Una nueva era en la aviación militar ha dado comienzo. China encabeza la carrera global por el dominio de la innovación tecnológica de combate con su primer avión de sexta generación, que el 26 de diciembre de 2024 completaba con éxito su vuelo inaugural. Con ello, el mundo entero y, concretamente, los Estados Unidos, presenciaban esta declaración de poderío aéreo que podría derribar su histórica superioridad militar.
¿El primer del caza de 6ª generación?
A finales de año, las redes sociales se llenaron de imágenes y vídeos de un nuevo modelo de avión de combate volando a plena luz del día por los cielos de Chengdu, en la provincia suroccidental de Sichuan y, solo 24 horas después, otro avión de similares características fue visto surcando el espacio aéreo de Shenyang, al este del país.
Se trataba de dos cazas con un innovador diseño sin cola y ala en doble delta que elimina, según los expertos, los estabilizadores verticales, reduciendo significativamente la sección transversal de radar del avión y mejorando sus capacidades furtivas. ¿Pero, qué convierte a uno de estos cazas en un avión de sexta generación?
Aunque hasta el momento no existía ningún avión operativo de sexta generación, se espera que esta generación combine las características de la quinta generación actual (sistemas furtivos y de arquitectura abierta en red) con capacidades ampliadas de control de drones, automatización mejorada por IA, sigilo mejorado en todos los aspectos, motores de próxima generación que producen más electricidad y permiten velocidades sostenidas más altas, y una mayor carga útil que les permite volar más lejos durante más tiempo, llevando así más armas internas.
Según declaró Malcom Davis, experto en China del Instituto Australiano de Política Estratégica, a Breaking Defense: "Pekín no querrá perder la oportunidad de humillar a Estados Unidos desplegando una plataforma de sexta generación antes que ellos. Así que creo que no habrá que esperar diez años para que entre en servicio y que el J-36 lo hará antes de finales de esta década".
Chengdu J-36 y Shenyang J-50: aparatos fantasmas
Aunque las designaciones oficiales de los prototipos siguen sin confirmarse, algunos analistas han bautizado a estos cazas chinos como Chengdu J-36 y Shenyang J-50 basándose en sus números de serie visibles.
Además, el J-36 se ve como una posible contrapartida del programa estadounidense Next Generation Air Dominance (NGAD), que actualmente se encuentra parado por las dudas del Pentágono sobre la adecuación de sus características a la guerra aérea moderna.
Este avión -el J-36- es el mayor de los cazas mostrados por China recientemente y ha sido creado en la fábrica de Chengdu Aircraft Corporation, con un total de 22,5 metros de largo y una envergadura de 24 metros, que lo hacen más grande que muchos cazas de quinta generación.
Además, está hecho con materiales que absorben las señales de los radares y los alejan de los sensores enemigos. Sin cola, el avión depende completamente de sistemas avanzados de control electrónico y aerodinámica adaptativa para mantener la estabilidad, permitiendo maniobras increíblemente agresivas.