El parte médico de Raphael ha revelado que el artista español padece de un linfoma cerebral primario y que tiene dos nódulos en el hemisferio izquierdo del cerebro. El cantante -que empezó a sentirse mal mientras grabada el especial de Navidad de La Revuelta- ya está recibiendo un tratamiento específico para su enfermedad y se le dará el alta en los próximos días, según ha confirmado este jueves el Hospital 12 de Octubre. Pero, ¿qué se sabe de esta enfermedad?
¿Qué son los linfomas cerebrales primarios?
Los linfomas cerebrales primarios son un tipo de tumor cerebral poco frecuente que se origina en los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco que se encuentra en la sangre y en el tejido linfático. Por motivos que se desconocen su localización queda restringida al cerebro, según indica el Cancer Center de la Clínica Universidad de Navarra en su página web.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad?
La institución académica indica que los síntomas de la enfermedad son "inespecíficos", aunque explican que los más frecuentes son déficits neurológicos focales, como la pérdida de fuerza en las extremidades de un lado del cuerpo, trastornos del lenguaje o de la visión. Asimismo, son comunes los cambios en el carácter y en el comportamiento de los pacientes, así como también los dolores de cabeza, las náuseas, los vómitos y la visión borrosa.
Entre los síntomas de la enfermedad también se encuentran: cambios en el habla, alucinaciones, confusión, convulsiones, el inclinarse hacia un lado cuando al caminar, la pérdida de coordinación, la insensibilidad al frío y al calor y la pérdida de peso, indica Medline Plus.
¿Cómo se diagnostica?
Uno de los primeros exámenes que se realiza para diagnosticar linfomas del sistema nervioso central -formado por el cerebro y la médula espinal- es una resonancia magnética con inyección de contraste, la cual revela la existencia de una lesión. Una vez comprobada su existencia será necesario realizar una biopsia del tumor para confirmar el diagnóstico.
También es recomendable realizar una punción lumbar para analizar el líquido cefalorraquídeo, que baña el encéfalo y la médula espinal; una resonancia magnética de la médula espinal; y un examen oftalmológico, que se practica con el fin de conocer la extensión de la enfermedad.
Además, se suelen realizar un escáner y/o PET corporal, una ecografía testicular y una biopsia de la médula ósea para descartar que se trate de un linfoma sistémico. Es decir, un linfoma que se ha formado en otra parte del cuerpo y que también ha afectado al cerebro.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de los linfomas cerebrales primarios consiste en quimioterapia o radioterapia, dependiendo de las características de cada paciente. La extirpación parcial o total del tumor solo se realiza cuando se necesita aliviar rápidamente los síntomas o signos de la enfermedad, indica la Universidad de Navarra.
Desde Medline Plus explican que el tratamiento principal para tratar la enfermedad es la quimioterapia, dosis que suele ser más elevada en las personas jóvenes. A estos pacientes también se les suele realizar un autotrasplante de células madre. Después de la quimioterapia se suele administrar radioterapia.
¿Cuál es el pronóstico?
La esperanza de vida de las personas que deciden no someterse a ningún tratamiento es de menos de seis meses. "Con quimioterapia la mitad de los pacientes estará en remisión diez años después del diagnóstico", explica el portal Medline Plus. Y añade que la supervivencia puede mejorar con el trasplante de células madre.
¿Cuáles son las posibles complicaciones?
Dentro de las complicaciones se encuentran los efectos secundarios de la quimioterapia, entre los que destacan -al igual que con otros tipos de cáncer- conteos sanguíneos bajos. También resaltan los efectos secundarios de la radioterapia: confusión, dolores de cabeza, problemas del sistema nervioso y la muerte de tejido corporal. Además, existe la posibilidad de que el tumor regrese una vez sea eliminado.