La Moncloa ya tiene el camino expedito para que cuatro de los ministros socialistas más cercanos al presidente Pedro Sánchez desembarquen en sus territorios y asuman el mando de las federaciones del PSOE en Andalucía, Aragón, Madrid y la Comunidad Valenciana. Este martes, el actual líder de los socialistas andaluces, Juan Espadas, anunció que no competirá por revalidar la secretaría general en esa comunidad, lo cual abre la puerta a que lo suceda la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Y ella no es la única integrante del núcleo duro de la Moncloa que se prepara para asumir galones territoriales en el PSOE: en la misma situación están Pilar Alegría (Educación), Diana Morant (Ciencia) y Óscar López (Función Pública).
La guinda para esta vía libre que la Moncloa ha conseguido abrir para colocar a dirigentes afines en las federaciones autonómicas del PSOE la puso este martes el anuncio del actual secretario general socialista en Castilla y León, Luis Tudanca, de que tampoco competirá para seguir en su puesto. Las relaciones entre Sánchez y Tudanca se habían enfriado desde finales del año pasado, cuando Ferraz rechazó el calendario de primarias previsto por el PSOE castellanoleonés y le impuso otras fechas. Fue el primer síntoma de que la dirección federal deseaba sustituir al dirigente al frente de la federación autonómica, y su paso atrás deja el camino libre para que el alcalde de Soria y secretario provincial, Carlos Martínez, asuma los mandos.
La estrategia que está detrás de este desembarco masivo de ministros al frente de varias de las principales federaciones territoriales del PSOE busca recuperar al menos una parte del gancho perdido de cara al próximo ciclo electoral y, especialmente, de cara a las generales, que si no se adelantan tendrán lugar en 2027. Fuentes de la Moncloa consideran que Montero, Alegría o López son perfiles con mayor capacidad de impulsar el voto a los socialistas, que en Andalucía o Madrid se encuentran en horas bajas a nivel autonómico desde hace años.
El paso atrás que dio este martes Espadas supone que la actual dirección del PSOE de Andalucía asume que no puede competir con una candidatura como la de Montero, patrocinada por la Moncloa. Hace apenas un mes, tras el congreso federal del PSOE en el que Pedro Sánchez fue reelegido secretario general, el todavía líder de los socialistas andaluces aseguró que se presentaría para volver a optar al cargo. No obstante, Sánchez rehusó entonces darle su apoyo explícito y, con el paso de las semanas, las voces críticas con Espadas han ido creciendo, lo que ha obligado al dirigente a cambiar su posición y a alinearse con Montero, de quien dijo —sin nombrarla— que espera una candidatura "ganadora" con un "nuevo enfoque y revulsivo" para recuperar la Junta de Andalucía.
Por el momento, no obstante, la vicepresidenta no ha dado un paso adelante, aunque se espera que lo haga en los próximos días. Quien sí lo ha hecho es el catedrático Luis Ángel Hierro, que ya concurrió al congreso regional de 2021 en el que Juan Espadas se impuso a Susana Díaz por el liderazgo del PSOE de Andalucía, en esa ocasión con apoyo del aparato federal que ahora ha renegado de él. Hierro es, por el momento, el único precandidato al congreso y el único potencial rival de la vicepresidenta, a la espera de que Montero anuncie que también concurre al congreso. Por lo pronto, la vicepresidenta ha convocado a los militantes del PSOE de Sevilla este miércoles.
También tendrá competencia para hacerse con el mando de su federación la ministra de Educación y ministra portavoz, Pilar Alegría, que hace un par de semanas anunció que concurrirá al congreso regional para suceder al frente del PSOE-Aragón a Javier Lambán. Al igual que ella, aspira a la secretaría general de los socialistas aragoneses el actual secretario de Organización y número dos de Lambán, Darío Villagrasa, alcalde desde 2019 de Bujaraloz (Zaragoza) y diputado autonómico.
Enfrentada a la actual dirección desde hace años, Alegría es la baza de la Moncloa para situar a un dirigente afín al frente de la federación aragonesa de los socialistas, que en los últimos años ha sido el principal bastión (junto a la castellanomanchega que lidera Emiliano García Page) de la oposición interna al presidente Pedro Sánchez. En principio, la ministra portavoz es clara favorita en la pugna con Villagrasa, aunque el actual secretario de Organización del PSOE aragonés cuenta con el respaldo del lambanismo.
López y Morant, ya confirmados
Por el contrario, quienes ya tienen asegurada su elección al frente de las federaciones regionales del PSOE son los ministros de Función Pública y Ciencia, Óscar López y Diana Morant, respectivamente. El primero fue confirmado hace un mes como el próximo secretario general del PSOE de la Comunidad de Madrid (PSOE-M) al haber sido el único candidato que se presentó para liderar el partido en el proceso de primarias. Su desembarco, no obstante, no estuvo exento de polémica, puesto que se produjo tras la abrupta dimisión de su antecesor, Juan Lobato, quien se enzarzó en una pugna con Ferraz (que terminó perdiendo) al registrar ante notario una conversación privada con un cargo de la Moncloa sobre la investigación al novio de Isabel Díaz Ayuso por presuntos delitos de fraude fiscal.
Al lado del terremoto que sacudió a principios de diciembre el PSOE-M, la confirmación a mediados del mes de diciembre de que Morant seguirá siendo la secretaria general del PSPV-PSOE, la federación valenciana de los socialistas, pasó prácticamente desapercibida. Al igual que López, Morant fue la única candidata que se presentó para liderar a los socialistas valencianos, aunque en su caso no estrenará el cargo tras la celebración del congreso regional el 31 de enero, sino que lo revalidará, puesto que ya fue elegida como líder del PSPV-PSOE en marzo del año pasado para suceder a Ximo Puig y después de haber armado una candidatura de unidad con quienes se perfilaron como sus rivales: los secretarios generales del PSOE en Valencia y Alicante, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, respectivamente.