El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, cree que las celebraciones "hay que pactarlas entre todos" y recomienda "recuperar el ambiente de la Transición" para recordar la muerte de Franco. "Este me parece el peor homenaje posible, instalados en un nivel de frentismo tremendo".
En una entrevista en el diario El Mundo publicada este domingo, García Page recuerda que España celebró "inmensamente" el paso de la dictadura a la democracia con un "proceso ejemplar" pero lamenta que ahora casi se haga "un paréntesis de lo que significó la Transición" para fijar la vista en el momento de la muerte del dictador.
"El que se haga pedagogía sobre lo que fue una dictadura terrible no se debe ver como problema, pero tenemos que cuidarnos de hacer celebraciones sólo una parte de España. Hay que pactarlas entre todos. El mejor homenaje para lo que pasó con la muerte del dictador es recuperar el ambiente de la Transición. Éste me parece el peor homenaje posible, instalados en un nivel de frentismo tremendo", asegura.
Critica, además, que en España haya políticos que podrían ganarse la vida perfectamente como "equilibristas" porque no piensan en ganar la voluntad de la mayoría "sino en que el otro se arruine". "Si fuéramos serios, estaríamos concentrados en que se centrara el voto moderadamente en PP y PSOE, pero aquí hay gente cuya estrategia es que los extremistas no desaparezcan", sostiene.
Respecto a los acuerdos del Gobierno de Pedro Sánchez con diputados de EH Bildu, el presidente castellanomanchego afirma que en el PSOE "hay muchísima gente con muchos motivos para estar en desacuerdo con los pactos" con la formación abertzale.
"Todos queremos la concordia y pasar página, lo que pasa es que la puedes pasar con vergüenza o sin ella, con dignidad o con manchas. Y se trata de pasarla limpia y entre todos", asegura, porque a los miembros de Bildu "no se les puede naturalizar así".
En este sentido, critica que haya personas que "eran el colchón" y formaba "la coraza externa e interna" de ETA y que hoy en día tienen responsabilidades políticas, "como si fuera posible ser demócrata y, al mismo tiempo, asesino". Y por eso cree que no pueden sentarse en los escaños del Congreso quienes "de una u otra manera estuvieron activos en el entorno de ETA": "Podrán estar otras generaciones, pero no los mismos".