La Unión Europea cambia, también de nombres. De caras. El 2024 ha sido un año de película para el bloque comunitario, como ya viene siendo habitual dada la situación global. En ese film, los protagonistas son variados y hay tanto casi héroes como villanos a ojos de Bruselas. De hecho, la lista es larga y se mueve desde el liderazgo de la Comisión Europea pasando por quienes son un china en el zapato de la UE hasta por aquellos que cosecharon grandes resultados electorales y quieren cambiar el paso de Europa.
¿Quiénes han sido los grandes protagonistas de la UE en este 2024?
Ursula von der Leyen, otra dama de hierro
Ursula von der Leyen lleva ya años en lo más alto de la cúpula de la UE, y el 2024 no ha sido una excepción: la alemana ha renovado su cargo como presidenta de la Comisión Europea, aunque con cierta trampa porque ha perdido apoyos respecto a 2019. Aún así, se mantiene como 'directora de orquesta' en los tiempos más importantes para la Unión. No quiere horizontalidades y por eso ha construido un nuevo gabinete transversal, pero al mismo tiempo piramidal. Los grandes temas no avanzarán si no pasan por ella -como se ve por ejemplo con la migración- y se ha rodeado de perfiles que no le hagan demasiada sombra. Es una nueva dama de hierro e incluso puede permitirse coqueteos con la derecha radical sin que eso la baje del trono.
Volodimir Zelenski: Ucrania en el centro
El protagonismo de Volodimir Zelenski está fuera de toda duda. Sin ser parte de la UE, Ucrania está en el centro de todo y por eso su presidente aparece en esta lista. Además, su mensaje no cambia: quiere más ayuda militar y económica para hacer frente a la invasión rusa y hablar de paz con Putin es para él ahora mismo una absoluta quimera. Ni siquiera valora un alto el fuego por Navidad. "No estamos de vacaciones", avisó en su última visita a Bruselas. No solo apela al apoyo de sus socios, sino también a la "unidad" entre la UE y Estados Unidos porque solo con el respaldo de Europa no le llega para "ganar". Zelenski piensa en eso y de hecho este año ha puesto ante los aliados un "plan de victoria" que de momento no se convierte en realidad.
Teresa Ribera y un peligro que no fue
El nombre de Teresa Ribera estuvo en boga durante dos semanas porque de su futuro dependía el de la nueva Comisión Europea con una polémica, eso sí, más ficticia que real. El PP intentó su veto hasta el final como 'número 2' de Von der Leyen y encontró la alianza con Manfred Weber, líder del PPE. Su desaparición ante la DANA pesó en una audiencia también ante el Parlamento Europeo que fue más pobre de lo esperado, pero la fórmula era compleja y en ningún momento daban los números para un veto total; si caía Ribera, se iba abajo toda la Comisión. Así, el entuerto se resolvió como se esperaba: con Génova yendo hasta el final votando en contra de todo el Colegio de Comisarios pero con un resultado total favorable para el nuevo equipo.
Antonio Costa, la vuelta de la calma
Si algo puede celebrar también Von der Leyen es la llegada de Antonio Costa como nuevo presidente del Consejo Europeo. El luso ha dejado atrás su caída como primer ministro y ha tomado el relevo de Charles Michel, 'enemigo' de la alemana, para aportar más calma en la gestión de los Estados miembros. Costa quiere un modelo nuevo, con cumbres más cortas, menos conclusiones para evitar choques innecesarios entre países, mucho contacto con las capitales y coordinación con la Comisión Europea. Todo lo que propone parece rupturista, porque la era de Michel acabó siendo un atasco constante para los 27 en un momento en el que la UE tiene que coger ritmo.
Raffaele Fitto: otra pieza de un puzzle complejo
El italiano Raffaele Fitto no hizo tanto ruido como Ribera, pero su papel es importante en lo que ha sido este 2024: el veto a la española era también un bloqueo desde el otro lado para él, es decir, desde los socialdemócratas. El hombre de Roma en la nueva Comisión Europea se convirtió en un blanco para la izquierda porque, aunque sus 'poderes' no son amplios, se le ve como el síntoma de que en Bruselas "se está girando hacia la derecha radical". Giorgia Meloni quería un puesto fuerte en el Ejecutivo comunitario para Italia y lo ha conseguido con un hombre que, con sus más y sus menos, conoce la UE como la palma de su mano.
Marine Le Pen: Francia, en tiempos de agitación
Si de éxitos de la ultraderecha se habla tiene que aparecer Agrupación Nacional (RN) y por tanto su líder, Marine Le Pen. Si bien en las legislativas francesas el globo pinchó y acabó siendo tercera fuerza, su gran victoria en las elecciones europeas le ha aupado a un nivel en la UE que puede ser la antesala de lo que suceda en las presidenciales en 2027. Le Pen está pendiente de una resolución judicial por desviar fondos públicos, pero sigue posicionada como una de las 'ganadoras' del 2024, más si cabe en tiempos de mucha agitación en Francia y con Emmanuel Macron pasando por su peor momento.
Giorgia Meloni y un nuevo poder
Si Le Pen se ha anotado tantos este año no iba a ser menos una Giorgia Meloni no solo adaptada a las dinámicas institucionales sino capaz también de liderar temas a nivel UE. El asunto migratorio sigue en primera fila por las ideas que salen de Roma, sobre todo en lo referente a los centros de retención de migrantes. Además, se ha convertido en una socia 'válida' para los conservadores tradicionales -por su posición por Ucrania y pro OTAN, sobre todo-, apostando por el pragmatismo y alejando a Fratelli de quienes fueron socios suyos en el pasado, como es el caso de Fidesz o de Vox, que ahora de hecho forman parte de otra familia política (Patriotas) en el Parlamento Europeo.
Calin Georgescu y una decisión sin precedentes
¿Y Rumanía? Menos foco, pero objeto de una decisión sin precedentes. Calin Georgescu era un desconocido y ha acabado con muchas miradas sobre él tras su victoria en las presidenciales rumanas. Eso sí, han acabado suspendidos estos comicios por la Justicia al entender que se había producido una importante injerencia extranjera. Y sí, desde Rusia. Georgescu aspiraba solo al 8% de los votos, según los sondeos, pero este radical independiente, pro Putin y anti UE se proclamó ganador con más de un 20% de las papeletas; el discurso rupturista y basado sobre todo en una importante campaña en redes sociales le dio resultado... o eso parecía, porque los rumanos tendrán que volver a pasar por las urnas.
Viktor Orbán o Donald Tusk también pueden aparecer en la 'selección'. También Maia Sandu. El primero sigue siendo un piedra en el zapato de la UE y el año se ha cerrado con una presidencia húngara del Consejo completamente inoperante. Todo lo contrario que Tusk: el polaco se ha erigido como un líder fuerte, con mensaje dentro de los 27 y aspirando a ocupar, en cierto modo, el hueco que dejen Macron o el canciller alemán, Olaf Scholz -cuyo país va a elecciones anticipadas el 23 de febrero-. Sandu, por su parte, es el ejemplo de cómo un país, Moldavia, salió airoso en 2024 de la influencia rusa para intentar seguir con su camino hacia la UE. Con todo, la saga continúa y la película no parará en 2025.