La economía española es hoy un 5,7% más grande que justo en el momento antes de que la pandemia la golpease. Un lustro convulso en el que el país se las ha arreglado para crecer más que el conjunto de la eurozona, que lo ha hecho un 4,2% en ese mismo periodo. Las razones que explican ese crecimiento diferencial tienen que ver con un menor impacto de la guerra en Ucrania, un peso mayor del gasto público que en el resto de países y el tirón de las exportaciones.
Estas son las principales conclusiones de un informe publicado este lunes por el Banco de España en el que repasa la trayectoria de la economía de los principales países del euro desde finales de 2019. En general, los países del sur de Europa han salido mejor parados que el resto. Las economías de Grecia, Portugal, España e Italia han registrado crecimientos de más del 5,5% en ese periodo, mientras que el PIB francés ha avanzado un 3,7% y el alemán apenas lo ha hecho un 0,2%.
La foto cambia cuando se analiza el PIB per cápita, que refleja mejor cómo se ha repartido ese crecimiento económico entre la población. En este apartado, el PIB por habitante español es ahora un 2,5% superior al de finales de 2019, mientras que el de la eurozona es un 2,7% más elevado. Esto se explica porque buena parte del crecimiento que ha registrado España lo ha hecho a costa de incorporar más población extranjera y no por una mejora en la productividad.
La recuperación económica registró, en España, dos fases diferenciadas. Una primera, que se extiende hasta comienzos de 2022 en la que el país se quedó rezagado respecto al resto de Estados miembros. España fue el país de toda la eurozona donde más se contrajo el PIB. Algo que se explica porque la pandemia golpeó especialmente los servicios presenciales, que tienen un peso muy importante para la economía española. Después hay una segunda fase que empieza en 2022 en la que España aceleró hasta adelantar al conjunto de la eurozona, en parte gracias a su menor exposición a la guerra en Ucrania y a la recuperación del turismo.
Los factores que explican el crecimiento de España desde la pandemia son fundamentalmente dos: el consumo público y el buen funcionamiento del sector exterior (en buena parte, por la llegada de turistas extranjeros). Estos dos componentes aportaron 4,6 puntos porcentuales al crecimiento del 5,7% que se ha registrado desde entonces. De ellos, 3,1 correspondieron al consumo público y 1,5 al sector exterior (exportaciones, descontadas las importaciones).
Más concretamente, el 54% del aumento del PIB que se ha registrado en España desde la pandemia obedece a la aportación del consumo público. Un porcentaje que en países como Francia (44%), Italia (22%) o Portugal (16%) ha sido notablemente más bajo. La aportación del sector exterior a la economía española también ha sido superior a la de otros países del euro.
Los componentes más débiles han sido el consumo privado y la inversión, especialmente la privada, que todavía no ha recuperado su nivel previo a la pandemia. La inversión pública ha repuntado un 46% desde la irrupción del coronavirus, fundamentalmente gracias al despliegue de los fondos europeos de recuperación. En cambio, la inversión privada está todavía un 9,8% por debajo de su nivel anterior a la pandemia.
El turismo y la industria tiran del carro
Casi todo el crecimiento que se ha registrado en España desde finales de 2019 se ha generado en el sector servicios. Especialmente en servicios como el comercio, el transporte y la hostelería, muy vinculados con la llegada de turistas. Estas actividades han aportado una cuarta parte del aumento del PIB que se contabiliza desde entonces. El comportamiento de la industria manufacturera también ha sido mejor que en el conjunto de países de la eurozona.
En lo que respecta a los salarios, la economía española ha salido también relativamente airosa de estos cinco años convulsos. Los sueldos reales (una vez descontada la inflación), han aumentado un 2,5% en España, frente a un panorama europeo en el que las retribuciones han perdido poder adquisitivo. Los sueldos reales han caído un 1,9% en Alemania, un 3,2% en Francia o un 1,8% en Francia. Paralelamente, los márgenes empresariales se han expandido de manera más limitada en España que en la eurozona. El excedente bruto de explotación crece un 13% en España, frente a un 23% en los países del euro.
Otro de los cambios que ha traído consigo la pandemia ha sido un aumento en los niveles de ahorro en los países. España es, de los grandes países de la eurozona, donde más ha aumentado la tasa de ahorro. El porcentaje de su renta que ahorran los hogares ha aumentado cinco puntos, hasta situarse en el 13,8% de la renta disponible.