El Papu Gómez, futbolista de 36 años campeón del mundo con argentina en diciembre de 2022 y exjugador del Sevilla, se vio apartado del deporte tras dar positivo en un control de dopaje, noticia que le llegó justo antes de disputar esa final del Mundial con la albiceleste.
Desde que se disputó aquel histórico partido, el Papu no volvió a jugar, sentenciado por esa sanción. Dos años después está entrenando tratando de regresar al césped, pero todavía no ha sido posible, algo que intenta hacer frente de la mejor manera posible, como reveló en una entrevista en Argentina.
"Estoy trabajando en aceptar que el personaje del Papu Gómez está llegando a su fin, está dejando de existir y que ahora soy una persona común y corriente, un padre de familia. Estoy trabajando el ego, de apagarlo un poco y tratar de subsistir con Alejandro", afirmó, haciendo referencia a su verdadero nombre.
"Pasé de ser campeón del mundo a que hoy no me llame nadie, desaparecer del medio o no jugar más. Hay que saber convivir con eso. Ni cuando estás allá arriba eres el mejor, ni ahora eres el peor. Solo que hay que priorizar otras cosas...", explicó.
Además, reconoció que "después de la sanción estaba ilusionado con volver", pero eso se acabó con la sanción, la más alta posible: "Cuando me cayó la pena máxima se me cayó el mundo".
Su infierno arrancó, según el Papu, con un ataque de tos: "Llegó a la noche, de madrugada en Sevilla, generalmente me tomaba una pastilla después de los partidos, porque me costaba mucho dormir. Me acuesto y en mitad de la noche me da un ataque de tos. Le digo a mi mujer que me de un jarabe para la tos. Estaba el de mi hijo más pequeño, de Milo, y me da una tacita pequeña. Me la tomé".
Pocos días después de aquello, al futbolista le pilló por sorpresa un control: "Me preguntó el doctor si había tomado algo, como es habitual. Me olvidé por completo que había tomado el jarabe. 'Lo de siempre, pastillas para dormir y antiinflamatorio', le contesté. Si le hubiera informado del jarabe, no hubiera pasado nada, estaba declarado".
"Pasa el tiempo y me llega a mi mail personal que había dado positivo, cuatro días antes de la final del Mundial. Fue horrible. Estuve dos días muy mal, me dio fiebre, seguramente me bajaron las defensas. Imagínate, festejando y con la cabeza puesta en qué iba a pasar...", confesó.
Papu Gómez desveló que solo él sabía todo aquello en el momento de la final: "No se lo dije a nadie, me parecía muy egoísta, no quería que se pensara en otra cosa que no fuera la final del Mundial. Muchas veces pensaba, 'si soy campeón del mundo no juego más'. Uno llama a las cosas y la vida te la devuelve... Pasé de ser campeón del mundo a no jugar más".
Una nueva etapa en lo más bajo
Dos años después de aquel positivo, el Papu Gómez está haciendo todo lo posible para volver a disfrutar del fútbol. "Estoy entrenando en un campo sintético de la Serie C. No tiene nada que ver pero prefiero eso que odiar al fútbol, que es lo que me iba a pasar cuando me tuve que alejar. No quería que me diera asco por la situación que me pasó. Entonces me puse a jugar al pádel, me alejé completamente del fútbol".
El exjugador del Sevilla reconoció: "Lo bueno de ahora es que estoy volviendo a empezar, siendo un amateur, ahora mismo soy un chico que quiere debutar en Primera. Tengo que ir a ganarme el sitio".
"¿Dónde me gustaría jugar? Toda mi carrera la hice en Italia... pero sea el equipo que sea tiene que entender que Papu Gómez es un jugador de 37 años que viene de una inactividad grande. ¿Argentina? No, no creo. Porque por ahora queremos seguir viviendo en Europa. Mis hijos están grandes y movernos todo para allá... es difícil", sentenció.