En el corazón del Amazonas peruano se encuentra un río que durante mucho tiempo ha desconcertado a los científicos. Se trata del Shanay-timpishka, también conocido como el 'río hirviente', ya que puede alcanzar una temperatura de más de 90 °C en algunos de sus tramos más calientes.
El científico geotérmico Andrés Ruzo fue el primero en presentar por primera vez en 2011 sus hallazgos sobre este río, conocido por los lugareños y cuya leyenda llevaba décadas alimentando la curiosidad científica.
Ruzo creía que para que un río pudiese hervir de esa manera necesitaría una enorme cantidad de calor geotérmico. Sin embargo, la cuenca del Amazonas está lejos de cualquier volcán activo, por lo que decidió aventurarse e investigar por sí mismo este fenómeno. En un documental lanzado en 2017, este geocientífico describió que el aire que sale del río es tan intenso que se puede sentir cómo quema la nariz y los pulmones. "He visto a varios animales caer al agua, desde pájaros hasta reptiles", indicó.
Finalmente, los investigadores han determinado que el río hierve gracias a las fuentes termales alimentadas por fallas procedentes del calor primario de la corteza terrestre. Un reciente estudio de la Universidad de Miami sostiene ahora que el río hirviente podría servir como un experimento natural, una "ventana al futuro" de cómo el cambio climático podría alterar el Amazonas.
Así lo ha asegurado Riley Fortier, autor principal de este nuevo estudio y estudiante de doctorado en la Universidad de Miami. "El Amazonas se calentará, nos guste o no. Por lo tanto, esto nos permite comprender qué efecto tendrá el aumento de temperatura en la composición del bosque. Puede decirnos qué especies se perderán y cómo será la composición del bosque en el futuro", señala en declaraciones que recoge el diario británico Daily Mail.
Fortier y su equipo registraron durante un año la temperatura del aire cerca del río hirviente utilizando 13 dispositivos de medición de temperatura, una tarea que no era nada fácil. "Es como hacer trabajo de campo en una sauna", apunta el investigador.
A pesar de las condiciones sofocantes, lograron realizar un análisis detallado de las especies vegetales presentes a lo largo del río y detectaron que donde el agua estaba más caliente, la vida vegetal era menos densa y algunas especies estaban ausentes por completo.
"La comunidad de árboles es menos diversa, por lo que vemos menos especies en los lugares más cálidos", ha señalado Fortier. Esto podría servir a los científicos para saber cómo se podría toda la selva amazónica en el futuro. "A medida que se produzca el calentamiento global, todo cambiará", sentencia el investigador.