Las autoridades de Moldavia negaron este lunes planes de llevar a cabo una operación militar para hacerse con el control de la región separatista de Transnistria, denunciados horas antes por Rusia.
"Las afirmaciones de que las autoridades de Moldavia están preparando acciones militares en la región de Transnistria son una desinformación grave y peligrosa destinada a sembrar pánico y desconfianza", dijo Adrian Balutel, jefe del gabinete presidencial, en unas declaraciones citadas por el portal Noi.md.
El Servicio de Espionaje Exterior (SVR) de Rusia denunció este lunes que la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, prepara un plan para recuperar militarmente el control sobre Transnistria.
Según el SVR, Sandu celebró recientemente una reunión con la plana mayor del Gobierno sobre seguridad energética que concluyó con sus palabras sobre la "necesidad de elaborar un plan de una operación para tomar el control de Transnistria y acabar con la presencia pacificadora rusa en la región".
Un conflicto desde 1992
La presidenta moldava, de acuerdo con el comunicado del SVR, exigió diseñar un plan para tomar por la fuerza la central termoeléctrica de Transnistria, que funciona con gas ruso y de cuyos suministros depende casi totalmente Moldavia, país enclavado entre Ucrania y Rumanía.
Mientras, según el representante de la Presidencia moldava, Chisinau "sigue firmemente comprometido con la solución pacífica del conflicto".
A la vez, enfatizó que la retirada "completa e incondicional" de las fuerzas rusas de la región es clave para arreglar el litigio.
Transnistria rompió lazos con Moldavia tras un cruento conflicto armado en 1992 en el que contó con la asistencia militar rusa.
Moldavia exige la retirada de las tropas rusas de la región, así como del arsenal emplazado desde tiempos soviéticos, estimado en su momento en unas 40.000 toneladas de armas y municiones.