Tres árbitras, Michelle Santan, Carely María Barrios y Elena Valdivieso, vivieron un auténtico infierno el pasado viernes durante un encuentro entre el Teldecosta CD y el Arena Futboltec CD del Grupo 2 de Segunda Regional de Gran Canaria. En mitad de una gran trifulca entre jugadores de ambos equipos y también aficionados, tuvieron que refugiares en el vestuario por miedo a ser agredidas.
Corría el minuto 7 cuando un jugador del Teldecosta fue expulsado y su compañero agredió en el pecho a un rival. Fue en ese momento cuando varios futbolistas de ambos equipos comenzaron a encararse, según informa el acta.
Ante tal alboroto, las colegiadas decidieron retirarse al vestuario: "Al ver que peligraba nuestra integridad, decidimos retirarnos rápidamente del terreno de juego (...) dando por suspendido temporalmente el encuentro hasta que las condiciones fueran favorables para poder reanudar el partido".
Al poco regresan al campo, pensando que los incidentes se habían calmado, pero en realidad todo había empeorado porque el terreno de juego estaba "invadido por alrededor de 20 personas".
Se originó una gran pelea y, de nuevo, las árbitras volvieron al vestuario corriendo. Mientras tanto, varios futbolistas del Teldecosta les perseguían gritándoles. Ellas se encerraron en la sala a la vez que escuchaban "las vamos a matar, hijas de puta".
Resistieron como pudieron dentro del vestuario. Los jugadores consiguieron entreabrir, pues no había llave por dentro, y ellas pudieron cerrar de nuevo mientras ellos seguían con amenazas. "Venga, abran hijas de puta, que las vamos a reventar zorras", gritaban, según el acta.
La puerta se volvió a abrir y las tres árbitras consiguen cerrarla con "un palo de mopa que había dentro del vestuario arbitral, pudiendo esperar a que llegara la fuerza pública, la cual se presentó a los 10 minutos".
Hasta que llegó la Policía, el entrenador y un ayudante del equipo visitante hicieron de guardianes "para que nadie vuelva a intentar abrir", según informan ellas en el acta arbitral.
Al llegar los agentes, los jugadores del Teldecosta CD y aquellos aficionados que habían participado en la brutal pelea ya no estaban en el recinto deportivo.