Novak Djokovic logró el último sueño que le quedaba en los Juegos Olímpicos de París 2024, la medalla de oro que tenía reservado un hueco especial entre todas sus vitrinas, un éxito que celebró con un brutal baño de masas en las calles de la capital serbia, Belgrado.
Todos los ganadores de medallas de la delegación serbia fueron invitados a celebrar sus éxitos con la ciudad, pero fue la aparición del tenista la que prendió en llamas las calles.
Bengalas, banderas y un grito al unísono: "¡Nole, Nole!", inundó las calles de la capital al asomarse al balcón, donde el mejor tenista de todos los tiempos disfrutó como nunca de un éxito que redondea por completo su palmarés perfecto.
Nole, emocionado por el momento, compartió el vídeo del instante en sus redes sociales acompañado de un breve texto de agradecimiento: "Un recibimiento de oro. EN CASA, LO MEJOR", escribió en inglés y en serbio para dar las gracias a las 70.000 personas congregadas.
