturas no solo afectan al tejido muscular, también a los nervios que se encuentran conectados a este, con lo que los cambios ambientales nos ponen en riesgo de más lesiones de músculos y tendones. Las personas que están más expuestas serán las sedentarias ya que el frío añade un factor extra a músculos que normalmente están débiles.
Dos tipos de ejercicio
La especialista de Harvard explica que hay dos tipos de estiramiento a tener en cuenta: los dinámicos y los estáticos. Los primeros preparan los músculos para la actividad y deben ser movimientos fluidos y repetitivos, como caminar rápidamente. En invierno se pueden hacer también en el interior de las casas.
Los estáticos se dirigen a mantener la flexibilidad y se realizan solamente cuando el músculo está caliente, como después de entrenar. Se trata de mantener una posición durante 20 a 30 segundos, sin rebotes. Ejercitándolos conseguiremos combatir la rigidez que provoca el frío, además de mejorar el equilibrio y la agilidad, como subrayan desde Harvard. No debe haber excusas para practicarlos todos los días.
Como ejemplo de ejercicio estático, desde Harvard proponen uno básico y fácil de hacer en casa: el estiramiento de pantorrilla. Solo se necesita el respaldo de una silla y extender alternativamente cada pierna hacia atrás, doblando la rodilla contraria para provocar el estiramiento, manteniendo la posición de 20 a 30 segundos y repetir.
Otros hábitos que no debemos descuidar
A la hora de hacer ejercicio podemos prestar demasiada atención a los aspectos puramente físicos, corporales, y descuidar otros hábitos sin los cuales no se pueden conseguir muchos de los objetivos que nos planteamos, como el control del peso corporal o reducir el riesgo de sufrir enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 o el colesterol. Por ello desde Harvard recuerdan la importancia de no olvidar otras rutinas clave:
- Mantener la hidratación: evita que el ácido láctico se acumule en los músculos y provoque calambres.
- Reforzar el consumo de vitaminas: en especial la D, que puede alterar la musculatura.
- Seguir una dieta saludable: así se evitará la inflamación que producen los productos más dañinos y que provoca también molestias musculares.
Referencias
Harvard Medical School (2024, 1 de noviembre). Essential stretches to fight stiff winter muscles. https://www.health.harvard.edu/exercise-and-fitness/essential-stretches-to-fight-stiff-winter-muscles