Gianluigi Donnarumma sufrió este miércoles una de las situaciones más duras que puede vivir un portero bajo palos, una escalofriante pisada con los tacos en la cara que le obligó a abandonar el partido entre el Mónaco y el PSG con la cara absolutamente destrozada.
Ocurrió en el minuto 20 del partido, en un mano a mano al límite ante Wilfred Singo, cuando el lateral costamarfileño estiró la pierna con la mala fortuna de acertar en el rostro del italiano clavándole los tacos muy cerca del ojo derecho.
El portero del PSG cayó a plomo en el suelo y las asistencias salieron a toda prisa a atenderle. El partido estuvo detenido durante varios minutos hasta que, con ayuda de diez grapas colocadas en el pómulo, lograron detener la hemorragia.
Tras ser sustituido, el partido continuó su curso con Wilfred Singo, ya que a pesar de contar con una tarjeta amarilla antes de la aparatosa acción, no recibió la segunda a pesar de la revisión del VAR.
