El virus respiratorio sincitial es uno de los numerosos virus que causan enfermedades respiratorias, que se propaga de manera muy parecida al resfriado, de unas personas a otras, y que se introduce en el organismo a través de las mucosas de nariz, boca y ojos. Su momento álgido de aparición es el otoño, y supone la causa más habitual de hospitalización en bebés menores de un año.
En muchos casos, los pequeños van a necesitar el apoyo de oxígeno para ayudarles a respirar, o incluso fluidos intravenosos si están inapetentes. Lo más normal es que estos síntomas remitan en un par de días, y los síntomas no lleguen a pasar nunca de leves, aunque también puede haber algunas manifestaciones graves.
Qué es el virus sincitial y cuáles son sus síntomas principales
Es muy habitual que el virus sincitial haya infectado a la gran mayoría de los niños en torno a los dos años de edad. Desde Mayo Clínic explican que los signos del virus respiratorio sincitial aparecen con mayor frecuencia entre cuatro y seis días después de haberse expuesto al virus.
Tanto en los adultos como en los niños más mayores, su manifestación suele ser muy similar a la del resfriado: nariz congestionada, tos seca, estornudos, dolores de cabeza, de garganta, y unas décimas de fiebre. En los casos más graves, este virus en principio leve puede expandirse hasta el aparato respiratorio inferior, llegando a producir neumonía.
Cuando la manifestación es más grave, la fiebre suele ser alta, la tos más intensa, existe cierta sibilancia en la respiración (que se torna entrecortada) y la piel se vuelve de un tono azulado por falta de oxígeno. Aún en estos casos, la recuperación suele sobrevenir en dos semanas.
Estos son los factores de riesgo del virus respiratorio sincitial
Aunque ya hemos mencionado que a los dos años de edad la mayoría de los niños se habrán expuesto a este virus, eso no significa que no puedan repetir la infección más adelante.
Las personas que tienen un mayor riesgo de sufrir infecciones graves son los bebés prematuros; aquéllos que tienen una enfermedad cardíaca congénita; una enfermedad pulmonar crónica; un sistema inmunológico debilitado; o los adultos con las mismas enfermedades. También deben extremar las precauciones las personas de más de 65 años.
Precauciones para no contagiarse del virus sincitial
Las personas que hemos mencionado como más susceptibles de adoptar la manifestación más grave del virus tienen disponible un producto médico con anticuerpos. También existe una vacuna contra el virus sincitial para las embarazadas, con el objetivo de proteger al bebé desde su nacimiento y hasta que cumple los 6 meses de vida.
En el primer caso, se trata de nirsevimab, una inyección de una sola dosis que se proporciona a los bebés que el médico considera de riesgo, justo un mes antes de que comience la temporada del virus. Este medicamento es para los bebés menores de 6-8 meses.
En cuanto a la vacuna para las mujeres embarazadas, puede administrarse entre las 32 y 36 semanas de gestación. De la misma manera, los adultos mayores con enfermedades cardíacas o pulmonares cuentan con una vacuna contra el virus sincitial para evitar una infección muy grave.
Las medidas que podemos llevar a cabo para frenar el virus pasan por un lavado de manos frecuente; evitar la exposición en la medida de lo posible; mantener una escrupulosa higiene en casa; no compartir vasos; y lavar los juguetes de los más pequeños de manera habitual y pormenorizada.