Lo peor de la epidemia de gripe está por llegar: por qué no debemos tomar antibióticos según este médico de familia

España se encuentra en medio de una oleada de casos de gripe y lo peor está por llegar. Entre el 23 y el 29 de diciembre, el virus respiratorio más común superó el umbral epidemiológico por primera vez esta temporada, con 41,6 casos por cada 100.000 habitantes, lo que representó el doble de los 23,6 casos registrados la semana anterior. No obstante, según los expertos, el pico de casos se espera para la segunda semana de enero, tras el fin de las fiestas de Navidad y de las reuniones familiares y las celebraciones.

El incremento de casos ha comenzado a saturar urgencias en diferentes CCAA y, aunque las infecciones respiratorias han disminuido y son más bajas que el año pasado (lo que ha dado un respiro al sistema sanitario durante el periodo vacacional), las hospitalizaciones están en aumento.

Por todo ello, es fundamental que la población adopte medidas preventivas y siga las recomendaciones de salud para minimizar el impacto de la epidemia de gripe y proteger a las personas más vulnerables.

El riesgo de la automedicación con antibióticos

La automedicación con antibióticos para tratar síntomas de la gripe es una práctica común pero peligrosa. A pesar de las numerosas advertencias de la comunidad médica y las campañas de concienciación, el uso inapropiado de estos medicamentos sigue siendo un problema global.

El doctor Jaime Barrio Cortes, médico de familia e investigador senior en la Fundación para la Investigación e Innovación Biosanitaria en Atención Primaria (FIIBAP), explica: "Este hábito de automedicarse no solo puede ser ineficaz en casos de diferentes tipos de infecciones, sino que contribuye directamente a uno de los problemas de salud pública más alarmantes en la actualidad: la resistencia a los antimicrobianos".

Infecciones del tracto respiratorio superior

Las infecciones del tracto respiratorio superior, como el resfriado o la gripe, suelen ser causadas por virus. Aunque incómodas e incapacitantes, ya que incluyen síntomas como tos, dolor de garganta, congestión nasal, fiebre, dolor de cabeza, fatiga y malestar general, son infecciones autolimitadas que generalmente duran entre 3 y 10 días. Durante este periodo, el sistema inmunológico del cuerpo se encarga de combatir el virus, y los síntomas desaparecen gradualmente sin necesidad de tratamientos más allá del alivio sintomático.

A pesar de esto, muchas personas recurren a los antibióticos con la falsa creencia de que acelerarán la recuperación. Sin embargo, esta práctica no solo es inútil en el contexto de infecciones virales, sino que también es peligrosa. Los antibióticos están diseñados para combatir infecciones bacterianas y no tienen efecto alguno sobre los virus. Usarlos en estos casos no mejorará los síntomas y puede tener consecuencias graves tanto a nivel individual como colectivo.

Una de las principales consecuencias del uso indebido de antibióticos es el desarrollo de bacterias resistentes. Este fenómeno ocurre cuando las bacterias son expuestas repetidamente a antibióticos, lo que les permite desarrollar mecanismos de defensa para resistir su acción. Con el tiempo, las bacterias que sobreviven a estos tratamientos se vuelven inmunes a los antibióticos que antes resultaban efectivos, dificultando o incluso imposibilitando el tratamiento de infecciones previamente controlables.

La resistencia bacteriana es una de las amenazas más graves para la salud global en la actualidad. Organismos internacionales advierten que, si no se toman medidas urgentes, las infecciones causadas por bacterias multirresistentes podrían superar al cáncer como una de las principales causas de muerte a nivel mundial para mediados de este siglo. Infecciones comunes, como neumonías, infecciones urinarias o de heridas, podrían volverse potencialmente mortales si los antibióticos dejan de ser efectivos.

Además, la resistencia bacteriana también afecta otros aspectos de la medicina moderna. Procedimientos médicos que dependen de los antibióticos, como las profilaxis en las cirugías y en pacientes inmunodeprimidos, se vuelven mucho más arriesgados. Sin antibióticos efectivos, el riesgo de complicaciones graves y de infecciones posoperatorias aumenta significativamente.

Efectos secundarios del mal uso de antibióticos

El mal uso de antibióticos también puede generar efectos secundarios. Aunque generalmente seguros cuando se usan adecuadamente y bajo prescripción médica, su uso innecesario puede desencadenar una variedad de reacciones adversas, como problemas gastrointestinales, infecciones secundarias por hongos y, en casos graves, reacciones alérgicas que pueden poner en peligro la vida del paciente. Además, el uso repetido de antibióticos puede dañar el microbioma intestinal, que juega un papel clave en la salud digestiva e inmunitaria.

"Es esencial educar a la población sobre los peligros de la automedicación con antibióticos y promover el uso adecuado de estos medicamentos para garantizar su efectividad futura", subraya el doctor Barrio Cortes. En infecciones virales, como la gripe y el resfriado, las medidas de prevención del contagio y el tratamiento sintomático son las herramientas clave para una recuperación segura y sin complicaciones.

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