Raisa lleva diez años como enfermera y ya ha decidido dejarlo: "Me pregunto si somos Dios para estar en 18 habitaciones a la vez"

Raisa salió hace diez años de la carrera de Enfermería con la ilusión del que desea dedicarse a un trabajo de manera vocacional. Ella es una de las 345.969 sanitarias de este sector que hay en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), aunque no por mucho tiempo. O eso es lo que ella espera. Raisa, que ahora tiene 33 años, está preparándose para las oposiciones a profesora después de haber realizado un máster. Cada vez con más ahínco. "He pasado de levantarme contenta para ir a trabajar, a que todo esto sea una pesadilla", sentencia firme.

Según el informe Situación actual y estimación de la necesidad de enfermeras en España, 2024, la ratio española es de 6,3 enfermeras por cada 1.000 habitantes, frente al 8,5 por cada 1.000 habitantes de Europa. Además, el 39,4% se ha planteado dejar la profesión en los próximos diez años. En el documento, la cartera de Mónica García reconoce que son muchas las que dejan lo que en un inicio era una vocación por problemas como la falta de reconocimiento profesional, la vulnerabilidad en términos de seguridad personal y la ausencia de medidas efectivas como permisos de conciliación, horarios flexibles y apoyo laboral.

He recibido llamadas a las siete y media para entrar a las ocho en mi día libre. Cada enfermera lleva hasta dieciocho pacientes, es una animalada

"Llevo trabajando diez años, saqué un ocho en las oposiciones y no tengo un puesto fijo. Me queda un año y medio de vacante y vuelvo a las listas de nuevo porque, por ley, se obliga a que a los tres años salgas. Otra vez con a andar por todo el hospital sin saber dónde voy", explica Raisa, que ahora trabaja en la zona de farmacia elaborando quimioterapias y donde no tiene turnos de noche, algo que antes, en otras áreas, sí hacía. "He recibido llamadas a las siete y media de la mañana para entrar a las ocho en mi día libre, o a las once de la noche. Cada enfermera lleva hasta diecisiete o dieciocho pacientes, es una animalada. Si un paciente se cae de la cama o pasa algo tú vas ante un juez y la culpa es tuya", agrega. "Me pregunto si somos dios o qué somos para poder estar en dieciocho habitaciones a la vez...", remata.

Así, la joven desgrana que tiene los dos túneles carpianos "destrozados" por realizar hasta 300 movimientos repetitivos en cada turno -todo se hace de forma manual- y otras dolencias físicas por llevar mucha carga de trabajo. "Cuando alguien falta por enfermedad, algo habitual en esa sección por problemas musculoqueléticos, no lo cubren y tienes que hacer también su trabajo", desgrana. Y no todo es físico. El agobio y el descontento lleva a conflictos con las compañeras, pero además todo acaba afectando a la salud mental. "Yo era superalegre, muy trabajadora, y te notas cada vez con menos ganas. No estás contento por el entorno, por cómo te tratan y por la nómina", asevera.

Ante esto, Raisa se muestra totalmente desencantada con su sector. "Me he recorrido todo el hospital después de haber estudiado mucho, te lo curras y no consigues nada", afirma la enfermera, que además reconoce que ahora mismo cobra unos 1650 euros incluyendo dos trienios y dos festivos de domingo, algo que le parece "una miseria". "En farmacia trabajamos con químicos peligrosos y aunque llevamos protección, si te quedas embarazada te mueven del servicio de inmediato. He hablado con sindicatos y he reclamado un montón de veces que se nos pague una peligrosidad", sostiene.

Según el mencionado informe de Sanidad, la diferencias de salario base entre las comunidades autónomas españolas puede llagar hasta los 1.000 euros, algo que lleva a algunas profesionales a trasladarse. Mientras una enfermera que trabaja en Atención Primaria en Navarra gana 2.917,55 euros al mes y una de Canarias 2.898,63, las que ejercen esas mismas funciones en Cantabria cobran 1.647,94 euros y las que trabajan en Galicia 1.804,55. Así, en 2023 hubo 4.257 contratos que implicaron desplazamiento a otras comunidades, siendo Cataluña, Madrid, Navarra y País Vasco las que más enfermeras de otras autonomías reciben. Además, Sanidad reconoce la emigración de enfermeras como una "amenaza significativa" a la hora de paliar el déficit nacional de estas profesionales: el número de ellas ejerciendo en el extranjero fluctúa entre las 6.000 y 8.000.

Funcionarios vs personal estatuario

Marta corrobora parte de lo que cuenta su compañera gallega. Esta enfermera de 39 años, también con una enorme vocación, tiene una plaza fija desde hace unos tres años en el hospital de Valdecilla de Santander, en la sección de rayos. Antes estuvo en Atención Primaria para ver si conseguía mejores condiciones y aunque no piensa en dejar su trabajo, reconoce que hay que superar obstáculos. "Soy mamá de dos niñas pequeñas y cuando me incorporé a la plaza en el hospital pedí una reducción de jornada para poder conciliar. Ya me la habían denegado más veces, por eso me fui a Atención Primaria", cuenta. "Tuve que gestionarlo con un abogado y me lo volvieron a denegar. Tuve que amenazar con denunciar. Fue justo antes de las últimas elecciones al Parlamento de Cantabria y sabiendo que iba a hacer ruido, decidieron colocarme en Radiología Central con un turno de mañanas y tardes", desgrana.

Conciliar es difícil y las noches, a medida que cumples años, hacen que dormir sea cada vez más complicado

Aunque ella lo consiguió, cuenta que tiene compañeras a las que les deniegan la reducción "sistemáticamente" sin una razón aparente. "Te tienes que adaptar. La reducción la tienes que pedir tú como el hospital quiere. Que en una institución pública (las enfermeras pese a esto no son funcionarias sino personal estatuario) te denieguen esto cuando en la empresa privada no te la pueden denegar...", dice. Pese a esto, Marta no ha visto abandonar a muchas compañeras. En su opinión, lo bueno de su profesión es que te permite cambiar mucho de zona. "Escuchas amenazas, quejas... he visto a muchas compañeras irse a Atención Primaria buscando una mejor calidad de vida. Conciliar es difícil y las noches, a medida que cumples años, hacen que dormir sea cada vez más complicado", agrega.

"Ayer estaba de guardia localizada con un busca en mi casa. Si hay algo tengo que estar en media hora en el hospital y si puede ser menos, mejor. Tienes que estar viviendo del teléfono", explica Marta. Ahora, ella no se queja de sus condiciones, antes se le denegaban hasta los días libres. "Te pedían que fueras muchos turnos extra para cubrir bajas de compañeras y demás, pero luego cuando solicitabas un día libre siempre te lo denegaban, o te los concedían con 24-48 horas de antelación, con lo cual no puedes hacer tu vida o planear viajes", comenta.

Su sueldo: 1850 euros con seis trienios y en segundo grado de carrera profesional, que en su caso supone un plus tras cumplir una serie de requisitos. Por su parte, Raisa hace hincapié en una demanda histórica del sector: la creación de un grupo A unificado de clasificación profesional que equipare a las enfermeras (ahora en A2) con el resto de profesionales sanitarios como médicos, farmacéuticos o psicólogos, que se encuentran en un nivel superior (A1).

¿Por qué tantas distinciones? ¿Por qué hay dinero para los funcionarios y no hay dinero para la Sanidad?

El Gobierno se comprometió a reconocer la categoría A1 a las trabajadoras del sector pero la ministra aplazó la decisión el año pasado. Ahora, con el debate sobre el nuevo Estatuto Marco sobre la mesa, la propia García reconocía hace unos días que la reclasificación de las profesiones, entre las que se encuentran las enfermeras, sigue en vías de trabajo. "Nosotros trabajamos para el servicio público igual que los funcionarios, pero somos estatutarios, ¿por qué tantas distinciones? ¿Por qué hay dinero para los funcionarios y no hay dinero para la Sanidad?", se pregunta Raisa.

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.