Tener pesadillas mientras dormimos ocurre con cierta frecuencia, pero ahora, un estudio ha revelado que hay personas que viven con ciertos trastornos de salud mental que pueden ser propensas a sufrirlas.
Investigadores de la University of the Incarnate Word en Texas (EEUU) han publicado sus conclusiones en la revista Dreaming, y sostienen que determinados rasgos psicológicos, en particular los límites mentales débiles y una predisposición denominada propensión a las pesadillas, desempeñan un papel importante en este fenómeno.
Las pesadillas frecuentes están estrechamente relacionadas con algunos problemas de salud mental. Por ejemplo, las investigaciones indican que entre el 50% y el 70% de las personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT) sufren pesadillas frecuentes, ya que estos sueños angustiantes son un síntoma característico de la enfermedad.
De manera similar, las pesadillas son notablemente más comunes en personas con trastornos de ansiedad, depresión y otros trastornos relacionados con el estado de ánimo, lo que a menudo refleja un aumento de la angustia y la desregulación emocional.
Sin embargo, las pesadillas no se limitan a quienes tienen problemas de salud mental; también son frecuentes en la población general. Los estudios sugieren que alrededor del 4% de las personas sufren pesadillas con frecuencia, mientras que aproximadamente el 40% informa tener pesadillas ocasionales.
"Las pesadillas son padecidas, al menos ocasionalmente, por una cantidad relativamente grande de personas con y sin problemas de salud mental. Sin embargo, sus causas siguen siendo un misterio. Hemos estado tratando de entender cuáles son las disposiciones psicológicas clave que parecen influir en el hecho de tener pesadillas", dice el autor del estudio, William Kelly, profesor asociado de la University of the Incarnate Word.
En el estudio participaron 116 estudiantes de psicología de una universidad de Estados Unidos. La mayoría de los participantes eran adultos jóvenes, con una edad media de 20,6 años.
La mayoría se identificó como latino (78,4%), mientras que grupos más pequeños se identificaron como asiáticos, blancos u otras etnias. Los participantes completaron una encuesta en línea que incluía varias medidas validadas relacionadas con pesadillas y rasgos de personalidad.
Los investigadores examinaron las relaciones entre la frecuencia de las pesadillas y cuatro disposiciones: neuroticismo, propensión a las pesadillas, límites psicológicos estrechos y sensibilidad del procesamiento sensorial.
Teniendo en cuenta los factores sociodemográficos
Después de tener en cuenta los factores sociodemográficos, la frecuencia de recuerdo de los sueños y la superposición entre los rasgos, descubrieron que solo la propensión a las pesadillas y los límites psicológicos estrechos eran predictores independientes significativos de la frecuencia con la que los participantes experimentaban pesadillas.
La propensión a las pesadillas abarca factores psicológicos como la inestabilidad emocional, la desregulación del estado de ánimo y una mayor sensibilidad al estrés.
Los investigadores sugieren que las personas con una alta propensión a las pesadillas podrían experimentar un proceso llamado "concretización", en el que las experiencias mentales poco claras o abstractas adquieren formas más tangibles, como imágenes de sueños vívidas y angustiantes.
Esto hace que sean más propensas a transformar las luchas emocionales de vigilia en sueños perturbadores. El estudio reforzó que la propensión a las pesadillas es distinta de otros rasgos como el neuroticismo y los límites poco definidos, ya que siguió siendo un predictor significativo incluso cuando se controlaron estos factores.
Por otra parte, las personas con límites más sutiles se caracterizan por una mayor interconexión entre sus emociones, pensamientos y estímulos externos. Las personas con límites sutiles pueden tener una mayor susceptibilidad a experimentar imágenes y emociones perturbadoras durante el sueño, ya que son menos capaces de compartimentar o filtrar estas influencias.
Este hallazgo respalda la idea de que los límites más sutiles crean un entorno psicológico en el que el contenido mental negativo puede surgir más fácilmente en forma de sueños vívidos e inquietantes.
"No es 'anormal' tener pesadillas", dice Kelly a la publicación PsyPost. "Parece que hay ciertas disposiciones que influyen en ellas. En nuestro estudio, las personas que tenían pesadillas con más frecuencia también parecían tener una mayor probabilidad de tener una división más delgada entre las distintas experiencias mentales, además de una tendencia a tener emociones negativas con mayor facilidad y experimentarlas en diversas formas", agrega Kelly.
"Es como si existiera una tendencia a que un evento mental desagradable se propague por la mente de ciertas personas, como una tormenta que despierta imágenes y emociones perturbadoras en los sueños", añade.
"Queremos ampliar estos hallazgos y comprender mejor cómo los límites mentales más sutiles y las variables generales de propensión a las pesadillas se relacionan con las pesadillas", dice Kelly. "Estamos planeando estudios adicionales para desentrañar esto", concluye.